martes, 9 de diciembre de 2008

YO HABLO ESPAÑOL (I)

¡Si no lo leo, no lo creo!

Getafe. Por Enrique Gil Calvo

La semana pasada ha sido bastante movida. El martes se conocían las nuevas cifras del paro, que ya llega a los tres millones de desempleados tras crecer en 900.000 el último año. El miércoles, ETA asesinaba al empresario guipuzcoano Ignacio Uria por la simple razón de resistirse a ser extorsionado, negarse a llevar escolta y participar en la construcción del AVE vasco. Y al día siguiente, el BCE bajaba el precio del euro 0,75 puntos y, pese a ello, las bolsas continuaron cayendo, lo que abre perspectivas depresivas para el año que viene. Pero entretanto, con la que estaba cayendo, el PP de Esperanza Aguirre decidía aprovechar la ocasión para desencadenar una cruzada inquisitorial en toda regla contra el alcalde de Getafe, Pedro Castro, solicitando su dimisión tanto del Ayuntamiento como de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que preside.


¿La causa? Unas expresiones coloquiales en las que descalificaba a los electores madrileños con un insulto tan machista como desafortunado por persistir en votar a la derecha contra sus intereses esenciales. Una reacción ésta, la del PP, desproporcionada donde las haya, sobre todo si la comparamos con la gravedad de los hechos que se producían esos mismos días. ¿A qué viene ese ataque de dignidad ofendida por parte de unos profesionales en el arte del insulto político como son los líderes del PP (¡qué no les habrán llamado a Zapatero y a Pepe Blanco!), vocación que han venido practicando con ensañamiento desde que Aznar se hiciera con las riendas de su partido?

Por pura casualidad, conocí a Pedro Castro muy poco después de haber pronunciado su frase malsonante pero antes de que se hubiera producido la airada reacción del PP. Fue el martes por la tarde, cuando me tocaba inaugurar con una conferencia unas jornadas sobre corrupción municipal organizadas por la FEMP en Getafe. Y en sus palabras de apertura, el alcalde-presidente cargó las tintas sobre los gravísimos problemas que vive la Administración local española, como consecuencia tanto de su insuficiente financiación como de su efectiva función de cuarto pilar del Welfare State, ya que la mayor parte de la protección social (guarderías, geriátricos, dependencia, integración de inmigrantes, etc.) se presta por cuenta y a cargo de los servicios municipales. De ahí que, ante la imposibilidad de cuadrar sus presupuestos, muchos ayuntamientos hayan recurrido a la ingeniería financiera de la especulación urbanística. Pero también este grifo se les ha cerrado ahora por culpa de la crisis, con lo que su insolvencia amenaza con convertirse en ruinosa en perjuicio de los servicios sociales que prestan a la ciudadanía. Y mientras tanto, el presidente Zapatero les aprieta las tuercas sin dejarles entrar en déficit, cuando no tiene inconveniente en derrochar la deuda pública en beneficio de la banca privada.

Y frente a esto, a las huestes de Esperanza Aguirre no se les ocurre nada mejor que abrir un frente de batalla por una causa nimia contra el alcalde de Getafe y presidente de la FEMP. ¿Por qué han decidido hacerlo así? ¿Porque creen que es una pieza fácil de cazar, cobrándose con la cabeza de Pedro Castro el eslabón más débil de la cadena de mando socialista? A mí se me ocurre otra explicación mejor, y es que Pedro Castro tenía toda la razón: los madrileños son tontos al votar al PP contra sus propios intereses. Y esa verdad como un puño es la que a Esperanza Aguirre no le conviene que se sepa, por lo que prefiere matar al mensajero para poder taparla.

Es lo que llamé en estas páginas la americanización de Madrid (EL PAÍS, 16-06-07, p. 17), pues, en efecto, también en EE UU pasa lo mismo que aquí: las clases medias bajas y los restos de la clase obrera (el antiguo cinturón rojo de Madrid) votan contra natura a la derecha. ¿Y por qué lo hacen? Por la exitosa guerra cultural emprendida contra la izquierda progresista por el fundamentalismo neocon, que ha seducido al pueblo llano con su populismo campechano. Y es que Esperanza Aguirre es la Sarah Palin española: una mujer de armas tomar que blande el lipstick para hacer creer a los electores que es una de ellos. Pues al igual que la gobernadora de Alaska, la gobernadora de Madrid exhibe la misma ignorancia política y esgrime la misma irresponsabilidad temeraria. Una irresponsabilidad fatalmente destructiva, pues con sus doctrinarias privatizaciones, nuestra Sarah Palin particular se está cargando los pilares esenciales del Estado de bienestar en Madrid: la sanidad (con falaz ocultación de las listas de espera), la educación (incluyendo la descapitalización de la universidad) y los servicios sociales (con expreso sabotaje de la ley de dependencia). Es lo que Pedro Castro denuncia para despertar a los madrileños de su tontería, y por eso los hombres de Espe Palin intentan defenestrarle.

El País

Las Bolsas 9/12/2008

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Expansión.com: El Ibex consolida los 9.000

Con suspense durante la jornada, pero la bolsa española pudo finalmente conservar, y hasta afianzar, la referencia de los 9.000 puntos. Las secuelas del 'plan Obama' perduraron lo justo en los mercados como para evitar la toma de plusvalías. El Ibex concluyó la sesión con un leve 0,29%& de rebote, consolidando el 6,42% de avance logrado ayer.

