domingo, 13 de abril de 2008

1984 de George Orwell

INTRODUCCIÓN:
Nos encontramos en 1984, en la ciudad de Londres, el partido controla la nación de Oceanía (existen tres estados: Oceanía,, Eurasia y Asia oriental), lo controla todo y está dirigido por el Gran Hermano, el líder que lo dirige todo cuya figura es casi divina y quien se supone vigila todos los movimientos de los individuos.
Existen cuatro Ministerios ( M. de la verdad, M. de la paz, M. del amor y M. de la abundancia.) que se encargan de vigilar y modificar toda acción que perjudique o desacredite al partido. El Miniver, donde trabaja Winston, se encarga de la información, la educación y las bellas artes, el Minipaz de los asuntos de guerra, el Minimor encargado de mantener la ley y el orden y el Minindancia encargado de asuntos económicos. Los miembros del partido son vigilados mediante unos aparatos llamados telepantallas, capaces de captar sonidos e imágenes, mediante los cuales también les transmiten noticias sobre los triunfos del partido. El resto de la población son los denominados proles, los cuales viven en las afueras en condiciones pésimas de miseria y sin derechos. En general (exceptuando a los miembros del partido interior) la sociedad vive en la pobreza y tiene hambre, pero no se rebelan porque no conocen otra realidad; han sido engañados por el partido, quien modifica el pasado, haciéndoles creer que tienen un nivel de vida mucho mas elevado que el que había en tiempos pasados. Existe un movimiento opuesto al Partido, llamado la Hermandad, liderado por Goldstein, que pretende la revolución de la prole (80% de la población) para acabar con el INGSOC.

GEORGE ORWELL.
George Orwell, seudónimo de Eric Arthur Blair (1903-1950), escritor británico políticamente comprometido que ofreció un brillante y apasionado retrato de su vida y su época.
Orwell nació en Motihari, India, y estudió en el Eton College de Inglaterra gracias a una beca. Prestó sus servicios en la Policía Imperial India destinado en Birmania, de 1922 a 1927, fecha en la que regresó a Inglaterra. Enfermo y luchando por abrirse camino como escritor, vivió durante varios años en la pobreza, primero en París y más tarde en Londres. Como resultado de esta experiencia escribió un primer libro Sin blanca en París y Londres (1933), donde relata las sórdidas condiciones de vida de las gentes sin hogar.
En 1936 Orwell luchó en el ejército republicano durante la Guerra Civil española (1936-1939). El autor describe su experiencia bélica en Homenaje a Cataluña (1938), uno de los relatos más conmovedores escritos sobre esta guerra y en el que se hace responsable al Partido Comunista Español (PCE) y a la Unión Soviética de la destrucción del anarquismo español que supuso el triunfo de la Falange.
Su condena de la sociedad totalitaria queda brillantemente plasmada en una ingeniosa fábula de carácter alegórico, Rebelión en la granja (1945), basada en la traición de Stalin a la Revolución Rusa, así como en la novela satírica 1984 (1949). Esta última ofrece una descripción aterradora de la vida bajo la vigilancia constante del Gran Hermano.
Cabe citar entre otros escritos, la novela Que vuele la aspidistra (1936) y Disparando al elefante y otros ensayos (1950), ambas consideradas modelos de prosa descriptiva, y Así fueron las alegrías (1953), un recuerdo de sus difíciles años de estudiante. En 1968 se publicaron en cuatro volúmenes sus Ensayos Completos: Periodismo y Cartas. Orwell murió de tuberculosis en enero de 1950.

