
Santa Rita de Casia nació en Roccaporena cerca de Casia en la hermosa región de Umbría a unos 200 kilómetros de Roma. Es por excelencia la patrona de los imposibles, hija obediente, esposa fiel y maltratada, madre, viuda, estigmatizada y santa incorrupta. Patrona de las personas que padecen soledad, esterilidad, infertilidad, victimas de abusos, enfermedades del cuerpo, causas desesperadas, matrimonios con dificultades, viudas y padres. De todo este abanico de patrocinados, hoy nos interesan particularmente las personas que padecen enfermedades del cuerpo.
Antes, nunca está de más, echaremos una mirada retrospectiva al tema de las curaciones a lo largo de la historia espigando alguna que otra curiosidad que nos pueda servir de referencia. Entre las profesiones más antiguas del mundo se encuentran las de cura, médico y abogado, en muchas culturas primitivas incluso podían confundirse. Es claro que la denominación de “oficio más antiguo del mundo” parece estar ocupado por otro tipo de profesionales que no mencionamos aquí por temor a alguna desafortunada confusión. Los babilonios poseían grandes conocimientos de herboristería y cosmética, los médicos, según su actividad pertenecían a varios tipos de la clase sacerdotal, su importancia social era considerable y gozaban de impunidad legislativa.
Los cirujanos en cambio, no formaban parte de la clase sacerdotal, se les consideraba técnicos, y el Código de Hammurabi era muy severo con ellos. Dicho código consagra legalmente la ley del Talión “ojo por ojo y diente por diente”.
Hipócrates considerado por muchos el padre de la medicina moderna fundador de la escuela de Cos, además se le atribuye el conjunto de obras denominado “Corpus Hippocraticum” muy diferentes entre sí y obra de distintos autores. Se enumeran hasta 53 escritos hipocráticos, de medicina general, anatomofisiología, dietética, patología, terapéutica, cirugía, oftalmología, ginecología, obstetricia y pediatría. El concepto de humor fue una de sus aportaciones fundamentales, la salud era el producto del equilibrio humoral, las causas de la enfermedad podían ser externas o internas, las observaciones clínicas eran detalladas y certeras. Jamás ninguna medicina anterior ha observado, palpado e incluso gustado ( orines ) de modo tan minucioso al enfermo y sus secreciones, intentando un correcto diagnostico. En la actualidad son frecuentes los retornos a la medicina hipocrática, el recurso a la fuerza curativa de la naturaleza y el permitir que la enfermedad siga su curso, ayudando al organismo a vencerla.
Galeno, figura médica romana, recoge sistematiza y globaliza las ideas médicas de la Antigüedad y las integra en un hipocratismo aristotelizado que reinará sobre la medicina universal durante quince siglos, su influencia y errores anatómicos y fisiológicos perduran hasta el siglo XVI, en Galeno la Farmacia predomina sobre la cirugía, cosa lógica por otra parte, la cirugía estaba estancada, pues su asiento natural, la anatomía no se desarrolló hasta la aparición de Andrés Vesalio (1.514-1.564) ,diseccionaba cadáveres de criminales ejecutados, durante su investigaciones anatómicas. Antes de Vesalio la disección de cadáveres humanos era una practica prohibida. Insistiremos sobre el arte de la cirugía, pues aunque no lo parezca, es la causa de este escrito. Según el francés Ambroise Paré, la función del cirujano es la siguiente: “Eliminar lo superfluo, separar lo que se ha unido, reunir lo que se ha dividido y reparar los defectos de la naturaleza”.
En las técnicas quirúrgicas, tradicionalmente aparecen tres principales obstáculos para el cirujano, la hemorragia, el dolor y la infección. Con los diferentes adelantos, hoy día el asunto está bastante controlado, pero hace relativamente poco el tema en su conjunto podía parecer insalvable. Los profesionales médicos y cirujanos han sufrido numerosos encuentros y desencuentros a lo largo de la historia, al desarrollarse la medicina moderna ambas disciplinas se agruparon en una misma formación académica “Licenciatura en medicina y cirugía”, pero no hace tanto tiempo los barberos, un gremio de prácticos no médicos, desconocedores del latín cuyo campo de actuación se limitaba a intervenciones tales como flebotomías (sangrías), extracciones de piezas dentarías, o curación de pequeñas heridas reivindicaban la condición de cirujanos, en Inglaterra alcanzaron igual consideración ambos grupos.