Después del festival alcista vivido ayer, del 6,42% en el Ibex, los inversores se dieron por satisfecho con, simplemente, consolidar el nivel de los 9.000 puntos reconquistado en la sesión previa.

Para conservar esta referencia, no obstante, la bolsa española tuvo que superar varios momentos de flaqueza, que dejaron los mínimos intradía en los 8.894 puntos. La apertura de la jornada fue la que aportó mayores dosis de cautela. Con el paso de la jornada, la mejora se fue afianzando en el conjunto de las bolsas europeas.


La publicación de una inesperada mejora en el índice ZEW de expectativas empresariales en Alemania, en medio de las bajadas récord de los tipos de interés, supuso uno de los puntos de inflexión. El plan de rescate sobre el sector automovilístico de Estados Unidos reforzaba también la confianza en los planes anticrisis.

La tregua en las alertas económicas permitió que los bonos públicos mantuvieran aparcado su rally de los últimos meses. El precio del petróleo, en cambio, ofrecía menor resistencia hoy a la hora de prolongar su corrección.

En Wall Street, 'profit warnings' como los de FedEx, Danaher y Texas Instruments frenabna lso ánimos de remontada en Wall Street. En Europa, el balance final de la jornada dejaba avances del 1,29% en el Eurostoxx50. Las empresas energéticas destacaban entre las más bajistas, en contraste con los avances mayoritarios entre las compañías financieras, las industriales y las de consumo.

En línea con el Eurostoxx50, el Dax alemán se anotó un repunte del 1,34%, el Cac francés del 1,5%, y el Mib italiano del 1,48%. El Ftse británico elevó hasta el 2% sus avances, con el impulso destacado de los valores financieros.

El Ibex fue, entre los principales índices europeos, el que logró un resultado menos favorable. El rebote se limitó a un 0,29%, hasta los 9.063,1 puntos. Los valores energéticos restaron empuja a las subidas. La cotización de Gas Natural se dejó un 3,5%, la de Red Eléctrica un 3,3%, la de Iberdrola un 2,9%, la de Endesa un 2,6% y la de Iberdrola Renovables un 1,8%.

La continuidad en la recuperación bursátil de los 'blue chips' permitió evitar los recortes en el Ibex. Valores de peso como Telefónica, Santander y BBVA concluyeron con avances de entre el 1,9% y el 0,8%.

La reacción de las construcctoras se prolongó con OHL (+2,2%) y con Ferrovial (+3,6%), aunque las mayores subidas correspondieron a Inditex (+3,9% en vísperas de la publicación de sus resultados) y a Acerinox (+8,16% aprovechando la tregua en las alertas económicas).


elEconomista.es: El Ibex 35 sube un 6,73% en dos sesiones: los inversores miran de reojo hacia EEUU

Final alcista para el índice de referencia de la bolsa española, que ganó un 0,29% y cerró en 9.063,10 puntos tras osccilar entre un máximo de 9.125,8 y un mínimo de 8.894,9 puntos durante una jornada con varios cambios de ritmo de negativo a positivo y viceversa. Los inversores movieron 2.948 millones de euros en todo el parqué español correspondiendo la mitad de esa cantidad a Santander, Telefónica y BBVA. Wall Street decidirá si hay o no hay rally de Navidad.

"Pese a que no pudo romperse la primera resistencia, el cierre manda un mensaje positivo considerando la jornada al completo. La vela es blanca, las ganancias ligeras pero importantes psicológicamente tras la exuberancia de las ganancias del día previo -pues las consolidamos subiendo- y el volumen destacable", comentaba Carlos Doblado desde Bolságora.

"Buen tono y sensaciones alcistas más allá del muy corto plazo", añadía el analista.


Cotizalia: Malas vibraciones: el Ibex es incapaz de sumarse a la subida de Europa

Nueva sesión de elevada volatilidad y resistencia de los alcistas, que siguen sin dar su brazo a torcer e intentando prolongar el rebote que comenzó hace dos semanas. Lo han conseguido en todas las plazas europeas, con alzas superiores al 1% en todos los casos (y al 2% en el del FT-100)... salvo en el Ibex. Nuestro índice ha sido incapaz de sumarse a la estela del resto del continente y ha acabado con una mínima subida del 0,29%. Por lo menos se ha mantenido por encima de los 9.000 puntos: cierra en 9.063,1.

En un escenario tan volátil e incierto como el actual, lo ocurrido hoy no debería tener ninguna importancia. Pero no hay que olvidar que el Ibex tiene una proverbial capacidad de anticipación de los movimientos del resto de las bolsas -como puede confirmar cualquier analista técnico-. Por tanto, la falta de fuerzas de hoy seguramente anuncia que la subida del resto de plazas no va a ir muy lejos. De hecho, el Dow Jones ya bajaba más del 1% al cierre europeo después de la fuerte subida del lunes.

El Ibex 35 intenta consolidarse en los 9.000 puntos e incluso algunos analistas apuntan hacia los 10.000 puntos como próxima "referencia de corto plazo para el tramo alcista actual", según Carlos Jaureguizar, director de análisis de Noesis. Por su parte, Juan Fernández Figares, director de análisis de Link Securities apunta que “de momento, todo apunta a que la renta variable ha iniciado un rally alcista, que podría terminar siendo uno más en un mercado bajista, rally que no descartamos que pueda continuar con mayor o menor intensidad hasta finales de año”.