RESUMEN.
1984 sitúa su acción en un Estado totalitario llamado Oceanía, el cuál, ha sido implantado tras una revolución de la población contra el sistema capitalista. Dicho estado es gobernado por un único partido, cuya ideología se denomina INGSOC (Socialismo Inglés). Éste, ejerce un control absoluto sobre sus súbditos, a través de diversos instrumentos de control, y sobre los aspectos que conciernen a las personas, tales como su pasado, presente y futuro. En consecuencia, dicho nivel de control ha acabado con asomo alguno de libertad y de verdadero afecto humano.
Winston Smith, el personaje principal de la novela, a pesar de ser miembro del partido, es disidente con la doctrina del partido.
En la primera parte de la novela, vemos cómo toma conciencia sobre la manipulación de la cuál, es víctima. Esto provoca en él, ansias de conocer el modo de vida existente antes de la revolución. Además, medita acerca de su vida, plasmando todo aquello que siente en un pequeño diario. Es decir, piensa en todo aquello que puede poseer y que no posee, debido a que el Gran Hermano (concreción que el partido presenta al mundo) quiere mantener el poder a cualquier precio. Éste sacrifica todo valor humano con el fin de poseer el poder absoluto. Por tanto, dijéramos que Winston, en última instancia, comprende cómo vivir en dicha sociedad, sin entender por qué vivir así y no de una manera diferente. No encuentra sentido alguno a su modo de vida. En la segunda parte, el descontento existente en su persona le impulsa a revelarse contra el partido, llevando a cabo actos que el partido considera delictivos. Así, mediante Julia (otro miembro del partido), de la cuál se enamora, infringe la doctrina del partido, puesto que, según esta, el único amor que un miembro del partido debe manifestar, es aquel que debe dirigirse única y exclusivamente hacia la figura del Gran Hermano. Para evitar la presencia de los instrumentos de control, Winston alquila una habitación en una casa de un proletario (clase social menos controlada) para los contactos con Julia. Sin embargo, Winston y Julia son detenidos aquí, ya que dicho alquiler constituye una trampa de la Policía del Pensamiento (instrumento de control social) para detenerlos. Además, Winston junto con Julia decide alistarse en las filas de la Hermandad (grupo que intenta conspirar contra el partido), la cuál, resulta ser una tapadera perfecta para detener a los disidentes, ya que antes o después todo disidente intenta ponerse en contacto con ella. Durante esta parte, a través del libro de Goldstein, el cuál, es proporcionado a aquel que intenta ponerse en contacto con esa hipotética hermandad y que, lógicamente, ha sido editado por el propio partido, Winston descubre el único y verdadero objetivo del partido: el poder absoluto.
En la última parte, vemos cómo Winston es detenido y torturado, con el fin de su reciclaje. Para ello, es sometido a una descomunal tortura, tanto física como psicológica, la cuál, trastornan los sentimientos y principios que posee hacia el partido. Dijéramos que sus principios heréticos son borrados, quedando sólo en él, sentimientos de amor hacia la figura del Gran Hermano.

LA SOCIEDAD DE 1984
La novela nos presenta una sociedad organizada acorde con los principios del INGSOC (Socialismo Inglés). En consecuencia, encontramos una sociedad que evoluciona colectivamente. En ella se diferencian dos clases sociales fundamentalmente: los miembros del partido gobernante, cuya máxima figura es el Gran hermano , y el proletariado, que constituye el ochenta y cinco por ciento de la población. Por último, encontramos a los esclavos, los cuáles, han sido capturados en las sucesivas guerras. No se consideran parte de la sociedad.
El partido, a su vez, está dividido en dos grupos: los miembros del partido Interior (constituyen la clase social alta), es decir, el cerebro del Estado, y los miembros del partido Exterior. Dijéramos que estos últimos son la mano de obra del partido, constituyendo así, la clase media. Todo miembro que pertenece a él (al partido), vive desde su nacimiento hasta su fallecimiento vigilado por los diferentes instrumentos de control. Dondequiera que esté, dormido o despierto, en el baño o en la cama, puede ser inspeccionado sin previo aviso y sin que él sepa que lo inspeccionan. Además, todas sus acciones y palabras son analizadas. En consecuencia, todo súbdito del partido carece de libertad para dirigirse por una determinada dirección. Un solo desvío en su conducta (pasear en soledad, por ejemplo) puede acarrearle un duro castigo e incluso, la muerte.

Todos ellos trabajan para el partido, desempeñando un trabajo asignado por el partido Interior. A cambio, reciben casa, ropa (uniformes del partido) y cupones para la comida, la cuál, es de muy mala calidad. No existen prejuicios raciales entre las filas de partido; sólo se pide un fanatismo acérrimo hacia él. El proletariado, en cambio, goza de una mayor libertad. Éstos, los proletarios, son considerados animales por los miembros del partido. Por consiguiente, no merecen ser vigilados estrictamente, ya que su propia ignorancia les convierte en seres benignos para el partido. No se intenta adoctrinarlos con la ideología del partido. No es deseable que tengan sentimientos políticos intensos, ya que al constituir la mayoría de la
población, podrían resultar peligroso si se encabritasen. Viven agrupados en diferentes barrios y su mente no se extiende más allá del trabajo, la cerveza, la lotería y el cuidado del hogar. Aquel que se extiende más, siendo así peligroso para el partido, es eliminado. Además, se permiten las relaciones amorosas y sexuales, las cuáles, para los miembros del partido están prohibidas, a menos que no sean para procrear individuos que permitan la continuidad del partido en el poder.

