jueves, 18 de octubre de 2007

COGERSELA CON PAPEL DE FUMAR. Por Bremaneur

La situación, los hechos.

En una entrevista al diario Figaro, Savater comentaba las posibles repercusiones del 11-M respecto a eta: “Incluso ante sus fieles, [la banda] ya no puede defender políticamente la idea de un atentado. No sé cuánto tiempo durará, pero ETA ya no puede justificar un atentado” (http://iblnews.com/noticias/ 04/105617.html) Poco duró el estupor de eta, que comenzó a atentar de nuevo en agosto de 2004 y continuó haciéndolo durante el año siguiente, mes a mes, exceptuando los de marzo, abril y agosto de 2005 y durante el año 2006, hasta que declaró lo que ella llamó un “alto el fuego” en el mes de marzo (http://www.elmundo.es/eta/atentados/2004.html). A estos atentados hay que sumar los que no pudieron llevar a cabo gracias a la actuación de las fuerzas policiales.


Conviene recordar la detención, en febrero de 2005, de dos etarras que pretendían asesinar en Valencia con una bomba lapa. Nada de esto parece recordarlo Fernando Savater en enero de 2006 cuando insiste en los efectos del 11-M: “Quien ha enviado al paro a ETA no es sin duda Batasuna, ni ningún partido nacionalista vasco, sino precisamente los movimientos cívicos, el Pacto Antiterrorista, la Ley de Partidos, las medidas policiales y judiciales, así como la aparición de Al Qaeda” (Debajo de la mesa, El país, 27 de enero de 2006).

Conviene recordar, además, que en agosto de 2004 seis presos de eta escriben una carta a la dirección de la banda abogando por el diálogo. Eta los expulsa. La situación, pues, era la misma que la que había antes de las elecciones del 14 de marzo, las que llevaron al partido socialista a gobernar España. La política antiterrorista era muy clara y los dos principales partidos, así como gran parte de la sociedad –especialmente las asociaciones de víctimas y los movimientos cívicos-, la consideraban efectiva (esto no es del todo cierto, porque uno de los dos partidos, concretamente el Psoe, ya había iniciado conversaciones con eta y su entorno antes de marzo de 2004, pero entonces no se conocía esa traición al pacto antiterrorista). La ilegalización de Batasuna no había provocado los perniciosos efectos que algunos habían previsto erróneamente y el pacto antiterrorista parecía funcionar a la perfección. Dentro del desorden que supone el terrorismo en un país, éste parecía ser combatido con cierto orden. También comienzan a cultivarse ciertas esperanzas para algunos. Batasuna, en noviembre de 2004, presenta una propuesta política en Anoeta, sin que se declare el acto ilegal y que no es mal recibida por el gobierno. Recordemos que también los asesinos cuentan con grupo que les apoya tácitamente en el Parlamento vasco: el Partido Comunista de las Tierras Vascas. Ninguna de las dos cosas parece ser mal recibida por el gobierno, que no lleva a cabo las acciones necesarias para ilegalizar ni el PCTV ni los actos públicos de Batasuna.

Y fue en agosto de 2004, y a la par que el reanudamiento de los atentados de eta, cuando el presidente del gobierno recibió una carta de los asesinos de la que todavía se desconoce su contenido. Fuera cual fuera éste, y como dijo en su día Florencio Domínguez, “El Gobierno decidió abrir la puerta a la negociación con ETA de una manera espectacular y sin precedentes mediante un acuerdo solemne del Congreso de los Diputados” (Cambios en el paisaje, El Correo, 6 de junio de 2005). Efectivamente, era la primera vez que un gobierno pedía el permiso del Parlamento para dialogar con eta sin que la banda, en principio y al menos de forma pública, se ofreciera para ese diálogo. Así de absurda era esa resolución. Lo que parecía evidente entonces es que eta y el gobierno ya habían llegado a un acuerdo de diálogo. La resolución tenía que ser, impepinablemente, uno de los puntos de una “hoja de ruta” sobre un “proceso de paz”. Así lo vio Carlos Martínez Gorriarán, que en un brillante artículo en el diario Expansión dice: “lo realmente grave es que la moción admite que ya se está negociando con ETA… y a cambio de nada” (¿Negociar a cambio de qué?, Expansión, 19 de mayo de 2005).

