martes, 4 de octubre de 2011

Lo que disfruta Rubalcaba. Por Rafael Torres

Si la acción de gobierno en épocas de vacas flacas quema y pasa factura electoral, el PP no debería olvidar, aunque lo olvide alegremente, que gobierna en casi toda España. Y donde no gobierna, mandan, salvo en Andalucía y el País Vasco, primos suyos de la derecha de toda la vida: Cascos en Asturias o Mas en Catalunya. Quiere esto decir que la demonización sistemática del PSOE como autor de todos los males que afligen a España por haberla estado gobernando, puede funcionar para los afectos, para los incondicionales del PP, pero que esos tres o cuatro millones de fluctuantes que al final deciden quién gobierna, si Cánovas o Sagasta, viven en sitios donde la derecha está sacudiendo de firme a la gente con sus "rebajas", sus despidos y sus ajustes, y que lo mismo deciden a última hora no votarla porque no les da la gana.

Los sondeos, imbuidos de la falsa idea de ser una especie de adelanto, prospección o incluso primera vuelta electoral, hace mucho que vendieron la piel del oso al PP, es más, que se la regalaron, pero el oso que le queda vivo a Rubalcaba bien pudiera pegarles un susto a los peleteros y a los taxidermistas. El candidato del PSOE dispone, además, de un arma de efectos impredecibles con la que nadie contaba: el disfrute. En efecto; a Rubalcaba se le ve disfrutar muchísimo figurándose que vuelve a ser el socialista de izquierda que acaso fue algún día. Por eso es absurdo que le acusen de proponer lo que no hizo en el Gobierno: allí no era socialista ni de izquierda.

La pena es que, obligado a ser muy de izquierda todo el rato, Rubalcaba solape el componente conservador (en el buen sentido) que atesora. Ese componente, liberado de la convenciones llamémosles "progres", podría darle mucho juego. Por ejemplo; cuando rectifica al preguntador que se dirige a él llamándole Rubalcaba a secas: "¿Quiere decir "señor Rubalcaba", ¿verdad?". Porque, desde luego, tan importante como crear empleo o gravar el alcohol es que las personas sean educadas, y eso del "oiga, Rubalcaba", como lo del tuteo indiscriminado, es el cáncer de la educación. Termine de desmelenarse, pues, el candidato. Y disfrute, que la vida es arena entre los dedos.


Periodista Digital – Opinión

La leyenda del «Sarri». Por Iñaki Ezkerra

El Gobierno de Patxi López acaba de darle un premio de ensayo a una leyenda más que a un escritor. Se llama Joseba Sarrionaindia y lleva 26 años huido de la Justicia española, desde que en 1985 se fugó de la cárcel de Martutene metido en un altavoz del cantante Imanol. Sarrionaindia había sido condenado en 1980 a 27 años de cárcel por su pertenencia a ETA.

En el 82 habían ganado los socialistas y se había abierto un dilatadísimo período de reinserción al que se acogieron muchos en condiciones parecidas a la suya. Hubo hasta el caso de uno que pasó de ETA a jefe de prensa del PSOE. Sarrionaindia podía haber sido uno de esos reinsertados, pero se cruzó en su camino un concierto de Imanol con aquel bafle fatídico. Ahí nació el mito del «Sarri», pero ahí la cagó el hombre que quería ser escritor y se convirtió en personaje literario.

Los truculentos hermanos Muguruza (otros músicos de las tierras vascas) hicieron el resto. Agarraron por las solapas una canción del grupo jamaicano Toots and The Maytals y donde la letra decía Chatty-chatty pusieron «Sarri Sarri». El mal ya estaba hecho. La canción se propagó por todas las verbenas de Euskadi y recuerdo a más de un concejal socialista de la margen izquierda del Nervión meneando el culo con su parienta al son de ese estribillo en las fiestas de su pueblo.


Durante años Sarrionaindia o su fantasma ha ganado premios y ha enviado, a diferentes publicaciones vascas, unas regulares colaboraciones que llegaban siempre rodeadas de un secretismo pueril que añadía un interés morboso al literario y que trataban de alimentar esa leyenda suya, que inevitablemente ha ido decayendo hasta quedarse en un guiño para una minoría de arte y ensayo euskoparlante. En sus escritos, Sarrionaindia ni ha llamado a sus lectores a las armas ni se ha retractado de su militancia etarra.

Es curioso, que, siendo un escritor, no se sepa lo que piensa de ese asunto ni del presente político. Cultiva la extemporaneidad para seguir mimando su estatua de eterno Peter Pan con pistola. De Peter Pan o de patata caliente para el Gobierno de Patxi, que ahora dice que va a retenerle el dinero del premio. No es que vaya a retenerle el dinero. Es que no sabe dónde ingresárselo. Sería escandaloso que la Consejería vasca de Cultura tuviera los datos bancarios de un etarra en fuga y los usara para hacerle ingresitos jugosos.

Si el Gobierno de Patxi quiere ser realmente legal tiene otro camino. Para presentarse a un premio literario oficial se exigen siempre al aspirante unos datos básicos que el «Sarri» no ha podido cumplimentar lógicamente. Se exige el teléfono, el domicilio, el DNI con una foto actual y no la de adolescente que hoy conservan todos los periódicos españoles de él con un cariño de madre.


La Razón – Opinión

Paz sucia. ¿Para qué Ekin teniendo a Bildu? Por Guillermo Dupuy

Tras la sentencia del Constitucional a favor de Bildu, y tras celebrar la propia ETA su resultado electoral, ¿nos ha de parecer "buena" la noticia de la disolución de Ekin? No. Lo que nos parece es tan lógica como se lo parece a quienes la han anunciado.