Detrás del impulso del lunes en las bolsas estuvo el anuncio del nuevo plan de estímulo de Barcak Obama, esta vez centrado en las infraestructuras. A pesar del gran recibimiento inicial, los expertos no se fían, ya que las noticias siguen siendo malas en los frentes macroeconómico y empresarial. Anoche tuvimos profit warnings de Texas Instruments y de FedEx, y hoy hemos conocido otra caída de las transacciones inmobiliarias.

Acerinox se desmarca con fuertes subidas

Dentro de la bolsa española destacan los importantes avances deAcrinox, del 8,18%, y de Inditex, que se anota el 3,93% a la espera de sus cuentas trimestrales el próximo jueves. Según un sondeo de Reuters con 11 analistas, el beneficio neto de Inditex entre febrero y octubre de 2008 habría crecido un 4,9% mientras que las ventas, impulsadas por las aperturas de nuevas tiendas, habrían avanzado un 10,9%. Entre los ganadores también destacan los títulos de Ferrovial con un alza del 3,61% a pesar de decir la constructora esta mañana que se siente decepcionada por las propuestas del régimen de precios realizado por la autoridad británica para la segunda pista de Stansted.

Todos los pesos pesados han terminado en positivo salvo Iberdrola, que pierde el 2,92% en el primer aniversario de la salida a bolsa de Renovables (que pierde más del 50% desde entonces). Repsol YPF suma un 1,62% y Telefónica, un 0,81%. También buen comportamiento de la banca, con un BBVA que registra un avance del 1,94%, mientras que Santander se ha anotado el 0,89%.

Uno de los valores en el punto de mira de los inversores es Iberia, con caídas del 1,06% Según el diario The Times, Qantas ve inviable una fusión a tres partes con British Airways e Iberia y ha instado a su socio británico a decidirse entre la línea aérea australiana e Iberia.Fuera del Ibex, las medianas inmobiliarias vuelven a hundirse: Testa pierde el 13,41%, Metrovacesa el 8,61% y Renta Corporación, el 6,54%.


Finanzas.com: El Ibex se pierde casi todo el rebote de Europa y aguanta los 9.000 puntos

Jornada agridulce para el Ibex 35, que se pierde el rebote de las bolsas europeas pero cierra con ligeras ganancias del 0,29% gracias al empuje de los grandes valores.

En una sesión con pocas pero importantes referencias macro –y algunos sustos empresariales- los mercados europeos han prolongado el mini rally alcista que se inició ayer, y suben en torno al 2%. Con el Ibex al margen de la fiesta, el dinero entra con ganas en la renta variable y sale de la fija, por lo que la rentabilidad del bono alemán a diez años escala un 2,5%, hasta el 3,230%.

Cada vez está más claro que el mercado no se librará de los sustos, incluso en los buenos momentos. Esta mañana llegaban bien pronto desde Japón, tras conocerse que la recesión de la economía nipona es mucho más intensa de lo que se preveía. Y desde Japón se ha conocido que Sony recortará 8.000 empleos y se apretará el cinturón para hacer frente a la ralentización económica.

Estas dos noticias fueron suficientes para justificar la lógica recogida de beneficios tras las fuertes ganancias de ayer. Pero a las once salió un dato de confianza empresarial en Alemania medida por el Instituto Zew mejor de lo previsto. La cifra, sin ser para tirar cohetes - -45,2 puntos frente a -57 esperados- redujo las pérdidas en un mercado que necesita pruebas tangibles para sacar el talonario. Según comentan en Ibersecuties, en Alemania se siguen creando puestos de trabajo tras 16 meses de crisis financiera, lo que implica que la base de la economía "es aparentemente sólida".

En Estados Unidos, Wall Street ha comenzado la sesión con recortes considerables por culpa de los avisos que han lanzado Texas Instruments y FedEx. Ganarán menos de lo previsto en el último trimestre, pero esto no es una novedad al otro lado del Atlántico, donde los operadores están ya curados de muchos espantos.

Sí que ha sorprendido positivamente el dato de viviendas pendientes, que caen mucho menos de lo esperado en octubre (un 0,7% frente al 3% previsto), aunque la atención está en lo que pueda pasar en el sector automovilístico. Los demócratas han remitido a la Casa Blanca un plan de rescate valorado en 15.000 millones de dólares, frente a los 34.000 que reclamaban los grandes de Detroit. Los más sobrados, como Ford, puede que incluso lo rechacen, mientras que para General Motors, es un pequeño oasis dentro de su particular desierto.

En casa, los grandes valores se ponen al mando de un Ibex 35 que, pese a todo, acaba como el peor selectivo del Viejo Continente. Ademas del rebote técnico de Acerinox, del 8%, BBVA se anota alrededor de un 2%, mientras que Telefónica, Santander y Repsol suben en torno al 1% . Sólo Iberdrola desentona con un recorte del 3%. Además, a Grifols se le hiela la sangre y resta alrededor del 6%, mientras que Gas Natural encaja una caída del 3%.

En Europa, las buenas perspectivas de que el sector estadounidense reaccione animan al DJ Stoxx 600 de automóviles, que repunta más del 4%. En el Euro Stoxx 50, Daimler sube alrededor del 4% y Renault suma en torno al 2%. Incluso Volkswagen cierra con avances del 1,5%, pese a manifestar que no cumplirá sus previsiones. También es un buen día para Aegón, que lidera el selectivo con una avance del 8%.