Personajes : Winston es un hombre de unos 39 años, temeroso, solitario, sin demasiada confianza en si mismo, disconforme con el sistema establecido. Trabaja en el departamento de Registro falsificando el pasado. Sus padres y su hermana pequeña desaparecieron, posiblemente en una purga y esto le ha marcado. Tiene interés por el pasado, lo que sucedía antes de la revolución, ya que solo se acuerda de pequeños detalles. Tiene la duda de si siempre el mundo fue así. Si siempre se vivió así de mal o hubo otra época anterior en la que se vivía mejor. Su trabajo de falsificar el pasado le hace desconfiar de que antes, en la época de los capitalistas se viviera peor, ya que esto también pude que se haya inventado. Tiene la esperanza de que el futuro sea mejor, que las cosas cambien, aunque a menudo, pierde esa esperanza.

Julia es una joven de unos 25 años, atractiva, inteligente, ágil, segura de si misma. Trabaja en el departamento de novela y colabora en la liga anti-sex. También está en contra del sistema, pero tiene una manera distinta a la de Winston en estar contra el sistema. Ella dice que hay que aprovecharse de el, intentar vivir lo mejor que se pueda ya que no sabe si se puede cambiar. Aparentemente es una chica ejemplar por su trabajo y su colaboración en la liga anti-sex, pero todo esto la hice para no levantar sospechas ya que su vida no tiene nada de ejemplar, más bien todo lo contrario. No se parece en nada al prototipo de mujer que quiere el estado. Conoce el mundo del contrabando de mercancías, mantiene relaciones sexuales con hombres, cuando lo que quiere el estado son mujeres castas, ect.

O´Brien es un hombre de unos 50 y tantos años, de carácter fuerte, inteligente, con alto poder de convicción, seguro de sus ideales. Tiene un alto cargo en sistema establecido, pero no muy claro para definir. Al principio parece estar en contra del sistema, tener unos ideales opuestos, pero ocultos bajo su cargo para disimular. Pero resulta ser uno de los importantes dentro del sistema que traiciona a Winston y a Julia,. Conoce a la perfección los pensamientos de Winston después de estudiarlo durante años, y lo tortura de la peor manera, dándole justo en sus puntos débiles como fue el caso de las ratas.

ANÁLISIS
Lo primero que nos llama la atención al leer el libro es el problema del individuo contra el sistema, Winston Smith está totalmente en contra de él, en contra del partido y en contra del Gran Hermano, pero si ir en contra del sistema en una sociedad actual ya tiene dificultades en la sociedad de 1984, donde no hay (a primera vista) gente contra el sistema, hace que el individuo se sienta impotente y desamparado, en el caso de Winston incluso se llegaba a creer que estaba loco. Todo esto viene dado por la coacción de libertad que el partido hace a la población. Si analizamos y comparamos con la sociedad actual vemos que la sociedad de 1984 estaba falta de libertades, esto lo sabía Winston, pero, si era el único que así pensaba ¿Cómo iba a luchar contra todo un sistema si ni siquiera sabía si lo que estaba diciendo estaba dentro de la cordura o no? Winston podía recordar algo de su pasado, de una sociedad sin menos restricciones, pero si el partido tenía controlado todos los documentos sobre el pasado, los que no eliminados, modificados, tampoco tenía pruebas objetivas sobre esto.

La libertad es algo que le viene dado a uno por sí mismo, pero en 1984, la libertad venía dada por el partido, por lo menos, pensaba Winston, nunca se podría dar negar lo evidente. “La libertad es poder decir que dos y dos son cuatro. Si se concede esto lo demás vendrá dado por si solo” escribe Winston en su diario, luego el partido le demostraría que dos y dos también podían ser cinco, pero mediante la tortura y el dolor. Con lo cual nos hace preguntar ¿Se puede realmente eliminar la libertad? Winston terminó diciendo que dos y dos eran cinco, pero no porque le torturasen y quisiera librarse del dolor, él lo creía firmemente, a él se le había quitado la libertad desde su punto de vista, pero para el punto de vista del partido se la había dado, porque realmente, ¿Quién nos dice que en verdad 2 y 2 son 4? No es más que un axioma, un concepto que puede ser cambiado si todo el mundo cree firmemente que 2 y 2 son 5. Por lo tanto llegamos a la conclusión de que la libertad como tal no existe por sí sola sino que tiene que venir dada por un factor que la considere o no libertad.