El repugnante empeño del gobierno y el PSOE por hacer pasar el enésimo chantaje en forma de alto el fuego de ETA como si del final de la amenaza terrorista se tratara sigue adelante con la práctica y suicida condescendencia del principal partido de la oposición.

Por lo visto, al gobierno y al PSOE no les basta con elogiar la vomitiva carta en la que los presos de ETA arremeten contra los estados español y francés por "el conflicto que han impuesto a Euskalherria", exigen la "amnistía total", condicionan el alto el fuego de la banda a la consecución de los objetivos soberanistas por los que han practicado su "lucha armada", o celebran, tal y como ya hicieran a principios de año, la firma del Pacto de Guernica, pacto que impulsó la propia banda terrorista; ahora el PSOE, nacionalistas y buena parte de los medios de comunicación hacen también trampas respecto a lo que significa tanto el último comunicado de ETA como el anuncio de disolución de Ekin hechos públicos este fin de semana.


En el primero, la organización terrorista, tras reiterar que la "resolución del conflicto" pasa por que se atiendan sus inamovibles exigencias, lo único que hace es mostrarse dispuesta a colaborar con una "comisión internacional de verificación" cuya creación la propia ETA exigió con ocasión de su "alto el fuego" de enero. La "internacionalización de la resolución del conflicto" es una demanda que ETA viene haciendo desde hace décadas, pero si buena parte de la clase política y mediática española ha celebrado como algo positivo que ETA y sus presos se adhieran a un Pacto en torno a la autodeterminación y la amnistía como es el de Guernica, ¿cómo no va a esperar ETA que se vea también como un "gesto positivo" por su parte su adhesión a lo que ella misma viene reivindicado?

Con todo, más engañosa y cínica ha sido la buena acogida que el gobierno ha dispensado al "anuncio" de disolución de Ekin hecho por dos de sus integrantes en el Gara. Que ETA había decidido disolver Ekin era algo que ya sabíamos desde que en abril de este año lo hizo público la cadena SER, basándose en un informe de los servicios de información del Estado. Esa disolución ya mucho antes era previsible, no sólo por los golpes policiales que había sufrido por órdenes de jueces como Grande-Marlaska, sino también por el trabajo que los comisarios políticos de ETA estaban llevando a la hora de impulsar y tutelar el acuerdo político ya entonces existente entre la "izquierda abertzale" y Eusko Alkartasuna que, meses después, desembocaría en la creación de Bildu.

Fue precisamente el auto de encarcelamiento dictado por Grande Marlaska contra los seis miembros de Ekin detenidos a principios de año el que desveló que estos habían participado en varias "reuniones de coordinación" con Batasuna por "encargo de ETA", revelación que, junto a otros informes policiales, sirvieron posteriormente de base para la sentencia de ilegalización de Bildu.

Sin embargo, tras la bochornosa sentencia del Constitucional a favor de Bildu, y tras celebrar la propia ETA públicamente sus buenos resultados electorales –comunicado de julio de 2011- , ¿nos ha de parecer "buena" la noticia de la disolución de Ekin? No. Lo que nos parece es absolutamente lógica, como así se lo parece también a los dos miembros que la han anunciado y que, tras hacer un "balance positivo de su labor", han animado a sus miembros y seguidores a integrarse en lo que eufemísticamente llaman "la izquierda abertzale" y su "nueva estrategia".

A esto le llaman "paz" y a esto tendrá que enfrentarse o doblegarse el próximo gobierno del PP. Claro que esto lo dejo para el próximo artículo.


Libertad Digital – Opinión

ETA en campaña. Por Cayetano González

El continuo goteo en estos días de noticias supuestamente positivas referidas a la banda terrorista ETA está produciendo el efecto de introducir a esta en la precampaña electoral, lo que sin ninguna duda favorece en primer lugar a la franquicia de ETA en las elecciones generales del 20-N. Las expectativas electorales de Bildu en dichas elecciones -a las que concurrirá en coalición con Aralar- son las de tener grupo parlamentario propio en el Congreso de los Diputados, lo que supone sacar al menos cinco diputados.

Pero no es sólo ETA y su mundo quien está queriendo dar la impresión que están dando pasos positivos. El propio Gobierno de Zapatero, el lehendakari socialista Patxi López y de forma mas cauta el candidato Rubalcaba, han valorado positivamente esos pasos, lo que aparte de provocar cierta sorpresa -que se sepa, a día de hoy ETA no ha anunciado que se disuelva ni ha entregado las armas, ni ha perdido perdón a las víctimas que ha causado- lleva a preguntarse si el PSOE quiere dejar "atado y bien atado", antes de previsiblemente abandonar el poder, todo lo que ha venido tejiendo en estos años en su proceso de negociación con la banda terrorista, de tal manera que un supuesto ejecutivo del PP no pueda dar marcha atrás en ciertas concesiones que se han hecho a los terroristas.


Sólo de esa forma se explicaría el que haya aparecido en escena -sin que el Gobierno haya hecho nada para impedirlo- una esperpéntica comisión internacional de expertos en mediación en conflictos que después de reconocer que no tienen ni idea de lo que ha pasado en el País Vasco, se han ofrecido a verificar el "alto el fuego" declarado por ETA el pasado mes de enero. O que el lehendakari López -¿hasta cuando el PP vasco estará dispuesto a mantenerle su apoyo en Vitoria?- haya solicitado el acercamiento de los presos de la banda terrorista a las cárceles del País Vasco y que se empiecen a aplicar medidas de reinserción.