La situación era grave: no sólo se cuestionaba una política antiterrorista que se había demostrado la más eficaz en la historia de España, sino que se anulaba desde su raíz. La forma de desactivarla, además, llevaba la impronta rufianesca y chapucera del gobierno de Zapatero: la mentira (Zapatero asegura a la ejecutiva del PSOE que no existe ninguna negociación con ETA -El país, 24 de Mayo de 2005) y la confusión (El PSOE ratifica el Pacto pero rechaza ilegalizar a EHAK -Abc, 17 de mayo de 2005; El PSOE rompe el pacto y aprueba con las minorías dialogar con ETA –El mundo, 18 de mayo de 2005).

La respuesta
Ésta era, pues, la coyuntura en mayo de 2005, cuando el partido gobernante utiliza el Parlamento como mecanismo de negociación con una banda de asesinos. Esta prostitución del Parlamento no contó con el apoyo del Partido Popular. Poca cosa, habida cuenta de la marginación política y social a la que le había llevado una tan hábil como torticera política socialista, en connivencia con los partidos nacionalistas (entre los que incluyo a Izquierda Unida).

Ahora bien, ¿contaba esta política con el apoyo de los movimientos cívicos y las asociaciones de víctimas? En un principio no. Tanto el Foro Ermua como la AVT rechazaron inmediatamente la política del gobierno. También parecía que hacía lo mismo Basta Ya (véase el artículo de Martínez Gorriarán reseñado más arriba), pero finalmente el rechazo no fue unánime.

La tácita tregua de eta era un engaño más, calcado de engaños anteriores, como dijo en su día Florencio Domínguez (Cambios en el paisaje, El correo, 6 de junio de 2005):
“Quienes defienden el diálogo invocan la situación de debilidad de ETA como motivo de esperanza, pero no recuerdan que el mismo argumento se utilizó en 1992, en otro momento de debilidad extrema de la banda, y lo único que se consiguió fue que los terroristas ganaran tiempo y se recuperaran. Se dice que otros presidentes han hecho antes lo mismo y, por tanto, Rodríguez Zapatero tiene legitimidad para intentarlo él también. No se menciona que los anteriores fracasaron siempre y que nadie defendería una política económica que crease paro alegando que otros la habían aplicado en el pasado con resultados desastrosos. Esa sería, justamente, la principal razón para no volver a aplicar semejante política Uno puede cometer sus propios errores, pero no tiene disculpa si repite los cometidos por otros.”

Las complicaciones y la división de los movimientos cívicos comienzan con la convocatoria de una manifestación por parte de la AVT. Se celebró el 4 de junio y su lema fue “Por ellos, por todos. Negociación en mi nombre ¡NO!”. A la manifestación se adhirieron, entre otros, el Foro Ermua y diversas asociaciones de víctimas. El presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se aprestó a desactivar la movilización ciudadana. El sábado 19 de mayo, el presidente Rodríguez mantiene una reunión con Fernando Savater y con José María Calleja, entre otras personas. Fernando Savater habla de la reunión y se arma algún alboroto que lleva a Savater a hablar con representantes del Gobierno. Éstos envían un fax desde la Moncloa matizando las declaraciones del filósofo. Por lo que parece, el presidente Rodríguez comunica a los presentes en la reunión que eta propone su disolución con la única condición de que se libere a sus presos.