Y en los otros mercados, el petróleo de calidad brent retrocede un 2% y se intercambia a 42 dólares, mientras que en el mercado de divisas, el tipo de cambio euro/dólar es de 1,2900 unidades.


Negocios.com: El Ibex salva los 9.000 puntos con una tenue subida del 0,29%

El Ibex sube un 0,29% y cierra en los 9.023 puntos. El parqué madrileño invertía a media sesión la tendencia negativa con la que comenzó la jornada, y cerró con una ligera subida, a pesar del lastre de la apertura de Wall Street.

El parqué madrileño logró salvar la sesión en positivo y anotarse una ligera subida del 0,29%, pese a abrir en 'números rojos' y cotizar en terreno negativo durante buena parte de la sesión, lo que permitió al Ibex 35 mantener por segundo día consecutivo el nivel de los 9.000 puntos.

En concreto, el Ibex cerró en 9.063,1 enteros, en una jornada marcada por una gran volatilidad, en la que los inversores se lanzaron a las ventas en la primera parte de la sesión tras los beneficios de ayer, lastrando al selectivo, que finalmente logró consolidar las ganancias gracias al repunte de los grandes valores. El Indice General de la Bolsa de Madrid, por su parte, repuntó un 0,22%, hasta alcanzar el nivel de los 966,99 enteros.

En Europa, los principales parqués europeos terminaron con repuntes más acusados que Madrid. En concreto, París rebotó un 1,55%, seguido de Francfort, que cerró con un avance del 1,34%, después de que el índice de expectativas económicas elaborado por el instituto alemán ZEW registrase en diciembre una mejora de 8,3 puntos y se situaron en -45,2 enteros, frente a los -53,5 puntos de noviembre.

En el mercado español, el mayor ascenso correspondió a Acerinox (+8,16%), seguido de Inditex (+3,93%), Ferrovial (+3,61%), OHL (+2,28%) y Abengoa (+2,14%). En el sector de la banca, los ascensos correspondieron a BBVA (+1,94%) y Santanter (+0,89%), mientras que Repsol repuntó un 1,62% y Telefónica, un 0,81%.

El resto de los bancos, por el contrario, terminaron en negativo. En concreto, Bankinter perdió un 2,1%, seguido de Banesto (-1,91%), Banco Sabadell (-0,74%) y Banco Popular (-0,33%). En el lado de los descensos también se situaron Grifols (-6,26%), Gas Natural (-3,55%) y REE (-3,33%).


CincoDías.com: El Ibex saca fuerzas de flaqueza para aferrarse a los 9.000 puntos

Con un lado bueno y otro malo. Así podría resumirse la jornada de hoy para el selectivo Ibex 35. La cara positiva es que el índice ha conseguido despedir la sesión con números verdes, al sumar un 0,29%. La visión negativa, sin embargo, es que se ha situado a la cola de unas plazas europeas que han acumulado ganancias más abultadas.

En tiempos de crisis, recuperar la confianza es la más difícil de las batallas. Y sino que se lo digan al Ibex 35. Y es que una vez evaporada la euforia inicial generada por la decisión del presidente electo de EE UU, Barack Obama, de poner en marcha el mayor plan de inversión en infraestructuras desde la década de los años 50, tan sólo han quedado los escombros de ese optimismo. El selectivo español, sin embargo, ha conseguido escapar de los números rojos hasta sumar un 0,29%, situándose así en los 9.063 puntos.

En el resto de Europa, y nadando a contracorriente de Wall Street, las ganancias han sido mucho más brillantes, de manera que el Ftse 100 ha avanzado un 2,06%, el Cac 40 se ha apuntado un 1,55% y el Dax de Francfort ha ganado un 1,34%.

Las miradas del mercado, no obstante, se han desviado hoy hacia otros frentes. De esta manera, la votación del borrador de un posible plan de rescate de 15.000 millones de dólares para los tres principales fabricantes de automóviles (General Motors, Ford y Chrysler) enviado a la Casa Blanca por los líderes demócratas del Congreso estadounidense continúa quitando el sueño a los inversores. "La concesión de los préstamos podría suponer una actuación de corto plazo a la espera de que el gobierno electo considere soluciones más permanentes, como la entrada en el capital de las compañías", comentan los expertos de Banco Urquijo.

Mientras el frente empresarial ha continuado mostrando debilidades, esta vez a través de Sony, que ha anunciado que recortará 8.000 empleos y reducirá la inversión con el fin de rebajar costes, la economía real ha sido un bote salvavidas al que agarrarse, con un índice de confianza inversora en Alemania que ha superado las previsiones en diciembre y unas ventas pendientes de viviendas de segunda mano en Estados Unidos que han caído menos de lo esperado en el mes de octubre. La nota negativa, sin embargo, ha llegado de la mano de Japón, que durante el tercer trimestre ha sufrido una recesión mayor de la esperada.

Desde Urquijo, se explica que "si bien el desplome de las presiones inflacionistas (al menos mientras no se conviertan en presiones deflacionistas) y los planes de apoyo público justifican cierto alivio para unas Bolsas muy castigadas, la apuesta por que ya se han visto los mínimos sigue resultando muy precipitada y, en el mejor de los casos, un significativo período de evolución lateral de las cotizaciones estaría aún en el horizonte. La razón principal es que no se ha visto aún lo peor en los que se refiere a los indicadores económicos, incluida la destrucción de empleo".