Lo preocupante de toda esta situación es que desde el Gobierno de Zapatero se quiere vender a la opinión pública que el tema de ETA está finiquitado. Y puede que sea así desde el punto de vista policial, pero en ningún caso en el frente político, donde la banda está mas fuerte que nunca: Bildu gobierna en 104 Ayuntamientos del País Vasco y Navarra; las perspectivas electorales para el 20-N son inmejorables y en las próximas elecciones autonómicas vascas -en la primavera del 2013- de seguir las cosas así, estará en condiciones de disputar el puesto de partido mas votado al PNV. Es decir, el proyecto totalitario que encarna ETA, por el que ha asesinado en sus cincuenta años de macabra existencia a 858 personas, está triunfando. Si a eso algunos lo quieren llamar el final de ETA, allá ellos. Otros lo llamamos la derrota de la democracia, del Estado de Derecho y la humillación de las víctimas del terrorismo.


Periodista Digital – Opinión

Fuera de control. Por Ignacio Villa

Estamos en unas manos aparentemente anónimas que juegan a diario con el sistema financiero internacional.

La irrupción de Alessio Rastani –un aparente operador de bolsa de la City londinense– la semana pasada en un informativo de máxima audiencia de la siempre exquisita BBC anunciando el apocalipsis bursátil ha dejado encima de la mesa algunas cuestiones clave, ha demostrado que el mundo de los mercados se devora a sí mismo y ha dejado en ridículo a los medios de comunicación a la hora de analizar con seriedad la actual crisis económica.

Como primera cuestión: ¿Hay una mano negra que mece la cuna para que el euro se derrumbe ante la evidente falta de liderazgo en la Europa comunitaria? ¿Cómo se puede crear opinión en una dirección o en otra sin la más mínima responsabilidad? ¿Es fácil colarse en un lugar tan sofisticado como la BBC, soltar una soflama sobre la crisis y que luego no pase absolutamente nada?

Dice Rastani que sólo buscaba protagonismo. No seré yo quién defienda a este hombre que efectivamente agota rápidamente el vocabulario de calificativos, pero quizá el problema no es Rastani en sí mismo. La cuestión es que un personaje como este –sin oficio ni beneficio– pueda primero infiltrarse en la BBC y después con unas declaraciones explosivas poner patas arriba la solvencia del euro, la estabilidad de los mercados y las decisiones de futuro en las principales cancillerías de medio mundo. Sí esto ocurre es que definitivamente ya no existe ningún tipo de filtro de control que impermeabilice el núcleo duro del problema.


Ya se ha dicho hasta la saciedad que la primera debilidad del sistema financiero internacional es la falta de un liderazgo político serio y eficaz en Estados Unidos y en Europa; pero también está claro que hemos vivido sumergidos en una burbuja de opulencia económica y financiera que aunque ha explotado hace tiempo, aquellos que siguen viviendo de esa burbuja no lo quieren aceptar. Ahora después de lo ocurrido con Rastani, nos encontramos con una cruel evidencia: estamos en unas manos aparentemente anónimas que juegan a diario con el sistema financiero internacional.

¿Quién hace o deshace, quién decide, quién marca las pautas? Unas declaraciones de un personaje desconocido en un medio como la BBC nos tienen que hacer recapacitar. Aquí todo el mundo, tiene posibilidad de decir lo que le viene en gana y aparecen los nervios; personas sin experiencia, sin trayectoria y sin rigor valoran la crisis y los cimientos se tambalean. ¿Qué está pasando para que se pueda llegar a esos límites? Algo tan sencillo como que la crisis que está aflorando en estos últimos años tiene una profundidad que nadie conoce; venía siendo arrastrada desde hace mucho tiempo; y a estas alturas nadie sabe, ni puede catalogar lo que estamos viviendo.

Por lo tanto se puede decir sin ningún miedo a equivocarnos que no hemos tocado fondo. La aparición de Rastani, en la BBC, como gran experto para más tarde demostrar su ignorancia es la comprobación más tangible de lo que está pasando. Estamos fuera de control.


La Razón – Opinión

¡Hay que ver como sufren! Por Fermín Bocos

El candidato socialista "tiene dudas razonables sobre si no nos estaremos pasando en la dosis de ahorro para enfrentar la crisis". Pobre Rubalcaba ¡Cuánto no habrá sufrido compartiendo sillón en el Consejo de Ministros al lado de Zapatero en su papel de ZP "manostijeras"! Qué incómodo debió estar al lado de quien se dedicaba a congelar pensiones y a recortar los salarios de los funcionarios. Su único consuelo es saber que no ha estado solo sufriendo en silencio. También José Blanco tiene dudas; también sufría viendo como Zapatero optaba por el ajuste para intentar paliar los efectos de una política de barra libre que han depositado a España a las puertas del Monte de Piedad del Banco Central Europeo.

Hablando en serio, la verdad es que intentar ahora marcar distancias con ZP suena a falso. Rubalcaba y Blanco podían haber dicho "no" a Zapatero mucho antes de que llegaran las vacas flacas. Robin Cook, un laborista consecuente, renunció a seguir en el Gobierno de Tony Blair para no ser cómplice de las trapacearías políticas del gran camaleón que acabó metiendo al Reino Unido en la guerra de Irak. Quien se va de la política, renunciando al poder, porque antepone la lealtad a sus principios frente a las servidumbres de partido, llegado el caso, es quien está legitimado para volver. Decir, como ha dicho Pérez Rubalcaba, que tiene "dudas razonables" sobre la política seguida por un Gobierno del que hasta hace unos días ha formado parte y decirlo ahora que es candidato y sabe por las encuestas que los posibles votantes del PSOE rechazan la política de ajuste impuesta por Zapatero, como poco, suena a oportunismo.