Comienza entonces una de esas farsas tan típicamente españolas que rebajan cualquier tipo de debate social a una de esas discusiones de barra de bar donde se discute teológicamente cualquier minucia entre rechupeteos a cabezas de gamba y el manejo magistral del palillo entre los dientes: unos empiezan a berrear y otros se ven obligados a justificar sus asertos remontándose al inicio de los tiempos, explicando con minuciosidad cada una de sus palabras. No era para tanto, porque la ecuación parecía sencilla:

1. No se dan las condiciones para iniciar un diálogo con eta, porque eta está haciendo lo mismo de siempre. Conviene seguir lo marcado por el Pacto Antiterrorista.

2. El gobierno quiere iniciar un diálogo con eta y además lo anuncia de forma irresponsable, prostituyendo el Parlamento. Dice que va a mantener el Pacto, pero lo destruye.

3. Así pues, el gobierno se equivoca y conviene decirle que una parte de la sociedad se opone al diálogo con la banda.

Fernando Savater, engañado por Zapatero y ciego ante la evidencia de que ETA seguía comportándose como siempre (así lo demuestran los hechos señalados en la primera parte de este texto), elude analizar la situación concreta y se dedica a teorizar sobre el diálogo y la negociación. Lo que dice es impepinable: que se puede dialogar con una banda que quiere abandonar el terrorismo y autodisolverse. Lo que no parecía entender Savater y sí la gente que apoyó la manifestación, es que eta no estaba por esas labores con las que Savater teorizaba. Grave error, todavía no asumido ni por Savater ni por quienes le van defendiendo en diversos foros internáuticos. Su actitud, vista ahora con la perspectiva del tiempo transcurrido y la certeza de que lo organizado por el gobierno socialista era una farsa, resulta patética (y más cuando un año después, como veremos más adelante, sigue empeñado en mantener esa postura). Llegó a decir en su día que la manifestación convocada por la AVT era “absurda” y no sólo eso: “No viene a cuento liarse a palos con el presidente del Gobierno cuando yo, que he conocido a Aznar en este frente de los demócratas contra el terrorismo, estoy seguro de que en su momento habría dado saltos de alegría si se hubiera encontrado con una oportunidad como ésta” (Savater: «Zapatero me dijo que recibió una oferta de ETA para dejar las armas», Abc, 23 de mayo de 2005) Además de estas declaraciones, se opone también a la manifestación a través de un artículo (La segunda mesa, El país, 25 de mayo de 2005) en el que dice: “. Si el Gobierno -cualquier Gobierno- hiciera antes del fin del terrorismo concesiones políticas a esa "segunda mesa", entonces sí que estaría justificada su denuncia y la indignada protesta ciudadana. // Hoy por hoy, creo que no lo está. Y por eso me parece una equivocación la manifestación convocada por asociaciones de víctimas para el próximo 4 de junio.”

El Foro Ermua replica a su amigo en un comunicado: “Amigo Savater, dando la espalda al espíritu de Ermua te equivocas gravemente. Y al sumarte a la postura del Gobierno de hacer fracasar la manifestación de las víctimas del terrorismo en Madrid el 4 de junio, te equivocas también.” La justificación del Foro Ermua es la que sigue:
“En la presente encrucijada para la lucha antiterrorista y para el futuro de nuestro país, la rebeldía, la responsabilidad y la valentía ciudadanas están de parte de quienes se atrevan a echarse a la calle en Madrid el 4 de junio, entre quienes deseamos de todo corazón encontrar a nuestros muchos y buenos amigos de la Iniciativa Ciudadana ¡BASTA YA! -como hicimos nosotros en San Sebastián en todas sus convocatorias-. La movilización del día 4 constituye un eslabón más del espíritu y de la rebelión de Ermua”.