Reinan las compras en Acerinox

Con avances del 8,16%, Acerinox se ha situado a la cabeza de los valores en positivo, apoyado en las expectativas de movimientos corporativos en el sector y en el plan de inversiones en infraestructuras de Estados Unidos. Inditex, que presentará resultados el jueves, ha ganado un 3,93%, mientras que Ferrovial se ha apuntado un 3,61%.

La peor cara de los ahorradores ha sido para las compañías energéticas. Gas Natural ha restado un 3,55%, seguida de Red Eléctrica, que ha perdido un 3,33%, Iberdrola, que ha cedido un 2,92%, y Endesa, que se ha dejado un 2,68%.

El resto de los 'blue chips' ha optado por avanzar posiciones, de modo que Telefónica ha repuntado un 0,81%, Repsol se ha revalorizado un 1,62% y Santander y BBVA lo han hecho en un 0,89% y en un 1,94% respectivamente.

En el Continuo, Prim ha acumulado números verdes hasta echar el cierre con un ascenso del 9,98% en el precio de sus títulos, y Metrovacesa ha sido la compañía menos rentable, al restar un 8,61%.

En el mercado de divisas, el Banco Central Europeo (BCE) fijó hoy el cambio oficial del euro en 1,2838 dólares, mientras que el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, cotiza a 42,22 'billetes verdes'.


Infobolsa: Los grandes mantienen al Ibex por encima de los 9.000

La indefinición fue la nota predominante en una jornada en la que el Ibex terminó finalmente en positivo. Sumó un 0,29% hasta los 9.063,10 puntos después de que se recuperase al cierre el Santander que terminó con una subida del 0,89%. Ayudaron también a las alzas del selectivo español el resto de los blue chips –salvo Iberdrola-, y en especial BBVA que sumó al cierre casi un 2%. Signo positivo en el resto de plazas bursátiles europeas en una jornada en la que se conoció que el índice ZEW alemán de expectativas económicas mejoró por sorpresa en diciembre. Entre tanto, el petróleo operó a la baja, en el nivel de los 42 dólares mientras que el euro cerró a 1,2893 dólares.

El Ibex le ganó la batalla a la volatilidad y logró terminar la jornada en positivo. Sumó al cierre un 0,29% hasta los 9.063,10 puntos presionado al alza por todos los grandes del parqué, salvo por Iberdrola que cedió al cierre un 2,92%. Por su parte, Santander se recuperó de las pérdidas iniciales y terminó el día con una subida del 0,89% tras conocerse que los fondos de Barclays elevaron al 3,03% su participación en el banco cántabro, frente al 2,98% que controlaban el pasado mes de noviembre. Alzas destacadas también para las acciones de BBVA (1,94%) mientras que Telefónica repuntó un 0,81% y Repsol un 1,62% después de que Fortis Bank reiterara su recomendación de comprar sobre las acciones de la petrolera con un precio objetivo de 31 euros. Este martes, además, que la Junta de Portavoces del Congreso no incluyó en el Pleno de la próxima semana, último ordinario del presente año, la petición del PP de crear una comisión de investigación sobre la venta de las acciones de Sacyr en la petrolera Repsol, con lo que la iniciativa no se discutirá al menos hasta febrero.

Gráfico Ibex

Al margen de los grandes del parqué destacaron las alzas de Acerinox que lideraron los avances del Ibex con una subida vertical del 8,16% mientras que Inditex sumó al cierre un 3,93% impulsado por las previsiones de que el jueves presente unos favorables resultados. Tono positivo también para las acciones de Ferrovial (3,61%) mientras que Telecinco se revalorizó al cierre un 1,13% tras anunciar que dispondrá en exclusiva para su retransmisión completa y en abierto los derechos de la UEFA Europa League, la competición hasta ahora conocida como Copa de la UEFA que comenzará a disputarse en agosto de 2009.

En la parte baja de la tabla, entre tanto, se colocaron las acciones de Grifols que comandaron los descensos del selectivo español al ceder un 6,26% mientras que Gas Natural se dejó un 3,55% después de que ayer abonara un dividendo bruto de 0,48 euros por acción a cuenta de los resultados del 2008, lo que supuso un incremento del 11,6% respecto al dividendo a cuenta del año anterior. Números rojos también para Sacyr (-3,40%) mientras que Iberdrola Renovables recortó un 1,87% a pesar de contar en el día de hoy con una buena recomendación de UBS que mejoró la nota sobre las acciones de la filial de renovables de Iberdrola a comprar.

Al margen del Ibex, en el mercado continuo, Prim (9,98%), Miquel y Costa (8,31%) y Dogi (4,41%) lideraron los avances mientras que Testa Inmobiliaria (-13,41%), Metrovacesa (-8,61%) y Renta Corporación (-6,54%) fueron las cotizadas más penalizadas del mercado.

Compras generalizadas en el resto de plazas bursátiles europeas. Al cierre, el Dax alemán sumó un 1,34%, el Cac parisino ganó un 1,55% mientras que el Ftse 100 de Londres avanzó un 2,06%. Dentro del Eurostoxx 50 (1,29%), Saint Gobain (6,73%), LVMH (6,57%) y Aegon (5,97%) lideraron los avances del selectivo europeo mientras que GDF Suez (-2,65%), RWE (-1,91%) y L´Oreal (-1,56%) fueron las cotizadas más penalizadas del día.