Todo no vale. El drama de Rubalcaba es que diga lo que diga y haga lo que haga no puede hacer olvidar que ha sido uno de los puntales del período "zapaterista", gobernación errática que, amén de situar a España al borde del abismo económico (Felipe González, "dixit"), en términos políticos, ha desnaturalizado las señas de identidad del Partido Socialista haciéndolo irreconocible para muchos de sus votantes clásicos. En política, los errores se pagan. Por eso Rubalcaba intenta desmarcarse de ZP. Tengo para mí que llega tarde.


Periodista Digital – Opinión

Crisis. Salvar la sanidad y las pensiones. Por Emilio J. González

Ya no hay margen alguno ni para seguir gastando con la alegría con la que el Gobierno de ZP ha tirado el dinero en los últimos años, ni para seguir sosteniendo el crecimiento económico de forma artificial a golpe de recursos públicos.

Los socialistas siguen sin entender que la actual crisis económica, por su naturaleza y por el telón de fondo en que se produce, ha dado la puntilla definitiva a las políticas de estímulo económico basadas en el gasto público porque la única forma de superarla es a base de austeridad. Sin embargo, esto no va con un Rubalcaba que este fin de semana propuso aumentar el sueldo a los funcionarios y subir las pensiones, como si aquí no pasara nada. Aunque luego los vicepresidentes Chaves y Salgado le han enmendado la plana, la corrección ha sido parcial. Y es que este Gobierno en funciones todavía se cree que se puede mantener cierto nivel de gasto público para no provocar una caída mayor del crecimiento económico. Eso es un gran error incluso si ahora un recorte drástico del gasto público nos devuelve de cabeza a una nueva recesión, de la que tenemos bastante difícil el librarnos. Me explico.

La primera parte del problema es que esta crisis ha dejado sin empleo a seis millones de personas, incluyendo a los que están haciendo cursos de formación. Esos puestos de trabajo van a tardar mucho tiempo en recuperarse y sólo se conseguirá si, como escribe Alberto Recarte, se promueve la capacidad exportadora. Ello exige recuperar ese 30% de competitividad perdida desde que el euro entró en vigor, lo cual obliga a reducir los costes empresariales, entre ellos los salariales. Más parados y trabajadores con salarios más bajos implica menos ingresos por cotizaciones sociales en unos momentos en que la Seguridad Social está a punto de entrar en déficit, si no lo ha hecho ya. En estas circunstancias, o se reducen las pensiones, o parte de ellas se financian con cargo a la imposición general, lo cual exige drásticos recortes del gasto público en todo aquello que no sea necesario.

La segunda parte del problema es la pirámide poblacional española. Cada vez va a haber más jubilados por cada trabajador, lo que complica todavía más el futuro de la Seguridad Social, con lo cual volvemos a la situación del párrafo anterior: o se recorta el gasto público para poder destinar más dinero a las pensiones, o se rebajan éstas. Con el agravante de que el envejecimiento de la población supone que el gasto en sanidad crezca de manera exponencial. Luego si en este contexto se quieren mantener la sanidad pública y el sistema de pensiones, o se recortan todos los demás gastos, o no habrá forma de cuadrar las cuentas. Además, el fuerte crecimiento de la deuda pública en los últimos años complica más las cosas porque la Administración no puede renunciar al pago de los intereses que genera dicha deuda. En consecuencia, ya no hay margen alguno ni para seguir gastando con la alegría con la que el Gobierno de ZP ha tirado el dinero en los últimos años, ni para seguir sosteniendo el crecimiento económico de forma artificial a golpe de recursos públicos. De ahí que, guste o no, la primera preocupación del próximo Ejecutivo tenga que ser, necesariamente, la racionalización del gasto si se quieren salvar la sanidad y las pensiones.


Libertad Digital – Opinión

Contra reloj. Por Julia Navarro

Suena bien la "música" del programa electoral de Rubalcaba. Y digo "música" porque algunas estrofas de la letra son cuanto menos confusas. Pero hay que reconocer que el candidato socialista y los suyos han hecho un esfuerzo importante para que de la Conferencia Política hayan salido propuestas que nos devuelven al PSOE socialdemócrata. Pero la cuestión es: ¿resulta creíble lo que ahora proponen los socialistas? Otra pregunta: ¿cómo es posible que el candidato presente un programa digamos que bastante alejado de lo que viene haciendo el Gobierno no sólo ahora sino cuando él era vicepresidente?

Insisto: yo prefiero el "programa" Rubalcaba al "programa" Zapatero, pero dudo de que a estas alturas los ciudadanos vayan a hacer borrón y cuenta nueva perdonando al PSOE los numerosos errores cometidos por el Gobierno en los últimos años.

Eso sí, nadie podrá decir que Alfredo Pérez Rubalcaba no se está sudando la camiseta y sin duda resulta admirable el esfuerzo que está haciendo por presentarse a las elecciones como si no arrastrara el lastre que arrastra. Otro no haría ni la mitad de lo que viene haciendo Rubalcaba sabiendo que todo lo tiene en contra. Pero Rubalcaba es de los que pelean hasta el final.