Otro punto del libro que esta muy relacionado con la libertad es la verdad, del mismo modo que la libertad viene dada por el partido, también viene dada la verdad, la única verdad que existía en aquella sociedad era la del Gran Hermano, antes del Gran Hermano no había nada, es más el Gran Hermano había existido siempre, Winston recordaba un pasado diferente, otra verdad, pero todos los documentos de este pasado habían sido destruidos y en su lugar había sido puesta la verdad del Gran Hermano, así le hacían plantearse las mismas preguntas una y otra vez, ¿Tendría él la razón o estaba realmente loco? ¿Era lo que estaba viviendo la única verdad o se podía cambiar? Winston por mucho que se esforzaba investigando sobre el pasado no conseguía sacar nada en claro y seguía pensando que estaba loco. Curiosamente, la búsqueda de la verdad podría haberla encontrado en su propio trabajo, según el propio Winston una de sus mayores aficiones era el trabajo, pero su trabajo consistía en eliminar la verdad que había antes y cambiarla por la verdad del partido, esta pequeña incongruencia constata el poder mental que tenía el partido sobre todo el mundo. La diferencia que hay entre esta búsqueda de la libertad y de la verdad es que la verdad sí existe por si sola, vendrá dada por un factor que la alterará o que la convertirá en algo falso, algo que no es verdad. Esto supondría una pequeña debilidad del partido, el partido falsificaba, creaba y destruía documentos para hacer su verdad, pero esa verdad, aunque fuese válida para todo el mundo, no sería la verdad. Por lo tanto podríamos llegar a la conclusión de que la verdad existe, pero permanece en muchos casos oculta por otra pseudo-verdad, es decir, algo que todos creemos pero no constituye la verdad en el amplio sentido de la palabra.

Con esto llegamos a otro punto importante, la dependencia del individuo de un estado mayor, actualmente todas los países tienen un máximo representante, ya sea vitalicio como un dictador o temporal como un presidente de república, esto nos hace tener una cierta dependencia de este poder que se suele considerar superior, así como el poder necesita al pueblo para poder ejercer su mandato. En 1984 esta exagerada con respecto a la sociedad actual, pero no a una posible sociedad futura, esto es lo que G. Orwell nos quiere hacer ver por medio del libro.

De este modo vemos como el partido ejerce su poder sobre los individuos hasta el punto de que los individuos no pueden vivir sin el partido, aunque el partido les explotase no podían librarse de él porque lo necesitaban para todo. En esto cosiste el gran existo del partido, en conseguir una dependencia tal que el individuo no fuera capaz de revelarse contra el partido, esto lo conseguían también mediante la política de vigilancia de las telepantallas y el terror que ejercían sobre los contrarios al partido, pero en menor proporción ya que una excesiva represión hubiera provocado el descontento del pueblo, la manipulación de datos sí que influye en gran modo en este proceso, siempre haciéndoles creer que su nivel de vida estaba mejorando. Teniendo una situación como esta no hacemos la pregunta ¿Terminará habiendo una sociedad así?
La repuesta todo depende de las circunstancias, si seguimos en una política de dependencia de un poder superior no sería de extrañar que algún golpe de estado cambiara el sistema político a uno basado en la igualdad de individuos pero con régimen autoritario, de hecho, la sociedad del Gran Hermano no es más que una crítica a un comunismo evolucionado y mal enfocado y eso se puede percatar uno mediante la lectura de cualquiera de los capítulos. La creación de macroestados es algo de lo que habla el libro y que es mucho más probable que ocurra, a los hechos actuales hay que remitirse para encontrar una continua globalización y unión de estados (tómese el ejemplo de la Europa Unida), así se adelanta a su tiempo y hace también una pequeña crítica sobre lo que puede ser la sociedad en un futuro a medio plazo.

Crítica a la dependencia de la tecnología, cada vez más y no digo solo en la sociedad descrita en 1984, estamos dependiendo de la técnica y de las nuevas tecnologías, así si seguimos por este camino conseguiremos no poder pasar de las nuevas técnicas y solo haría falta una mente algo privilegiada para aprovecharse de la situación, conseguir el acceso a estas nuevas técnicas y conseguir el poder, se convertiría en el estado y, como he dicho ya antes una dependencia del estado supone el triunfo de este y el triunfo de este supone una sociedad similar a la descrita en el libro. Esto se puede superar intentando no abusar de la técnica, que alguna cosa haga algo por ti es muy útil y mejora tu bienestar pero esto hace que te acostumbres a ella, por lo tanto, se debe hacer algún esfuerzo para no caer en el atontamiento del progreso, que puede dejarnos a merced de algún.

