Pero dejemos las galas de política internacional del presidente, la de la ONU y la de nada menos que el Foro del Liderazgo Mundial -impresiona, ¿verdad?- en el que el pobre Gordon Brown intenta consolarse lejos de casa con la compañía de Zapateros y Erdoganes. Vayamos al capítulo más trascendental y enjundioso del viaje de nuestro presidente allende los mares, el que ha transcurrido directamente en la boca del lobo del capitalismo culpable, represor y ladrón. El lobo está maltrecho como todo el mundo sabe y ya siente de forma más o menos directa. Pero debe haberse sentido reconfortado ayer con las palabras del socialista español que le ofrece una especie de asilo político y social en España. Después de haber insultado por activa y por pasiva a los americanos y a sus empresas del capitalismo de rapiña, Zapatero ayer llegó al acto organizado por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España, es decir, por las empresas ya asentadas en nuestro país y obligadas en defensa de sus intereses aquí a tratar a regañadientes con un poder que sabe ser rencoroso. Ninguna institución empresarial o económica norteamericana ha tenido el menos interés siquiera en darse por enterada de la presencia del presidente. Deben ser unas insensatas o ignorantes. Porque habrían tenido oportunidad de ver al líder máximo del país con «el sistema financiero más sólido del mundo». Ahí es nada. «Superamos la media europea y a Italia, lo que deprime a Berlusconi. Queremos adelantar a Francia, no lo quiere ni oír Sarkozy». ¡Qué perlas se ha llevado a Nueva York mientras aquí sólo llueven cascotes! Es que no tiene precio.
ABC - Opinión
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