Lo que ya está claro es que gane o no las elecciones va a dar la batalla por quedarse con el liderazgo del PSOE o sea ser elegido secretario general. En realidad, sólo así podrá lavar el pecado original de su elección como candidato. Sólo si el resultado de las elecciones fuera un desastre llevaría a quienes aspiran al liderazgo del PSOE a dar un paso adelante.

Pero apuntense este nombre: Oscar López. Cuentan en filas socialistas que si el resultado de las elecciones es catastrófico para el PSOE y Pérez Rubalcaba diera un paso atrás, habría quienes desde dentro del PSOE azuzarían la candidatura de Oscar López frente a una posible candidatura de Carme Chacón.

López es uno de los hombres de confianza de Rubalcaba, antes lo fue de José Blanco, y seguramente se mueve entre las dos lealtades que no tienen por qué ser contradictorias. El caso es que en el PSOE se habla del presente, pero se teme el resultado electoral y por lo que pueda pasar ya hay quienes especulan con el día después. Claro que yo creo que Rubalcaba no es de los que se van a rendir ni aunque los resultados sean catastróficos y que más bien intentara seguir adelante.

Realmente, lo que es una pena es que este programa con el que el PSOE se va a presentar a las elecciones no lo hayan aplicado en estos meses de crisis, e incluso antes de la crisis. El aventurerismo ha estado demasiado presente en la política de Zapatero dejando a un lado las raíces socialdemócrata del PSOE y convirtiendo éste centenario partido en no se sabe qué.

Rubalcaba se ha apuntado un tanto con la Conferencia Política de su partido de la que han salido propuestas realmente interesantes, la cuestión es que quizá llegan demasiado tarde.


Periodista Digital – Opinión

Lágrimas de almíbar. Por Alfonso Ussía

Los meses previos a unas elecciones generales deparan excesivas emociones. No niego que me gustaría ser niño para sentir el cariñoso beso de Rajoy y de Rubalcaba, a pesar de la barba de uno y de otro. Lo cierto es que ya de adulto, mi beso infantil es lo único que Rubalcaba puede llevarse de mí. Rajoy, al menos, se llevará mi voto, y ese detalle en una democracia tiene una gran importancia. En los últimos siete años, he estado de acuerdo y en desacuerdo con Rajoy en muchas ocasiones. Pero nunca me ha engañado.

Es posible que la ausencia del poder impida la culminación del engaño, pero ni en los momentos más bajos de Rajoy, lo he tenido como mentiroso. A Rubalcaba sí, casi siempre. Como escritor, soy partidario de la mentira por lo que contiene de imaginación y creatividad. No como ciudadano, contribuyente y votante. De Rubalcaba, con quien he hecho buenas migas en las pocas ocasiones que nos hemos encontrado, no me fío. Y hago bien.

Un político que asegura, con lágrimas en los ojos, almibaradas lágrimas, que se siente al lado de los parados habiendo contribuido a crear durante su participación gubernativa más de dos millones y medio de ellos, se me antoja estrafalario. Divertido como salida improvisada, pero no si las lágrimas están inmersas en un plan o un guión electoral.

Me preocupa el desmoronamiento del socialismo. El sistema democrático se sostiene con dos partidos fuertes y la posibilidad de la alternancia. La chufa que se puede dar el PSOE en noviembre – y las encuestas hasta la fecha aseguran la chufa–, no hará otra cosa que ahondar su precipicio. Rubalcaba no es un candidato serio, ni Felipe González, su último fichaje, una esperanza de futuro. Además, que Felipe González carece de voluntariedad en el compromiso.


Está ahí porque le llaman y en ese momento no tiene nada más importante que hacer. Felipe González no está capacitado para avalar un socialismo escorado al límite de su izquierda cuando se ha convertido, y mucho me alegro por él, en un acomodado inquilino del barrio de Salamanca. Sí, sí, en parte de aquella «derechona» que antaño tanto le molestaba. No es inteligente la estética del otoño para ganar la primavera, y la primera fila de butacas en los actos de Rubalcaba, es una primera fila sin hojas, lánguida y un mucho vetusta. Una melancolía del desaparecer, como el poema de Foxá.

Ahí, el único joven, y ya no tanto, es Madina, que siempre se está riendo y algún día le tengo que preguntar el motivo de su risa. Todo mi respeto a Javier Solana, pero el futuro político y su persona ya han roto sus relaciones amorosas, se han devuelto el rosario de su madre y uno de los dos, Solana o el futuro, se han quedado con todo lo demás.

Felipe González, Javier Solana y Alfredo Pérez de Rubalcaba conforman la estética del pasado. Como sigan con estas ocurrencias, el próximo que sacan a la palestra será Gregorio Peces-Barba, que tantísimos votos arrastra.

Insisto que el Partido Popular haría bien en renunciar a la campaña electoral. Se la está haciendo Rubalcaba, prometiendo todo lo que no ha hecho en siete años de ministro y vicepresidente de los Gobiernos de Zapatero, del que ahora se ha distanciado con radical desdén, como si de Escarlata O’Hara se tratara. Esas lágrimas de emoción, almibaradas lágrimas, no se las cree ni Elena Valenciano, mujer inteligente obligada al suicidio.