Por un lado tenemos los conceptos éticos de la verdad, la libertad y la dependencia, estos están muy interrelacionados de modo que la búsqueda de la libertad lleva inexorablemente a la anulación de la dependencia de cualquier fuerza superior y la búsqueda de la verdad se hace (por lo menos e esta obra) para conseguir la libertad y anular la dependencia, esta idea se relaciona con la crítica que hace al estado y a nuestra dependencia del mismo y asimismo pone como ejemplo a la crítica del comunismo mal enfocado. Todo en conjunto formará un análisis del poder hacia los individuos y la dependencia de estos que hará de 1984 una de las novelas más completas y atractivas de mediados de siglo.

Valoración global de la novela.
La novela, en general, nos ha parecido una obra maestra, ya que resume magistralmente la vida de aquellas personas sometidas a un poder totalitario. He de comentar especialmente, el espacio en el que se desarrollan las acciones, puesto que, me ha parecido increíble la transformación del mismo. Todo son detalles.
Por otro lado, todo el conjunto de la novela me ha aportado una nueva visión de la sociedad. Quizás ahora, valoro o desprecio ciertos aspectos que antes pasaban desapercibidos, es decir, que conocía su existencia pero que no pensaba en ellas. En consecuencia, me ha ayudado a comprender los peligros que conlleva el ser manipulado constantemente.

Conclusión
1984 es un libro muy pesimista, la lucha que tiene el protagonista contra el sistema durante todo el libro le da al lector un ápice de esperanza de que al final aunque lo fueran a matar, muriera rebelde y odiando al Gran Hermano, pero al final el partido vence y la sociedad iba a seguir igual, es más a cada día que pasase iba a tener más y más fuerza, iba a haber menos rebeldes y el sistema no iba a poder ser cambiado, tal y como eran los sueños de Winston. A pesar de todo es un libro que te hace abrir los ojos y ver en lo que estamos convirtiendo el mundo y a lo que lo podríamos llevar. Al mismo tiempo es un libro con un final mucho más abierto de lo que parece, un montó de preguntas que inquietan al lector durante todo el tiempo quedan inconclusas al final del libro, con lo cual le hace pensar sobre ellas y que no se olvide del libro durante mucho tiempo, estas son, por ejemplo: ¿Existe realmente el Gran Hermano o es solo otro instrumento del partido para asustar a la población? ¿Si no existe, quien es entonces el dirigente del partido? ¿Existía realmente la Hermandad o era otro invento del partido? ¿Estaría realmente la esperanza e los proles? ¿Cómo es capaz de meterse O'Brien en la mente de Winston de modo que le puede hablar e sueños? ¿No estarían realmente experimentando con Winston para saber como tratar a los otros criminales? Estas y otra gran infinidad de preguntas me he hecho y creo que se harán el resto de los lectores que lean este libro. Así lo considero un gran libro no solo en el sentido literario del término sino también en el sentido de que te hace ver muchas verdades que podrían estar pasando a tu alrededor sin darte cuenta, por lo cual recomendaría este libro a cualquier persona que le guste leer porque la considero una gran obra.

Bibliografía
Biografía de G. Orwell - Gran enciclopedia Larousse vol 17
1984 de G. Orwell Ed. Destino; Españo SA de CV

Seis claves del nuevo Gobierno

1- ¿Por qué sale Caldera?

Cuentan que Felipe González lo pasaba tan mal al despedir a sus ministros que una vez, cuando sacó del Gobierno a Enrique Múgica, el ahora Defensor del Pueblo salió de la reunión pensando que había sido confirmado en el cargo. Los había peores. A Fernando VII le apuraba tanto encontrarse con sus ex ministros por la corte que, tras el despido, siempre solía venir el destierro.

La conversación donde Zapatero le anunció a Caldera que dejaba de ser ministro no fue breve. Hablaron durante dos horas. Para el presidente tampoco tuvo que ser fácil. Si se hace una regla de tres con Suresnes y el congreso del PSOE del año 2000 como marco, Zapatero es a Caldera como Felipe a Guerra. Hace ocho años, en aquel congreso donde el presidente alcanzó el liderazgo socialista, el ahora ex ministro fue su principal aliado. La relación entre ambos se enfrió después, tras la victoria de 2004, pues Caldera aspiraba a una vicepresidencia que nunca llegó. Sus rivales dentro del partido y del Gobierno, que no son pocos, han cuestionado su gestión, aunque critican más la comunicación que lo que en efecto ha hecho.

