Mi distancia de los partidos políticos y su funcionamiento interior me impide conocer los secretos de sus reglamentos internos. Me figuro que existirá alguna comisión encargada de analizar actuaciones oscuras y poco edificantes. He leído que en el Partido Popular hay una comisión de disciplina, pero me temo que muy sosegada y proclive a la inactividad. De lo contrario, ya hubiera sido enviada a su casa la señora alcaldesa de Elda, doña Adela Pedrosa, por haber denegado mediante un largo silencio administrativo bautizar una calle de su ciudad con el nombre de un guardia civil asesinado por la ETA.
En 1983, febrero negro y frío, el guardia civil y vecino de Elda don Miguel Mateo Pastor fue asesinado por los terroristas cuando patrullaba por las cercanías de Villafranca de Ordicia. La idea, feliz y justa idea, de recordar con una calle a su nombre a don Miguel Mateo Pastor ha sido de UPyD, motivo fundamental para que los «populares» de Elda se hayan pasado la gloriosa memoria del guardia civil por los aledaños de sus entrepiernas, tanto los de ellos como los de ellas, que no hay que hacer distinciones al respecto. Es decir, que el PP de Elda se ha comportado con una víctima del terrorismo etarra de la misma manera que el PNV, Izquierda Unida, EA, ANV, ERC, o los esbirros de Batasuna. Ejemplar y edificante.
En 1983, febrero negro y frío, el guardia civil y vecino de Elda don Miguel Mateo Pastor fue asesinado por los terroristas cuando patrullaba por las cercanías de Villafranca de Ordicia. La idea, feliz y justa idea, de recordar con una calle a su nombre a don Miguel Mateo Pastor ha sido de UPyD, motivo fundamental para que los «populares» de Elda se hayan pasado la gloriosa memoria del guardia civil por los aledaños de sus entrepiernas, tanto los de ellos como los de ellas, que no hay que hacer distinciones al respecto. Es decir, que el PP de Elda se ha comportado con una víctima del terrorismo etarra de la misma manera que el PNV, Izquierda Unida, EA, ANV, ERC, o los esbirros de Batasuna. Ejemplar y edificante.
La señora Alcaldesa, que fue elegida por sus ciudadanos por encabezar la lista del Partido Popular no admite lecciones de UPy D, y ha respondido con el silencio a la petición de un acto de justicia obligado. Esta señora se tiene que ir a su casa, y si no encuentra el camino, señalárselo desde la estancia donde se supone que se reúne la comisión de disciplina interna del Partido Popular. Y si los componentes de la referida comisión disfrutan de vacaciones, el señor Rajoy, o el señor Arenas, o la señora Cospedal, harían muy bien en convocarlos de urgencia para que juntos analizaran el inadmisible desprecio que una alcaldesa del Partido Popular ha demostrado hacia una víctima del terrorismo. En el Partido Popular, esa señora no cabe ni sirve. Y si sirve y cabe, el Partido Popular habrá perdido uno de sus principales y más firmes fundamentos. Apoyar a quienes han muerto por España a manos del terrorismo separatista y comunista de la ETA, honrar su memoria y velar por sus familias.
Si el hecho de que otro partido, en el caso que nos ocupa, la UPyD, haya sido la impulsora del homenaje al guardia civil de Elda asesinado, es motivo razonable para no bautizar una calle con su nombre, todo se hace añicos y el respeto desaparece por completo. No se trata de un asunto menor. Es una cuestión de principios y de valores. Esto no se arregla con una sanción o una regañina a la gallega, a la andaluza o a lo castellano-manchego. Esto no tiene otra salida que la inmediata expulsión de quienes han cometido semejante tropelía. Y si el PP de Elda pierde el control del Ayuntamiento, que lo pierda. Y si los ediles cobardes deciden formar un grupo municipal siguiendo el cercano modelo de la mamá de Leire Pejín o Pajín, que lo formen bajo el paraguas de la ignominia. Mucho más que el Ayuntamiento de Elda vale la memoria de un guardia civil asesinado. Dudo mucho de que haya un solo votante del PP en Elda que aplauda el silencio de su alcaldesa. Y los ciudadanos son los que mandan. Todos, uno del otro en pos, y en fila india, a su casa.
Si el hecho de que otro partido, en el caso que nos ocupa, la UPyD, haya sido la impulsora del homenaje al guardia civil de Elda asesinado, es motivo razonable para no bautizar una calle con su nombre, todo se hace añicos y el respeto desaparece por completo. No se trata de un asunto menor. Es una cuestión de principios y de valores. Esto no se arregla con una sanción o una regañina a la gallega, a la andaluza o a lo castellano-manchego. Esto no tiene otra salida que la inmediata expulsión de quienes han cometido semejante tropelía. Y si el PP de Elda pierde el control del Ayuntamiento, que lo pierda. Y si los ediles cobardes deciden formar un grupo municipal siguiendo el cercano modelo de la mamá de Leire Pejín o Pajín, que lo formen bajo el paraguas de la ignominia. Mucho más que el Ayuntamiento de Elda vale la memoria de un guardia civil asesinado. Dudo mucho de que haya un solo votante del PP en Elda que aplauda el silencio de su alcaldesa. Y los ciudadanos son los que mandan. Todos, uno del otro en pos, y en fila india, a su casa.
La Razón - Opinión
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