La Razón – Opinión

Escandalosa inmoralidad. Por Luis del Val

Recuerdo, como si fuera ayer, la sensación de impotencia que sentí cuando en la caja de ahorros, un poco antes de firmar mi primer préstamo hipotecario, el empleado me sugirió que sería una buena idea que contratara un seguro con una compañía, y que ellos tenían una compañía de seguros de toda confianza. Y tenían toda la razón en lo de la confianza, porque la compañía que me sugirieron era propiedad de la misma caja. Pregunté qué sucedería si lo hacía con otra entidad, y con una voz meliflua, que no la hubiera superado un lugarteniente de Al Capone, me informaron que podría tener dificultades.

La coerción y el chantaje son armas tradicionales en el mundo del crimen, y los bancos las usan con total impunidad. La actual consiste en presionar al cliente que solicita una hipoteca para comprar una vivienda, sugiriéndole que, en lugar de comprar la que al cliente ya ha visto y ha elegido, adquiera una de las muchas que poseen el banco o la caja. Te puedes negar, claro, pero si te niegas, no hay préstamo.


No estamos hablando de Chicago, ni estamos en los años 20 del siglo pasado, sino en el segundo decenio del siglo XXI ,en una España miembro de la Unión Europea. Y este comportamiento indecente y carroñero, abusando de la necesidad del cliente, presionándole hasta la coacción de manera tan clara como grosera se lleva a cabo con total impunidad, porque nadie tiene el valor de denunciarlo.

El trabajo sucio lo llevan a cabo los bancarios, porque se lo exigen sus jefes, y porque a los jefes les demandan una buena cuenta de resultados los honorables señores que se sientan en el consejo de administración. Aunque si continúan permitiendo la coacción y amparando el comportamiento digno de un delincuente no son honorables: serán unos sinvergüenzas, instigadores de una escandalosa inmoralidad.


Periodista Digital – Opinión

Conferencia socialista. El rancio nacionalismo del PSOE. Por Cristina Losada

Con Zapatero o con Rubalcaba, el PSOE permanece fiel a esa relación de servidumbre. Mucho se habla del complejo de la derecha, pero no se debe de menospreciar el que sufren en la otra orilla. Ante el nacionalismo, el progre vive en un sinvivir acomplejado.

Uno de los papeles presentados en el último cónclave socialista ha vuelto a mentar la bicha que viene justificando el fraternal abrazo de la izquierda con el nacionalismo. Decía el escrito, a modo de análisis, que "la evolución reciente muestra una tendencia a una confrontación entre un nacionalismo español, rancio y centralista, y los nacionalismos periféricos". Nótese la asimetría de adjetivos. Están todos, y todos negativos, en el lado del nacionalismo español, criatura que, a lo sumo, mantiene una existencia marginal y menesterosa. Los periféricos, en cambio, quedan libres de tacha. Y es que para los socialistas y aun para el conjunto de la izquierda, el nacionalismo realmente existente y políticamente influyente, esto es, el secesionista, lejos de apestar a tocino rancio del Antiguo Régimen, representa la crème de la créme de la modernidad y el progresismo.

El nacionalismo español es un monstruo que habría que clasificar junto a los chupacabras, la serpiente del Lago Ness, el Yeti y otros seres de esa cuerda mítica. Hay gente que asegura haberlos visto, pero la ciencia asegura que no existen. Sin embargo, el bicho contra el que advierten los socialistas forma parte del bestiario desde que la izquierda, en tiempos del franquismo, dio en confundir a España con el dictador Francisco Franco. Cierto que esa época coincidió con el período vacacional del PSOE, pero éste no sólo asumiría plenamente aquel sentimiento de repudio a la nación, sino que a la larga acabó por ofrecernos su fruto más grotesco: un presidente convencido de que la nación que gobierna es discutida y discutible. Y, con él, un partido que ha interiorizado el falaz relato del nacionalismo sobre la maldad intrínseca de España.

Ese sometimiento de la izquierda no se habría producido, desde luego, sin el concurso de sus intelectuales. Cuántos de ellos se han entregado a legitimar las mitologías del nacionalismo, a enmascarar su faz excluyente y xenófoba, a colaborar en su permanente vulneración de derechos. Cuánto tonto útil ha procurado la izquierda a los contrarios a la igualdad y a los defensores de arcaicos privilegios. Erre que erre, con Zapatero o con Rubalcaba, el PSOE permanece fiel a esa relación de servidumbre. Mucho se habla del complejo de la derecha, pero no se debe de menospreciar el que sufren en la otra orilla. Ante el nacionalismo, el progre vive en un sinvivir acomplejado. Sigue avergonzándose de España, ya no porque vaya a misa, como escribía Camba, sino porque es España.


Libertad Digital – Opinión

¡Vaya carrera la del TC! Por Andrés Aberasturi

Lo del Tribunal Constitucional ya empieza a pasar de castaño a oscuro casi negro. La última guinda a fecha de hoy -aun puede deparar más sorpresas- es la anulación de una condena a seis meses cárcel por la invasión por parte de miembros de un comité de huelga del despacho de un concejal que iba a recibir a dos ciudadanos. No voy a hacer aquí una lectura pormenorizada de lo que a todas luces parece una decisión en la frontera del disparate y que, en definitiva viene a avalar la violencia y la coacción en "actos conectados" en un "contexto huelguístico"; es decir, que los dos miembro del comité de huelga que atentaron claramente contra la libertad y hasta el deber del concejal y contra la libertad y el derecho de dos ciudadanos que querían entrevistarse con este, hicieron muy bien boicoteando la entrevista y desobedeciendo a la autoridad. Y como la decisión estaba empatada, el ínclito magistrado Eugeni Gay, tuvo que hacer valer su voto de calidad como presidente de la Sala que entendía del asunto.