A diferencia de lo que le pasaba a los ministros de Fernando VII, a Caldera no le espera el destierro. Tiene por delante una tarea a la que el presidente, con razón, concede mucha importancia: crear un think tank socialista que rivalice con la FAES del PP. Hasta ahora, las fundaciones del PSOE han servido más de despachos para viejas glorias que como fábricas de ideas.

2- ¿Por qué sigue Magdalena Álvarez?

La única ministra de Fomento reprobada por el Congreso sigue al frente, ni partida ni doblá. La situación económica juega a su favor, pues es prioritario acelerar la obra pública y un nuevo ministro (lo que supondría un nuevo equipo) tardaría en hacerse con los mecanismos. Además de la mediación de Chaves desde Andalucía, también la ha respaldado Pedro Solbes, que habla bien de su gestión.

3- ¿Qué papel ocupará Miguel Sebastián?

El peso en el gabinete del nuevo ministro de Industria no termina sólo en su cartera. Su influencia sobre Zapatero se ve también en el nombramiento al frente de Vivienda de Beatriz Corredor, una persona a la que Sebastián metió hace apenas un año en política. También ha pintado en la creación del Ministerio de Innovación y Desarrollo: Zapatero le encargó el organigrama para la nueva cartera, que toma una parte de sus competencias de Industria y otra, las universidades, del Ministerio de Educación. Cristina Garmendia, que gestionará este nuevo ministerio, también es una persona de la confianza de Miguel Sebastián. El rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Ángel Gabilondo, y el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, han sido los otros padrinos de Garmendia.

Desde Industria, Miguel Sebastián, se coloca en el puesto de salida para reemplazar en futuros gobiernos, a Pedro Solbes al frente de Economía. “Habrá que poner una vela para que no haya conflictos entre ambos”, dice un diputado del PSOE. Otros dirigentes socialistas, mientras tanto, restan importancia a este posible conflicto: “Solbes lo que ha pedido, y se le ha dado, es que la Oficina Económica del Presidente tenga menos peso para evitar injerencias”.

4- ¿Por qué continúa Mariano Bermejo?

Con razón o sin ella, el titular de Justicia ha sido uno de los ministros más criticados, especialmente si se mira el poco tiempo que lleva en el cargo. De por sí, en política, esto ya es una razón para mantenerlo. Zapatero libra una batalla importantísima con el búnker judicial de la derecha y quitar a Bermejo tan pronto sería un síntoma de debilidad. Además, desde el momento en que decidió que José Antonio Alonso sería su portavoz en el Congreso, tampoco tenía otro candidato claro para el puesto. No obstante será Alonso, y no Bermejo, el que negocie con el PP el pacto por la justicia.

5- ¿Por qué Agricultura se une a Medio Ambiente?

Sigue Elena Espinosa, sale Cristina Narbona. Agricultura fagocita Medio Ambiente, y los intereses de ambos ministerios no siempre van de la mano ¿Qué primará? ¿La ecología o los regantes? Desde Moncloa aseguran que las competencias de Agricultura prácticamente han desaparecido, que lo importante ahora será la gestión medioambiental. José Blanco, el principal valedor de Espinosa, ha defendido este cambio, pues viene bien para las próximas elecciones en Galicia una ministra gallega con capacidad de inversión, como ahora tendra Espinosa.

6- ¿Por qué Carme Chacón en Defensa?

Es mujer, está embarazada y es catalana. “Sólo le falta ser negra”, bromea una persona de su entorno. En política, lo simbólico no es sólo mensaje; no sólo demuestra que algo ha cambiado, sino que también sirve para acelerar y provocar nuevos cambios. Una mujer embarazada al frente de Defensa es, por sí misma, una medida en pro de la igualdad.

El nombramiento de Chacón en uno de los ministerios más importantes, uno de los de mayor peso institucional, también tiene su mensaje interno. Zapatero la señala así como su posible delfín. En dos años, en la probable crisis de Gobierno que se producirá tras la presidencia española de la UE, Carme Chacón podría ser vicepresidenta. Zapatero parece decidido a pasar a la historia como el político español que más hizo por la igualdad entre los hombres y mujeres. Qué mejor herencia feminista que una sucesora.


