Zapatero, de tanto arrastrarse, se ha convertido en un ridículo internacional, como si de un presidente tercermundista se tratara. Un Gobierno europeo, que en principio tiene un peso exterior reconocido, no se ir arrodillarse públicamente de esta manera tan lastimera. Existen otras fórmulas para conseguir el objetivo que Zapatero persigue y que no pasan por humillarse públicamente. Si bien hay que reconocer que en esta ocasión es bastante complicado por la actitud despectiva que ha mantenido el presidente del Gobierno hacia Estados Unidos durante la anterior legislatura.
Han sido cuatro años en los que la política exterior se ha convertido en un tema marginal y durante los que, para más inri, se ha ninguneado a países y Gobiernos aliados (dejando nuestra imagen por los suelos). Zapatero, por consiguiente, sólo está recogiendo lo que él mismo ha cultivado.
Se trata de una situación difícilmente reversible para el actual Ejecutivo. Todas las gestiones que ha venido realizando el Gobierno para asistir a la Cumbre han caído en saco roto. Se trata de un desprestigio que tardará mucho tiempo en repararse cuando quizá ya sea demasiado tarde para nuestro país.
Libertad Digital - Opinión
0 comentarios:
Publicar un comentario