Recomiendo la lectura de las razones que ofrece la sentencia porque es la mejor forma de perder la fe en el buen sentido común, en la lógica, en el recto proceder. Una vez pedida la fe ante la sucesión de tantos absurdo razonamientos, es conveniente también leer los votos particulares de los que se oponen a la decisión para no perder del todo la esperanza y entender que aun hay gente así, como nosotros, que sin saber de leyes nos damos cuenta de lo que está bien y de lo que está mal. Y lo del Constitucional está rematadamente mal, qué le vamos a hacer. Lleva una carrera de decisiones que ni a posta puede ser más diametralmente opuesta al sentir general: el si pero no pero si del Estatuto catalán después de no sé cuantos años que encima no se lo toman en serio ni los propios gobernantes catalanes, la penosa historia de Bildu enmendando la plana al Supremo y atribuyéndose unos poderes que no tiene y ahora esta especie de legitimación y/o justificación de la violencia siempre que sea en el contesto de una huelga. Lo cierto es que este último hallazgo ya tiene un precedente en Gila cuando, hablando de las guerras, decía que "aquí lo bueno que tienes es que matas a uno, te ve un policía y le dices: si he sido yo ¿qué pasa?. Claro que Gila era un humorista genial y este es el más alto Tribunal de Justicia.

Periodista Digital – Opinión

Otra burla a las víctimas

La concesión de un premio literario a un criminal etarra fugado de prisión, con penas pendientes de cumplir por atentados con explosivos, secuestro de un industrial para cobrar rescate o atraco a una caja de ahorros, resulta sin duda un hecho absolutamente reprobable que pone en evidencia al Ejecutivo vasco, que es quien convoca y concede el galardón.

Y no cabe, tras el escándalo desatado por la decisión del jurado, considerar el hecho como una mera anécdota y darlo por zanjado con el simple gesto de no pagar el importe del premio a un delincuente, a un terrorista, huido de la Justicia. Por el contrario cabe esperar una clara explicación por parte del Gobierno de Patxi López , y la correspondiente dimisión de una consejera de Cultura que, en el mejor de los casos, ha demostrado torpeza en evitar el nombramiento de un jurado capaz de premiar a un delincuente.

Más que un hecho aislado, se trata sin duda del enésimo desprecio a las víctimas del terrorismo y a la democracia, y una boqueada de aire para ETA y su entorno, que se enmarca en «los nuevos tiempos», en los que está «fuera de lugar» la condena a Otegi, que nos ha traído el Gobierno socialista con su suicida política de apaciguamiento, encaminada a lograr, por el atajo electoralista más rápido posible, colgarse la medalla del final de ETA. Premiar a un criminal fugado sí se enmarca así en estos tiempos donde los proetarras han vuelto a los Ayuntamientos y contratan, con cargo al presupuesto municipal, a sus amigos de la ilegalizada ANV, o se niegan a permitir que Administraciones como las Juntas de Guipúzcoa puedan velar por las víctimas de ETA.


Son tiempos en el que han vuelto a la impunidad quienes tratan por todos los medios de evitar que la derrota de ETA sea consecuencia del triunfo del sistema democrático son capaces de hablar de «normalidad» o «avances en el proceso de resolución del conflicto» cuando se producen hechos reprobables y se valora como positivo o esperanzador que ETA imponga su propio sistema de «alto el fuego» y «verificación», sin necesidad de entregar las armas y explosivos, disolver los comandos operativos y poner fin a la pesadilla del terror.

Son tiempo en los que es imprescindible huir de los cantos de sirena y de los cálculos electoralistas. Por eso cualquiera otra medida que no tenga como claro objetivo el cumplimiento de la Ley y el respeto a las víctimas, supondrá alentar a los terroristas y a sus cómplices en su cada vez más extendida conquista de los espacios públicos.

No es la primera vez que ETA logra con artimañas poner palos en la rueda de la triple ofensiva policial, judicial y política, la única que hasta hoy ha llegado a poner a la banda contra las cuerdas y poder confiar en su derrota final. La paz, entendida como el fin de la violencia, es un objetivo legítimo, pero que no se consigue con la dejación. Son tiempos, en fin, marcadamente electorales en los que conviene recordar que no caben atajos políticos en la lucha contra el terrorismo tiene que haber vencedores y vencidos. Debe completarse el triunfo de la democracia y la derrota de los verdugos, aunque algunos no lo entiendan así.


La Razón – Editorial

Los tipos deben bajar

La crisis financiera y el riesgo de recesión exigen una solución para Grecia y otra política monetaria.

A medida que pasan las semanas sin que se resuelvan los problemas de fondo de la eurozona parece cada vez más evidente que la supervivencia del euro depende de una solución rápida y terminante de la crisis griega, de un nuevo enfoque de las capacidades que deber tener el fondo de rescate y de una nueva política económica aplicable para el conjunto del área monetaria. Ayer, el anuncio de incumplimiento de los objetivos de ajuste griego, reconocido por Yorgos Papandreu, provocó una nueva convulsión de las Bolsas europeas en otro lunes negro que, a fuerza de repetirse, se acepta ya como un fenómeno inevitable. Es urgente, pues, que la troika apruebe definitivamente los trámites para conceder los tramos de ayuda a Grecia y que se acepte oficialmente que la deuda helena (el 172,7% del PIB en 2012, según las últimas previsiones) necesita una quita importante. Cuanto antes se encaje esta desagradable circunstancia y el problema se resuelva sin que Grecia salga del euro (a pesar de las dudas que puedan acuciar a los países europeos), mejor.