Escolar.net

Afiliarse a un partido, un gasto extra de entre 20 y 240 euros anuales

IU multiplicó por 20 las afiliaciones en Marzo y UPyD incrementó en 1.200 sus afiliados en una semana

Al pago de la hipoteca, el seguro del coche o la factura del móvil, los españoles que quieran participar activamente en la vida política deben añadir un gasto extra: la cuota de afiliación a un partido, que oscila entre 20 euros anuales, en el caso del PP, y 240 en el de UPyD.

Entre los partidos más "baratos" se encuentran, además del PP, CC, IU o el PSOE, que cobran 30, 36 y 48 euros al año respectivamente, mientras que el ránking de los más "caros" está liderado por UPyD, seguido por ERC con sus 132 euros anuales.

Cuotas ordinarias aparte, los partidos intentan ajustarse a las posibilidades de todos los bolsillos, ofreciendo reducciones para estudiantes, jubilados o desempleados, que en el caso de pertenecer a CC no pagan cuota y en el de IU tan sólo abonan la cantidad simbólica de un euro al mes.

Parece que las elecciones encienden el ánimo político de la ciudadanía, que se vuelca con mayor interés tras el paso por las urnas en la participación activa en un partido, al tiempo que se muestra más dispuesta a correr con los gastos de afiliación.

Vencedores y vencidos, todos los partidos afirman que su número de afiliados ha aumentado de forma significativa tras el 9 de marzo, según los datos facilitados a EFE por sus responsables de prensa.

Los casos más llamativos, que demuestran que no es necesario triunfar en los escenarios políticos para seguir entusiasmando a los "fans", son los de IU, cuyas afiliaciones sólo en Madrid pasaron de 5 mensuales a 100 durante marzo, y ERC, que vio cómo se duplicaba su número habitual de solicitudes hasta 229 en tan sólo un mes.

A pesar de haber perdido tres escaños, IU registró, desde la primera jornada postelectoral, una oleada de peticiones de afiliación por parte de ciudadanos que alegaban, en su mayoría, "la injusticia de la ley electoral", que resta al partido presencia en el Congreso.

El protagonismo del último partido en aterrizar en el Congreso es evidente, como demuestran los resultados obtenidos por UPyD, cuyo número de afiliados se incrementó, en 1.200 en tan sólo una semana.

Si los nuevos adeptos de Gaspar Llamazares argumentaron como motivo para afiliarse "la injusticia cometida contra IU", los de Rosa Díez manifestaron haberse dado de baja de otros partidos, "sobre todo del PP y del PSOE", han indicado a EFE los gabinetes de prensa de IU y UPyD.

Además de tener unos cuantos euros extra para destinar a fines políticos, el ciudadano debe cumplir una serie requisitos, definidos en los estatutos.

Entre las exigencias de las distintas formaciones hay algunos puntos en común, como ser mayor de edad o no estar afiliado a otro partido, pero existen divergencias en cuanto a la nacionalidad o el lugar de residencia.

El PP, por ejemplo, recoge de forma explícita que todo aquel que desee ser militante debe tener la nacionalidad española, los extranjeros residentes en España sólo pueden ser simpatizantes, es decir, "no pueden elegir ni ser elegidos", según fuentes del partido.

En la misma línea, pero con un toque más autonómico, para pertenecer a las filas del BNG es necesario ser gallego o descendiente de gallegos, independientemente del lugar en el que residan. De hecho, el partido cuenta con muchos afiliados entre la emigración.

Otro partido bastante exigente es el PNV, que obliga a sus afiliados a asistir a cursos de formación, y para el que el lugar de residencia cobra mayor importancia que el de nacimiento, ya que uno puede ser militante si reside en Euskadi o en Madrid, Barcelona, Argentina o México, donde el partido también cuenta con organizaciones "extraterritoriales". Pero no podrá serlo si vive en Albacete o en Soria.

Por fortuna, para el afiliado no todo son obligaciones, los partidos ofrecen "productos" con alicientes para todos los gustos y colores, como el PSOE y su militancia "por especialidad", una alternativa "inédita en España" que permite al militante participar únicamente en aquellas áreas de su interés.

Las Cortes

Aguirre como Thatcher. Por Miguel Ángel Belloso

El PP necesita una catarsis, y es preciso que se produzca cuanto antes, a fin de que el candidato resultante tenga la debida legitimidad, que sólo nace como resultado de la guerra.

