Ahora bien, para el centroderecha la utilidad de este producto pasa porque realmente arañe votos al Partido Socialista. Sólo en ese caso, la rentabilidad indirecta para el PP explicaría el abierto apoyo que ha recibido la marca Ciutadans (C´s) en medios afines al centroderecha como la Cope o El Mundo. El problema es que ni siquiera las encuestas son concluyentes. Por ejemplo, la realizada por Noxa para La Vanguardia poco antes de los comicios cifraba en un 4% los electores que habían votado al PSC en el 2003 y que ahora votarían a Ciutadans, y en un 13% aquellos que habían respaldado al PP hace tres años y que en el 2006 apoyarían al nuevo partido. Traducido en valores absolutos, suponía más de 41.000 antiguos votantes socialistas y más de 51.000 antiguos votantes populares, y un cómputo global - 92.000 sufragios- similar al que obtuvo Ciutadans en los comicios: cerca de 90.000 votos.
Ahora bien, la rentabilidad de la operación empieza a evidenciarse ruinosa para el centroderecha si se comparan las magnitudes. Por ejemplo, y pese a que la dimensión electoral del PP (316.000 papeletas) supone apenas una tercera parte de la del PSC (796.000), los populares habrían aportado más de la mitad de los electores del nuevo partido. Sin olvidar que el recuerdo de voto al PSC en los sondeos estaba sobredimensionado, por lo que muchos de los presuntos votantes socialistas que aseguraban que ahora apoyarían a C´s en realidad nunca votaron al PSC en las catalanas.
Sin embargo, hay otros datos que apuntalan la hipótesis de que la nueva formación anticatalanista habría atrapado a más votantes del centroderecha que del centroizquierda. Al menos así se desprende de una comparación con elecciones en las que el PP ha sumado una cifra de votos similar si al resultado del centroderecha se agregan los votos de Ciutadans. Se trata de los comicios de 1995, 2003 y 2006.
Pues bien, sobre un panel de 26 localidades representativas, los resultados apuntan en la misma dirección. Para empezar, en once de estas localidades PP y Ciutadans sumaron el pasado 1 de noviembre menos votos que el furibundo antinacionalista Alejo Vidal-Quadras en 1995. Y en este paquete figuran poblaciones tan significativas como l´Hospitalet de Llobregat, Sant Adrià de Besòs o Barcelona. De hecho, en muchas de estas localidades - incluida la Ciudad Condal- la suma de papeletas del PP y de C´s es prácticamente la misma que logró Piqué en los comicios autonómicos del 2003.
En otras ocho poblaciones, los votos del PP hace once años ofrecen cifras muy similares a las que han congregado los populares y Ciutadans en el 2006, con pequeñas diferencias por arriba o por abajo. Y se trata también de localidades con fuerte contingente de inmigración procedente del resto de España:
Santa Coloma de Gramenet, El Prat de Llobregat o Badalona.
Finalmente, en seis de las 26 localidades analizadas, PP y Ciutadans reunieron el 1 de noviembre una cifra de votos muy por encima de la de los que recolectó Vidal-Quadras en 1995. Se trata de Cerdanyola, Gavà, Granollers, Mollet, Terrassa y Vilanova i la Geltrú.
Sin embargo, los márgenes se reducen sensiblemente si la comparación se establece con los resultados de los populares en el 2003. Por ejemplo, el PP obtuvo en Vilanova más votos en el 2003 que los que acumularon el propio Partido Popular y Ciutadans este 2006.
Aun así, es lógico preguntarse de dónde han salido los electores de C´s que desbordan el cómputo habitual del centroderecha españolista en las elecciones catalanas. Y las hipótesis pueden resumirse en dos. La primera residiría en la abstención autonómica, pero sin abandonar el espacio de centroderecha. No hay que olvidar que los votos conjuntos de populares y Ciutadans suponen en todas esas poblaciones entre el 63% y el 76% de las papeletas que suma el propio PP en las elecciones generales (y menos del 50% en el caso de los sufragios de Piqué). Por tanto, ahí existe una amplia cantera de votantes reactivos a las cuestiones territoriales e identitarias, susceptibles de ser movilizados.
La otra hipótesis considera el trasvase desde el PSC. Claro que en Cerdanyola, Mollet o Vilanova, los socialistas han mejorado sensiblemente su voto absoluto de hace once años. Por ello, y sin descartar el apoyo de algunos antiguos votantes socialistas a C´s, los datos apuntan a que el mayor contribuyente al crecimiento del nuevo partido ha sido el espacio de centroderecha. En definitiva: desvestir un santo para vestir otro, una conducta a la que invitaba la propia imagen electoral de Ciutadans.
Carles Castro, La Vanguardia, 20-11-2006.