Invertia.com: El Ibex cierra plano tras fallar en su primer asalto a los 9.100 puntos

Tras un inicio de sesión en el que el Ibex llegó a perder un 1% por los malos datos de Japón, el selectivo cerró plano en 9.063 puntos, tras anotarse una subida del 0,29% y no conseguir romper la resistencia de los 9.100 puntos que llegó a rozar. La mejora por sorpresa del índice ZEW alemán y las señales de estabilización del mercado de viviendas en EEUU hicieron que la renta variable española rebotara desde los mínimos intradía de 8.894 puntos. El resto de plazas europeas también acabaron en números verdes, mientras que el Brent bajaba a 42,44 dólares y el euro rozaba un cambio de 1,3 dólares.

Un indicador de confianza empresarial de la principal economía de la zona euro mejor de lo esperado, así como un superávit alemán también mejor de lo previsto, consiguieron que los principales índices bursátiles acabaran la jornada en positivo. A ello también contribuyó el dato de ventas de viviendas en EEUU, que en octubre pasado cayó menos de lo previsto, y puede ser un síntoma de que el sector residencial del país –uno de los “males” de la actual crisis- comienza a recuperarse. Además, estas buenas noticias vienen avaladas por un Euribor que sigue a la baja y que se ha situado en el 3,610%, su nivel más bajo desde agosto de 2006.

Tras los fuertes rebotes de la jornada precedente, “todo apunta a que la renta variable ha iniciado un rally alcista, que podría terminar siendo uno más en un mercado bajista, y que no descartamos que pueda continuar con mayor o menor intensidad hasta finales de año”, señalan desde Link Securities. Según estos expertos, el elevado nivel de sobreventa, la desaparición por el momento de los fuertes volúmenes de “papel” a la venta, y los intereses de muchas compañías cotizadas y de muchos gestores de acabar el año de la mejor forma posible, podrían facilitar un cierre alcista del ejercicio.

Mientras que se confirma la tendencia alcista de los mercados, la renta variable parece aprovechar cualquier resquicio para apuntarse a las ganancias. Así, el Ibex 35 consiguió cerrar ligeramente en positivo, tras registrar una subida del 0,29% que le permitía mantener la cota de los 9.000 puntos. Eso sí, después de haber fracasado en su intento de saltar la barrera de los 9.100 puntos.

Los mayores avances fueron a parar a Acerinox e Inditex, que repuntaron un 8,16% y un 3,93% respectivamente, mientras que Grifols se dejó un 6,26% y Sacyr Vallehermoso, Gas Natural y REE perdían más del 3%. Entre los grandes valores, BBVA subió el 1,94% y Banco Santander, el 0,89%. El avance del 0,81% de Telefónica y del 1,62% de Repsol también influyeron en una jornada en la que Iberdrola cayó el 2,92%.

En el continuo, las inmobiliarias se llevaron la peor parte. Testa retrocedió 13,41%; Metrovacesa, un 8,61% y Renta Corporación, el 6,5%. Las más alcistas del parqué fueron Prim, que ganó el 9,9% y Miquel y Costas, con un avance del 8,3%.

Los mercados europeos acabaron con mayores avances que el español. El FTSE de Londres fue el que más subió, un 2,06%, seguido por el parisino CAC, con el 1,50% de ganancias y el DAX germano, que subió un 1,23%. El Eurostoxx rebotó el 1,21%. Saint Gobain y LVMH lideraron la subida, con más del 6% de revalorización, seguidos por Aegon, que se anotó un 5,9%. Tras Iberdrola, GDF Suez cayó un 2,66%; L´Oreal y RWE restaron más del 1%.

En cuanto al petróleo, para el que la AIE pronostica un precio de media en 51 dólares para 2009, el barril de Brent cedió un 2,26% hasta los 42,44 dólares, al tiempo que el West Texas se dejaba un 2,52% y cerraba a 42,61 dólares. El euro se mantuvo plano frente al billete verde y se cambiaba a 1,295 dólares, tras caer un 0,09% en la sesión.




Infobolsa: Bolsa Norteamericana



El fracaso de la energía eólica en Reino Unido cuestiona la euforia renovable en España

Un estudio de la patronal eólica española señala que es una energía muy rentable y la proponen como "solución keynesiana a la crisis". En cambio, el regulador eléctrico de Gran Bretaña, país con más días de viento efectivo al año, evidencia el fracaso y el elevado coste de la energía eólica.

El debate energético vuelve a estar de actualidad. Las renovables constituyen, tanto para España como para la UE, un sector estratégico del que depende, entre otras cosas, el abastecimiento de energía eléctrica a la población.

Precisamente, el Ejecutivo ha abanderado la lucha por un crecimiento energético sostenible como punta de lanza de muchas de sus iniciativas contra la crisis. El ministro Sebastián ha señalado en más de una ocasión que la inversión en energías renovables será una de las principales oportunidades de nuestro país para salir de la crisis económica. Convertir los molinillos y los paneles fotovoltaicos en el nuevo motor de la economía española.

En la misma línea se ha mostrado la Asociación Empresarial Eólica (AEE), quien ha propuesto este generador de energía como "una solución keynesiana" a la crisis económica que sufre nuestro país. Para justificar su utilidad, el Ejecutivo ha subvencionado estos sectores y los molinillos de viento se dispersan por doquier a lo largo de la geografía española.