En un país en el que sólo se puede ser políticamente mujer si se es de izquierdas, o como Soraya, si no se está casada por la Iglesia o no se va a misa los domingos, lleva tiempo en el escenario una gran dama. Se llama Esperanza Aguirre, que es la presidenta de la Comunidad de Madrid. También es marquesa y, entre otros, tuvo un tío, el poeta Jaime Gil de Biedma, que no pudo militar en el partido comunista de Cataluña porque era homosexual. Es decir, se trata de una señora con un cierto pedigrí. Yo le tengo admiración porque esta señora es la única mujer en un cargo público que se ha declarado reiteradamente liberal, que es un calificativo políticamente incorrecto para la izquierda y para la derecha del país. Es políticamente incorrecto porque la inefable capacidad propagandística de la izquierda ha conseguido asociar el liberalismo a una suerte de filosofía destructiva de la vida social, siendo lo contrario, la clase de pensamiento más coherente con la grandeza del ser humano. Pero vayamos a lo concreto. El caso es que Aguirre baraja pleitear con Rajoy en el próximo Congreso del PP. Debe hacerlo. Sin duda. El partido merece una catarsis y lo oportuno es que ésta se produzca lo antes posible, ahora que hay tiempo, a fin de que el candidato resultante tenga la debida legitimidad, que sólo nace como consecuencia de la guerra.

Para entendernos, Aguirre es, o podría ser, nuestra Margaret Thatcher, que tendría que haber sido el icono genuino del movimiento feminista si no hubiera tenido el imperdonable defecto de ser de derechas. Yo siento adoración por Thatcher. Alguien que es capaz de poner firmes a los sindicatos británicos, de resistir una huelga de hambre de los terroristas del IRA, de hacerle la guerra a Argentina y derrotarla a miles de millas de distancia, o de lograr la restitución económica que correspondía al Reino Unido por la política agrícola común favorable a Francia y Alemania es una señora como Dios manda. Y esto fue en todo caso lo menor. Lo importante es que, como consecuencia de sus principios y de la determinación que mostró en practicarlos, el Reino Unido se sacudió la etapa de postración a que le habían conducido los socialistas, los británicos recuperaron la autoestima y el país progresó en bienestar dramáticamente.

Me consta que Aguirre profesa una gran admiración por Thatcher. No es que tenga información privilegiada. Lo digo porque la presidenta de Madrid prologó para el diario El Mundo el famoso discurso que la dama de hierro pronunció ante sus correligionarios en la conferencia celebrada por el Partido Conservador en Brighton el 10 de octubre de 1980. Este discurso, que se ha venido en titular Esta señora se mantiene firme, no sólo es sencillamente delicioso; es casi épico. Está planteado en el terreno en el que el PP de la última época, y no se sabe si el de la nueva, se ha mostrado más cauto. En el de los principios. En el de la ideología. La orgía de liberalismo con el que la gran señora inglesa se muestra ante un partido inquieto por la marcha renqueante de la economía británica aquellos años inciertos es arrolladora. Reproduciré uno de los párrafos más brillantes, que quizá podría haber valido a Rajoy en el debate de investidura con el Zapatero benefactor y estatista de costumbre: "No es el Estado el que crea una sociedad sana. Cuando el Estado se hace demasiado poderoso, la gente cree que cada vez cuenta menos. El Estado drena a la sociedad no sólo de su riqueza, sino de su iniciativa, de su energía, de la voluntad para mejorar e innovar, a la vez que de conservar lo mejor. Nuestro objetivo es dejar que la gente sienta que cuenta más y más".

Tampoco me resisto a citar otro lance, que le habría venido al pelo a Rajoy en su duelo con un Zapatero dispuesto a resolver los problemas del paro rampante a base de dinero público. Ya decía entonces Thatcher: "Aquéllos que nos animan a aflojar las restricciones, a gastar aún más dinero indiscriminadamente en la creencia de que ayudará a los parados y a los pequeños empresarios, no son buenos ni compasivos ni humanitarios. No son sus amigos. Nos piden que volvamos a hacer las mismas cosas que causaron los problemas".

Sinceramente, opino que este es el tipo de mensajes más convenientes en los momentos cruciales en que nos encontramos. Pero también me parece que para decirlos con desparpajo, sin complejos, sin sentimiento de culpa, sin clase alguna de rubor, hace falta estar previamente convencido de la superioridad moral del liberalismo, haber leído a los clásicos, haber aprendido de la experiencia de los pocos que han podido ejercer sin restricciones el poder desde convicciones liberales en la historia reciente: Ronald Reagan en varón y Margaret Thactcher en mujer. Vendría muy bien que Aguirre se propusiera emularlos en un intento decidido por acabar con el espíritu del subsidio. Valdría la pena que Aguirre diera la batalla a Rajoy.

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