domingo, 19 de agosto de 2007

Gustavo Bueno: el discurso progresista “es de los políticos que no saben lo que dicen”

El filósofo, Gustavo Bueno, ha asegurado que el discurso progresista en el marco de la política nacional “es de los políticos que no saben lo que dicen”. En su opinión, “ generalmente la izquierda” ha echado mano del término ‘progreso’ en su discurso político, “olvidando que el progreso real lo hizo la derecha, la burguesía capitalista”, que era quien disponía de los medios para construir, por ejemplo, “el ferrocarril”.

De este concepto de ‘progreso’, así como del de ‘evolución’, ha hablado Bueno en el curso ‘España como concepto progresista’, que esta semana se viene desarrollando en Laredo dentro de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC). Este filósofo -padre del materialismo filosófico y que desde 1998 desarrolla su labor desde la ‘Fundación Gustavo Bueno’, ubicada en Oviedo- ha recordado que el concepto de ‘progreso’ en España comenzó a desarrollarse en el siglo XVIII, con autores como Jovellanos, que en sus textos ya recurre a este término; un recurso que ha ido amoldándose a las diferentes etapas de la historia de España, y que –hasta estos momentos- no se ha visto resentido en lo que a su uso se refiere.

Sin embargo, según Gustavo Bueno, en la época actual o no se utiliza de forma correcta –“desde Felipe González, que tiene la ‘Fundación para el progreso global’, hasta el propio Fraga, que dice que es conservador progresista”- o se tiende a pensar en términos de regresión. “La gente empieza a no creerse el progreso”, ha subrayado Bueno, que ha señalado que “hoy día hay un estado minoritario, pero bastantes biólogos son degeneracionistas”, por lo que no consideran la evolución en términos de progreso, sino incluso de regreso.

Para el filósofo, “hay que aplicar a España como Nación la idea de ‘progreso’ de manera que no sea puramente teórica”, para lo que se hace necesario “distinguir cuál es el sujeto del progreso”, porque hay materias “en las que no tiene sentido el progreso”, como la pintura o la música. “¿Qué pasa, que Velázquez estaba menos progresado que Goya?”, se ha preguntado Bueno, para quien es imprescindible que “para que haya progreso hace falta una magnitud que se desarrolle en grados susceptibles de medir, que pueda ser positiva o negativa”.

Como ejemplos ha apuntado hacia “la demografía o la expansión territorial”, que son factores que pueden contabilizarse y de los que se puede obtener una curva evolutiva.

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