Hipócrates fundó su escuela sobre los principios del juramento hipocrático, que aún hoy recitan , de forma ritual no literal, los recién licenciados en medicina y cirugía de muchos países occidentales:
Texto del Juramento Hipocrático: (No es uniforme en las diferentes versiones que pueden encontrarse, cada centro lo tiene adaptado de alguna manera a su ideología particular, aunque casi todas coinciden en lo fundamental)
“Juro por Apolo el Médico y Esculapio y por Hygeia y Panacea y por todos los dioses y diosas, poniéndolos de jueces, que este mi juramento será cumplido hasta donde tenga poder y discernimiento. A aquel quien me enseñó este arte, le estimaré lo mismo que a mis padres; él participará de mi mandamiento y si lo desea participará de mis bienes. Consideraré su descendencia como mis hermanos, enseñándoles este arte sin cobrarles nada, si ellos desean aprenderlo. Instruiré por precepto, por discurso y en todas las otras formas, a mis hijos, a los hijos del que me enseñó a mí y a los discípulos unidos por juramento y estipulación, de acuerdo con la ley médica, y no a otras personas.
Llevaré adelante ese régimen, el cual de acuerdo con mi poder y discernimiento será en beneficio de los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror. A nadie daré una droga mortal aún cuando me sea solicitada, ni daré consejo con este fin. De la misma manera, no introduciré a ninguna mujer una prótesis en la vagina para impedir la concepción o el desarrollo del nuevo ser; mantendré mi vida y mi arte alejado de la culpa.
No operaré a nadie por cálculos, (la operación de piedra) dejando el camino a los que trabajan en esa práctica. A cualesquier casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos, absteniéndome de todo error voluntario y corrupción, y de lascivia con las mujeres u hombres libres o esclavos.
Guardaré silencio sobre todo aquello que en mi profesión, o fuera de ella, oiga o vea en la vida de los hombres que no deba ser público, manteniendo estas cosas de manera que no se pueda hablar de ellas.
Ahora, si cumplo este juramento y no lo quebranto, que los frutos de la vida y el arte sean míos, que sea siempre honrado por todos los hombres y que lo contrario me ocurra si lo quebranto y soy perjuro “
Todo lo anterior viene a cuento después de leer en La Vanguardia una noticia que hace que uno pueda dudar de casi todo en nuestra sociedad, Italia se ha visto sacudida por un escandaloso fraude a la sanidad pública, jugando además con la salud de las personas, 13 médicos y personal sanitario de una clínica privada de Milán, la Clínica Santa Rita, han sido acusados por presuntas operaciones quirúrgicas innecesarias, para cobrar por esos servicios a la sanidad pública de la región de Lombardía ( si no me equivoco feudo de la Liga Norte), parece ser que 93 personas fueron operadas sin que sus dolencias lo exigieran realmente, cinco fallecieron con posterioridad, algunos casos concretos: “ Una paciente de 71 años con pulmonía y pérdidas en la pleura, que podía haber sido tratada con un drenaje, acabó en el quirófano y le extirparon parte de un pulmón”, una anciana de 88 años fue operada tres veces, a 12.000 euros la operación, cuando hubiera bastado con una.
La fiscalía cifra en 2.5 millones de euros los presuntamente estafados desde 2005. Los investigadores por medio de escuchas telefónicas han logrado gravar conversaciones entre los implicados donde hablan de “ la necesidad de realizar operaciones quirúrgicas para ganar dinero”.
Luego, visto el panorama, cuando alguien aparezca exigiendo la aplicación del Código de Hammurabi al cirujano jefe responsable de las operaciones fraudulentas de la clínica Santa Rita de Milán, someterle a N operaciones innecesarias tantas como las padecidas por los inocentes pacientes, por las que además tenga que aflojar de su bolsillo Nx12.000 euros. Nadie debería sorprenderse si mucha gente mira para otro lado.
¡Gracias Yauna!