miércoles, 17 de septiembre de 2008

El dramaturgo catalán Albert Boadella será el primer director de los teatros del Canal

Boadella: "A quién no le gusta un teatro como éste, cuando comenzó en verdaderas cuadras"

Albert Boadella llega a los teatros del Canal y el teatro del Escorial, aunque sólo en navidad y verano en el caso del segundo, para poner en práctica la misma política que ha desarrollado durante más de treinta años con Els Joglars, "combinar el rigor y el teatro popular, que le guste al público". Eso, para el dramaturgo catalán, es básico para un teatro que, además, está financiado con el dinero de los contribyentes. "Se gasta mucho dinero en este tipo de proyectos como para, además, traer obras que a la gente no le atraigan".

Boadella ha aceptado la propuesta de Esperanza Aguirre cuatro años después de que le pidiera, por primera vez, dirigir los teatros del Canal. "Entonces era un proyecto que no sabía muy bien como acabaría concretándose pero después de ver las salas no podía negarme", ha afirmado. "A quién no le va a gustar un teatro como éste cuando comenzó trabajando en verdaderas cuadras", bromea.

Que haya decidido no volver a actuar en Cataluña ha influido, pero no ha sido un factor determinante. Además, su compañía seguirá trabajando en sus instalaciones de Barcelona. "Yo podía haberme llevado muy bien con mi Comunidad y aceptar este proyecto. No es que haya decidido no volver a actuar en Cataluña, sino que ya no nos contratan, posiblemente por mis posiciones políticas frente al nacionalismo catalán. Antes nos llamaban los ayuntamientos interesándose por las obras y dejaron de hacerlo. Y como compañía privada tenemos todo el derecho a buscar público en otro sitio".

Colaboración con Els Joglars

Sus juglares no se trasladan pero, evidentemente, sí colaborarán directamente con su nuevo proyecto. ¿Inaugurará La cena, su última obra los teatros del Canal? "Puede, pero no es seguro. Dependerá de la programación y de la disponibilidad de la compañía, habrá que ajustar ambas cosas. Además, ahora tengo que reunirme con mis colaboradores y hacer un diseño de las obras que queremos traer". Para las piezas que estrene en el teatro sólo tiene un requisito imprescindible: "la calidad. No intervendré en los contenidos, es un teatro público y por tanto debe llevar todo tipo de obras. Habrá comedias ligeras, que pueden no interesarme pero que sí responden a un sector de los espectadores. Sin embargo, sí tienen que tener una factura técnica, una calidad técnica, en la interpretación". Y siempre con la conciencia de que es público y hay ciertas parcelas que no le corresponden. Un ejemplo: "el musical, eso le corresponde a la esfera privada".

Su único requisito ha sido tener completa libertad para programar lo que quiera. "Cuando Esperanza Aguirre me ha dado esta responsabilidad, sabe perfectamente lo que significa. Un cheque en blanco en los contenidos. Y creo que me conoce porque mi trabajo no está escondido en un rincón. Si hubiera querido a alguien más políticamente correcto habría podido escoger a otro".

En cuanto a las obras que le gustaría programar, cita muchos autores, Pirandello, Mamet, Molière. Pero lo que realmente le gustaría es "no tener que hacer repertorio. No puedes pedir que surja un Shakespeare o un Calderón cada 2 años, pero me haría mucha ilusión poder colocar obras de autores españoles con el interés y la calidad de las obras de repertorio". Gracias a las dos salas de los teatros del Canal podrá arriesgar más en la sala polivalente y llega a hablar de llevar espectáculos "parateatrales", descubrirle al espectador las cosas nuevas que se están haciendo, ya que es más pequeña y permite diversas configuraciones y escoger obras más convencionales para la sala grande.

El País

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