También le explican por qué no puede fiarse del presidente Rodríguez:
“No sabemos, amigo Savater, qué motivos pueden hacerte confiar en el Sr. Rodríguez Zapatero, porque nosotros -y los demás colectivos cívicos y asociaciones de víctimas- fuimos engañados personalmente por él, siendo todavía jefe de la oposición, el día 4 de diciembre de 2003, en la sede de su partido, en la calle Ferraz de Madrid. En esta reunión, el Sr. Rodríguez Zapatero nos anunció que su partido apoyaría la reforma penal impulsada por el Gobierno del PP para condenar con penas de cárcel a quienes convocasen referendos ilegales, a pesar de que el PP no les había consultado esta reforma. [...] A la mañana siguiente, los diarios anunciaban la oposición radical del PSOE a aquella reforma penal. Pero, lo que es más grave, desde que el Sr. Rodríguez Zapatero preside el Gobierno de España el retroceso de la lucha antiterrorista ha sido evidente. Una de las recientes concesiones a ETA ha sido la de permitir la resencia en el Parlamento de Vitoria del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV-EHAK), teniendo informes policiales suficientes para instar su ilegalización.”

Para terminar de enredar las cosas, Carlos Martínez Gorriarán dirá, con esa habilidad suya de achacar a los demás los errores y defectos propios, que el Foro Ermua ha mostrado un “talante inquisitorial intolerable” (Basta Ya cierra filas y apoya a Savater frente a las críticas, Abc, 25 de mayo de 2005). Savater es criticado en numerosos medios de comunicación. El revuelo armado es enorme y los gritos y los alaridos de la barra del bar no dejan oír a veces las discrepancias sensatas y fundamentadas. Martínez Gorriarán se tira de cabeza a la bahorrina creada y chapotea en ella metiendo todas las voces discrepantes en el mismo saco:
“Bastó con que Fernando Savater, de Basta Ya, manifestara su desacuerdo con la convocatoria por considerarla exagerada y sin objeto, para que los más aguerridos profesionales de la difamación derramaran sobre él y algunos otros sus toxinas más letales. Savater, héroe antes de ayer, es hoy un colaboracionista del terror difamado con un grado de barbarie que ni el Deia, Gara o ETB, o el propio Zutabe, consiguen en sus mejores ataques de histeria”.

El resto del artículo es un triste, desesperado, agónico y patético intento de contrarrestar las tesis de los gritones que habían criticado a Savater, rehuyendo de esta manera de las críticas fundadas, como las del Foro Ermua. Relacionar las críticas como las del Foro Ermua con los berridos de un Zutabe, más que ejercicio irresponsable, bárbaro y abyecto es una injusticia, triste como todas las injusticias. Martínez insiste posteriormente en criticar la manifestación de la AVT en otro artículo, Una movilización irrepetible (Expansión, 2 de junio de 2005) y llega a decir, dos días antes de que se celebre la manifestación, que ésta no ha tenido éxito: “El problema que enrarece la convocatoria es que esas reclamaciones, que gozan de un apoyo muy mayoritario, no han conseguido el apoyo mayoritario esperado.” En fin, esto lo dice alguien que en abril de 2006 escribió lo siguiente después de una concentración de Basta Ya: “¿Son muchas o pocas trescientas personas para dar valor a un acto de Basta Ya?” (Basta Ya regresa a sus orígenes, http://www.bastaya.org/uploads/noticias/index.php?id=1656).

Independientemente de la batalla de cifras de asistentes que mantuvieron organizadores y fuentes gubernamentales, puede decirse que la manifestación de la AVT fue multitudinaria. Martínez, que a pesar de todo le desea éxito a los convocantes, se olvida del lema de la manifestación y ataca las presuntas intenciones ocultas de sus organizadores: no quieren tanto criticar la deriva de la política antiterrorista del gobierno sino apoyar al PP:
“También existe quien no regala cheques en blanco al Gobierno pero, sin embargo, tampoco comparte las razones de la AVT para convocar una manifestación que les parece más preventiva que otra cosa, una convocatoria que, con la excusa de parar una negociación más presumida que documentada, trabajaría en beneficio de la oposición al Gobierno actual. Algo legítimo, sin duda, pero que no debería partir de colectivos de víctimas ni de grupos cívicos cuya razón de ser radica en conseguir la mayor unidad y consenso posible en la lucha contra ETA, en vez de en lo contrario.”