Recientemente, la Asociación Empresarial Eólica ha publicado un informe, elaborado por la consultora Deloitte, en el que señala que la energía eólica produce el doble de lo que recibe. Según este informe, si la subvención pública en 2007 alcanzó los 950 millones de euros, la aportación de esta fuente energética al PIB nacional fue de 1.993 millones, el 0,21% .

Esto, además, ha estado acompañado por un fuerte incremento de la potencia instalada.

Concretamente del 17,5% entre 2006 y 2007. En términos de cobertura de la demanda energética, la eólica ha aumentado su presencia un 18,3%. En cambio, este informe no abunda en aspectos como las condiciones necesarias para las centrales eólicas, compuestas por los famosos molinos, puedan producir energía, ya que cuando no hay viento no pueden suministrar megavatios a la red. Tampoco cuando el viento excede de una determinada fuerza o velocidad.

Además, pese a su incremento, la energía eólica constituye algo más de la mitad de la potencia total de la energía de régimen especial (fuentes renovables), que cubrió en 2007 el 21,2% de la demanda energética. Tan sólo tres puntos porcentuales más que cuatro años antes (18,0%). En esos cuatro años, la potencia eólica instalada ha crecido un 122,9%.

Costosa, poco fiable y poco ahorrativa

En cambio, otros estudios, ponen en entredicho las virtudes que refleja la publicación de la Asociación Empresarial Eólica. En un informe recogido por el blog desdeelexilio, y elaborado por Ofgem, la agencia estatal que regula en Reino Unido el mercado eléctrico y del gas natural, señala el elevado coste que supone en este país el mantenimiento de la energía eólica.

Pese a que hablamos del país con más días de viento efectivo al año en Europa, los consumidores británicos han pagado 1.000 millones de dólares a los propietarios de las instalaciones eólicas. Además, las subvenciones que el Gobierno concede a este tipo de instalaciones distorsiona notablemente el precio de esta energía. Si se mantienen los planes del Gobierno británico de instalar hasta 2020 parques eólicos con capacidad de generar 25 gigavatios la factura para los contribuyentes se dispararía hasta los 6.000 millones.

Concretamente, durante 2007, los precios de la energía eléctrica y el gas natural en Gran Bretaña sufrieron las mayores subidas en el seno de la Unión Europea, según el informe de noviembre de la OCDE. El aumento medio en la UE fue del 15%, los precios británicos del gas y la electricidad han aumentando un 29,7%.
Otro estudio, elaborado por James Oswald y publicado en la revista Energy Policy concluye que la energía eólica no sólo distorsiona los precios totales del paquete energético elevándolos considerablemente, sino que además no evita que se continúen alejando las metas de reducción de emisiones de CO2, ya que no reduce la dependencia energética de otros generadores como los de carbón, los ciclos combinados o las nucleares.

(Gráficos y tablas: Red Eléctrica Española)

Libertad Digital

Pacelli - Papa Pío XII y «el exterminio de los judíos de Europa». Por Annie Lacroix Riz

El cartel de la película Amén desató gran polémica

¿La pélicula y el cartel han buscado desatar un escándalo? ¿O se trata más bien de un debate necesario? La polémica que vivió Francia sobre una película de Costa Gavras tomó como motivo un cartel en el que se confunden la cruz católica y la esvástica, símbolo antiquísimo pero utilizados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Es también la historia de un Papa y de los judíos en este último conflicto mundial.
Eugenio Pacelli, conocido como Papa Pio XII, su pontificado en el Vaticano fue del 2 de marzo 1939 al 9 octubre de 1958.

El episcopado francés y sus voceros desataron una campaña sobre el tema del insulto que significa para los católicos de hoy una «mezcla» calificada como escandalosa.

Los obispos, que han juzgado la imagen «inaceptable», no emprenderán ninguna acción judicial. Entre la libertad de expresión y el respeto a las creencias, la jerarquía religiosa quiere evitar el enfrentamiento judicial, pero su prudencia puede ser interpretada como «falta de valor».

Ciertos órganos de prensa asumen la defensa de la Iglesia de Roma siguiendo la estrategia según la cual la mejor defensa es el ataque.

«¿Cuándo se ha visto proclamar, mediante un cartel publicitario (en este caso el de la película), que Cristo era nazi?», lanza la revista La Croix (bajo la pluma de Bruno Frappat), antes de fustigar «el engaño histórico, la mentira cultural, la ofensa a la realidad que representa ese «logotipo» en que el emblema de un sacrificio se une al de los verdugos».

Ese mismo día, el diario parisino Le Figaro (bajo la pluma de Ivan Rioufol) estima que el episcopado se muestra muy flojo ante «una injuria» extraordinaria: «es indudable que la Iglesia, que tanto ha sufrido, no había sido insultada nunca con tanta violencia. ¿Tendrá que poner de nuevo la otra mejilla?

Recordemos que a principios de los años 1960 los turiferarios más activos de Pío XII, situados a la extrema derecha, se opusieron a la presentación en Europa occidental de la obra de Rolf Hochhuth El Vicario, que tenía la audacia de describir, denunciar y mostrar la actitud pasiva del Santo Padre, en 1942, ante las acusaciones argumentadas del oficial nazi SS Gerstein sobre la masacre a escala industrial de los judíos de Polonia y su pedido para que intervenga explícitamente contra las atrocidades comprobadas.