La pieza fundamental de una estrategia más agresiva contra la crisis financiera es que el fondo de rescate actúe como un mecanismo de estabilidad financiera, es decir, se convierta en un banco, como quiere el próximo presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi. El cambio en la presidencia del BCE debería ser el momento para impulsar las nuevas funciones del fondo, ampliación que casi todo el mundo acepta pero que Alemania coarta con argumentos confusos. Y, por cierto, debería ser el momento oportuno para que el todavía presidente, Jean-Claude Trichet, acepte errores pasados y baje los tipos de interés. Al menos en medio punto.


Porque, además de la crisis griega, la eurozona se enfrenta a un riesgo de recesión. Los analistas aseguran que, en estos momentos, la probabilidad de una recesión es superior al 40% y la única forma de reducir esa probabilidad es cambiar el signo de la política monetaria. Trichet ya habrá apreciado que el área del dólar sigue una política monetaria y fiscal de carácter expansivo, el área de la libra sigue una política fiscal contractiva y política monetaria expansiva, pero el euro se aplica un autocastigo monetario y fiscal que no está justificado. La contracción impuesta por Alemania y sus satélites perjudica el crecimiento de países como Italia, España o los intervenidos, aumenta la probabilidad de estancamiento o recesión en esos países y deteriora la calidad de su deuda. El ajuste en todo y a toda costa amplifica la crisis de los mercados de deuda.

Por tanto, la política económica de la zona euro debe asentarse sobre una contracción fiscal más selectiva (que ajusten sus déficits aquellos países que lo necesiten, pero en ningún caso otros como Alemania u Holanda, para que actúen como motores de la recuperación) y una política monetaria expansiva, para no aumentar las dificultades de la recuperación en economías que, como la española, se encuentran deprimidas por los ajustes.


El País – Editorial

Grecia, la historia interminable

Hay que dejar claro a los políticos derrochadores que su irresponsabilidad tendrá consecuencias. Sólo así podrá comenzar a escribirse el capítulo definitivo de esta historia interminable en la que se ha convertido la crisis griega.

El Gobierno griego ha admitido este lunes que incumplirá el objetivo de déficit del 7,6% del PIB que se había marcado para 2011 y que era uno de los requisitos establecidos por la troika –Comisión Europea, FMI y BCE– para dar salida al siguiente tramo del rescate al país heleno. La noticia, aunque esperada, es muy preocupante y ejemplifica el tipo de política que ha llevado al país heleno al borde del precipicio: ni siquiera en esta situación de extrema gravedad es capaz de cumplir con sus compromisos. Y es que quienes defienden que se mantenga el calendario de rescate por el peligro de que una quiebra en Grecia ponga en riesgo más de medio siglo de construcción europea no deberían mirar hacia Alemania, Holanda o Finlandia. Esto no es consecuencia de la cicatería de estos países sino de la irresponsabilidad de los políticos griegos.

Aparentemente, podría parecer que la solución más fácil es entregar esos 8.000 millones a Atenas. De hecho, el Ejecutivo heleno ya ha hecho las consabidas promesas de contención del gasto y ha asegurado que llegarán nuevos ajustes, todo ello con el objetivo de ablandar los corazones de sus socios comunitarios. Pero si Grecia no ha cumplido hasta ahora, no hay ninguna razón para que esto vaya a cambiar si se le sigue entregando dinero cada vez que se encuentre con el agua al cuello.


Pese a la retórica victimista del Gobierno de Yorgos Papandreu, no es cierto que se estén tomando todas las medidas posibles para enderezar las finanzas del país. El Estado heleno mantiene activos por valor de 300.000 millones de euros. El Proyecto Eureka, conocido en los últimos días y que ya maneja el equipo de Angela Merkel, no sólo serviría para reducir la asfixiante presencia del Estado en la economía griega, sino que llevaría el nivel de deuda pública a un manejable 85-90% del PIB. Tampoco es para tanto el paso a la reserva de 30.000 funcionarios. Es saludable que se rompa de una vez el mito de la inviolabilidad del puesto del trabajador público, pero el recorte apenas afectará al 4% de los casi 750.000 empleados que tienen las administraciones en este país de apenas 11 millones de habitantes. Y ni siquiera serán despidos: simplemente se ha anunciado su paso a la reserva, manteniendo el 60% de sus ingresos.

En esta situación, este martes se reúne el Ecofin, con el objetivo de decidir si se entrega a Atenas el dinero que precisa para no quebrar este mismo mes. Es necesario que se tome una decisión cuanto antes. Los gobiernos europeos llevan varios meses mareando la perdiz, permitiendo que la incertidumbre se instale en los mercados y retrasando la solución a una crisis que empeora día a día en gran parte por la falta de una salida clara.

Llegados a este punto, es inevitable admitir la bancarrota parcial del país heleno (dentro o fuera del euro), por lo que no queda otro remedio que asignar cuanto antes las pérdidas entre sus acreedores y conocer así la magnitud de la catástrofe, por dolorosa que ésta sea. Al mismo tiempo, hay que presentar y aplicar sin demoras un plan de ajuste consistente, que ponga de una vez por todas las finanzas griegas en el camino de una recuperación real. Y hay que dejar claro a los políticos derrochadores que su irresponsabilidad tendrá consecuencias. Sólo así podrá comenzar a escribirse el capítulo definitivo de esta historia interminable en la que se ha convertido la crisis griega.


Libertad Digital – Editorial