Es decir, acusa a la AVT y a los que apoyan a la asociación de dividir y anular el consenso. No es el Gobierno, quien unilateralmente ha roto el pacto antiterrorista, sino la AVT la que ha roto el consenso. Su argumento no deja de ser interesante: “Algo legítimo, sin duda, pero que no debería partir de colectivos de víctimas ni de grupos cívicos cuya razón de ser radica en conseguir la mayor unidad y consenso posible en la lucha contra ETA, en vez de en lo contrario.” Uno, ante esta afirmación, se hace dos preguntas ¿De quién debería partir, pues? y ¿Quién ha roto la unidad y el consenso en la lucha contra eta: el gobierno o el Foro Ermua y la AVT?
Un año después: junio de 2006

Así pues, el resultado final de todo esto es que a un lado hay un grupo de asociaciones que dividen, rompen consensos y apoyan al Pp y al otro Basta Ya, asociación que por el momento confía en el gobierno, aun sin darle un cheque en blanco. Creo haber demostrado, exponiendo los hechos relativos a eta durante 2004 y 2005, que confiar en el gobierno en mayo y junio de 2005 era algo cuanto menos equivocado. Basta Ya no sólo dio apoyo al gobierno entonces, sino que ¡¡un año después!!, tras comprobarse fehacientemente la falta de voluntad de eta de abandonar el terrorismo (aquí entran los actos de kale borroka, la evidencia de que eta seguía extorsionando, por no hablar de las reuniones de los batasunos con el pse y pnv) seguía otorgando esa confianza.

Así lo hizo en su comunicado de 30 de junio de 2006. Un año después de todo lo que he explicado, y sin tener en cuenta lo ocurrido durante todo el año anterior, Basta Ya dice: “Apoyamos el diálogo con ETA para tratar, exclusivamente, del final del terrorismo”. Sorprende tanta obcecación.

Que Basta Ya, en junio de 2006, en lugar de enfrentarse abiertamente al gobierno le siga dando un apoyo basándose en algo tan irreal como que eta quiera sentarse para negociar su autodisolución, no sólo es sorprendente sino irritante. No acaban de reconocer su error ni de unirse fehacientemente al Pp o al Foro Ermua y otras asociaciones para manifestarse unidos contra un gobierno infame, mentiroso y traidor, pero tampoco le muestran a éste un apoyo sincero y argumentado, sea o no correcto, sea o no erróneo. Es un apoyo diluido, basado en quimeras y no en hechos. Por esto, creo yo que con toda propiedad, puede decirse que Basta Ya se la ha estado cogiendo con papel de fumar desde hace más de dos años. Cuando uno lee ahora los artículos de Savater de los años 2005 y 2006 encuentra párrafos inteligentísimos, reprobaciones geniales, argumentos impepinables. Pero el trasfondo, siempre, es un telón de opereta, un decorado pasado de moda. Savater y Basta Ya seguían empeñados en llegar tarde a donde otros, con mucho más conocimiento de lo que estaba pasando en este país, habían llegado con mucha anterioridad. Esos otros que convocaban manifestaciones absurdas y que tenían talante inquisitorial. Pero estos sueños y estas quimeras no son las de un grupo de intelectuales y profesores que se contentan con dar su opinión en la prensa, a través de artículos, entrevistas o declaraciones.

Por lo que parece, su intención, la intención de ese apoyo crítico, era influir en el gobierno. Asumir el papel de “la voz de la conciencia” de un Psoe repulsivamente mentiroso y traidor. Savater lo explica claramente: “Volvemos a lo de siempre: el proceso es largo y difícil, confiemos en el Gobierno. No deseo otra cosa, pero me gustaría estar seguro de que hablamos todos de lo mismo. A pesar de que según Patxi López el presidente ya lo ha dejado claro "todo y para todos", los más torpes seguimos levantando la mano a ver si alguien nos contesta” (El precio político, El país, 6 de noviembre de 2006). Savater y mano levantada, como el niño que espera en el aula, inquieto en su asiento, levantándose incluso y cimbreando el brazo, a que el profesor le vea el dedito que ha de responder a la pregunta difícil. Más de dos años con el dedito levantado tratando de llamar la atención de un presidente demencial, verborreicamente vacuo, infausto, peligroso y rufián.

Triste papel, el del “primer intelectual de España”.
Creo haber mostrado cuál ha sido la situación en España durante el año 2005, en lo que a terrorismo se refiere. He tratado en esa primera parte de ser lo más objetivo posible al exponer sólo los hechos ocurridos. Mi opinión, expuesta después, es que la respuesta a esos hechos tenía que haber sido contundente y unánime.
Lamentablemente no lo fue, y no porque un grupo de asociaciones rompiera el consenso supuestamente existente, sino porque ese consenso lo rompió un gobierno traidor y mentiroso, incapaz de ocultar su traición y su mentira pero exitoso a la hora de conseguir que nadie le haya echado en cara de forma clara su traición. No sólo no ha habido una reacción tan furibunda como justa a ese descaro intolerable, sino que algunos han seguido apoyando a ese gobierno, con más o menos entusiasmo, y atacando a quienes en su día tuvieron razones y razón para manifestarse: “Contigo o sin ti [Fernando Savater], la movilización del 4 de junio va a poner en evidencia el sentir de una gran parte de la sociedad española y su determinación de no permitir que se humille y se entregue su dignidad y su libertad por unos meses de tregua-trampa” (Foro Ermua, 23 de mayo de 2005).

Ésta ha sido la deriva de Basta Ya. Ha terminado reconvirtiéndose en un partido: Unión, Progreso y Democracia. Un partido pendiente de mantener la equidistancia entre Psoe y Pp, criticando a ambos por igual. Un partido balanza. Una balanza de precisión incapaz de mostrar su desprecio de forma clara al peor gobierno que ha tenido España, al gobierno más destructivo que hemos padecido los ciudadanos de este país y cuyas fechorías han causado tanta destrucción que vamos a tardar años en recuperar lo que en treinta de democracia habíamos conseguido sacar adelante, mal que bien. Resulta difícil quedar satisfecho con las declaraciones de sus dirigentes e ideólogos cada vez que han de mostrar su opinión respecto a un posible pacto con los socialistas que les permitiera seguir cuatro años más en el gobierno. A este respecto, les remito a uno de los mejores textos que se han escrito sobre el tema: Sin perdón, de Tsevanrabtan (http://tsevanrabtan.blogspot.com/2007/10/sin-perdn.html). Y ya puestos, a una de las denuncias más lúcidas de nuestros actuales dirigentes: El rufianismo en el poder, de Hermann Tertsch (http://www.abc.es/ 20071015/opinión -firmas/rufianismo-poder_20071015024 6.html).
No puedo terminar este texto sin citar a ese lobo solitario, Palinuro endurecido, que es Jon Juaristi:
Fernando (Abc, 27 de mayo de 2007)
Savater, por supuesto. Disculpen que comience citando versos de un poema mío a él dedicado: «Pues bien, ha sido un lujo seguirte en la distancia/ y a veces no seguirte/ pero con la certeza del encuentro futuro». En ellos se resume lo que Fernando Savater ha sido y es para mí desde hace cuarenta años. Una referencia en el horizonte, que a menudo pierdo de vista deliberadamente. Pero, sobre todo, una certeza. La certeza absoluta de que aparecerá en los momentos más difíciles y estará contigo en la batalla, como ha hecho siempre. Sus desplazamientos tácticos no me preocupan. De Fernando Savater se puede prescindir en las escaramuzas -incluso es recomendable hacerlo con frecuencia-, pero, sin él en las Termópilas, estás perdido. // Contra lo que andan largando por ahí algunos despistados de buena fe y algunos otros de muy mala, no es mi intención sumarme al nuevo partido que auspicia Fernando junto a Carlos Martínez Gorriarán y Rosa Díez. Éste es uno de esos momentos en que hay que decirse un «hasta luego». [...]

La Biblioteca Fantasma

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