A menudo lograron impedir por la fuerza que se presentara la obra atacando los teatros así como a los espectadores. ¿Impedir que los ciudadanos de Francia y de otros países supieran más sobre el comportamiento del Papa en lo tocante a la exterminación de los judíos era acaso dar muestras de «coraje»?

Ya se trate del cartel o de la obra de teatro que inspiró el esperado film de Casta Gavras, ¿es acaso escandaloso poner el reinado de ese Papa bajo el signo del apoyo al nazismo?

El debate no alude en lo absoluto a los creyentes de hoy sino a la actitud de la Iglesia de Roma y de su jefe ante «la destrucción de los judíos de Europa» (Raúl Hilberg) durante la Segunda Guerra Mundial.

Según H. Tincq (diario francés Le Monde del 13 de febrero), la selección de este cartel publicitario liquidó los avances de la investigación desde 1963, afirmación que equivale a barrer todos los trabajos que confirmaron el contenido de la obra El Vicario.

La obra contenía, en efecto, muy pocos errores sobre los hechos, lo cual demuestra hasta qué punto, e incluso antes de la apertura masiva de los archivos públicos, ciertos medios alemanes conocían los actos de la Santa Sede durante los años 40, es decir los años más duros de la Segunda Guerra Mundial.

La obra generó, además, investigaciones de las que algunas de las más antiguas, fundadas ya en la consulta de fondos originales -a falta de los fondos que la Santa Sede mantiene obstinadamente cerrados (más adelante retomaré este tema)-, pueden ser consideradas definitivas. El balance de esos trabajos, que tienen ya cerca de cuarenta años, fue enriquecedor, incluso para Francia, entre 1962 y 1965.

Está dominado sobre por los libros investigativos, por ejemplo el de Gordon Zahn, quien abrió la marcha Alemanes Católicos y Hitler durante la guerra (German Catholics and Hitler’s wars, New York, Sheed and Ward, 1962);

La obra de Saul Friedlander Pio XII y el Tercer Reich (Pie XII et le IIIè Reich, París, Seuil, 1964);

El de Gunther Lewy La Iglesia Católica y la Alemania Nazi (The Catholic Church and Nazi Germany, London, Weidenfeld y Nicolson, 1964, traducido al francés en 1965);

El de Carlo Falconi El silencio de Pio XII (Le silence de Pie XII 1939-1945, ensayo basado en documentos de archivo que el autor recopiló en Polonia y Yugoslavia, Mónaco, Ed. Du Rocher, 1965),

y en menor grado de investigación, Jacques Nobéclourt, ex-corresponsal del diario Le Monde en el Vaticano el libro: El vicario y la Historia (Le Vicaire et l’histoire, París, Edicones Le Seuil, 1964, Francia).

El Vaticano se vio obligado, para aplacar la tempestad que levantaron la obra de teatro y sus consecuencias, a confiar a un equipo de cuatro jesuitas, entre los que se encontraba el célebre padre norteamericano Graham y de los que el padre francés Blet es el último sobreviviente, la realización de una selección de sus archivos: Las Actas y Documentos de la Santa Sede, publicación de 10 volúmenes, se realizó entre 1965 y 1980 [1], destinada a rehabilitar a Pío XII.

Esos textos han sido actualizados, en Francia, por un reciente resumen del padre Blet: Pio XII y la Segunda Guerra Mundial (Pie XII et la Seconde Guerre mondiale d’aprés les archives du Vatican, París, Perrin, 1997).

¿Fue esto consecuencia de la publicación de mi obra, a finales de 1996, que hacía un retrato siniestro del icono? Si se lee correctamente, esta literatura prueba ante todo que el Papa no ignoraba absolutamente nada del destino, día a día, de los judíos de Europa. Ni siquiera logra disimular, por un lado, su infinita ternura por el Reich y, por otro lado, lo inútiles que sus actos y discursos resultaban para las víctimas de la masacre.

Casi cuarenta años después del Vicario, el vocero de la Curia, Pierre Blet, especialista de la información de inteligencia y guardián durante la Guerra Fría de los verdaderos archivos del Vaticano [2], no vacila ante el humor negro al afirmar que «si el Papa se abstenía de (...) estigmatizar con palabras de fuego (...) las cosas que [él] había evocado (...) al recibir al embajador de Italia el 13 de mayo de 1940 (...), era por temor a empeorar el destino de las víctimas» [3].

La imagen edulcorada de una ausencia de acción o de los «silencios» legítimos es tanto menos convincente que los historiadores no han podido verificar nunca la selección de los fondos del Vaticano. Así fue en el pasado y así sigue siendo hoy. El último intento del Vaticano, que coincidió con los «arrepentimientos», comenzó en julio del 2000 mediante una «comisión internacional» paritaria de seis «historiadores judíos y católicos».

La operación terminó, en julio de 2001, en un estruendoso fracaso y una renuncia. Después de confesar, en octubre del 2000, sus dudas sobre lo que se aceptaba mostrarles, los historiadores de la comisión confesaron ser incapaces de dar una opinión a causa de la obstinación del Vaticano en negarles el acceso a sus archivos originales y limitarlos a los viejos Actas y Documentos. Al declarar que abandonaban el trabajo, los historiadores de la comisión confirmaron la condición de antiarchivos de esos fondos [4]. El conflicto que tuvo lugar después entre los tres miembros judíos de la comisión y la Iglesia romana subraya la inutilidad de un proyecto que estaba condenado de antemano [5].

Incluso si el Vaticano hubiera abierto sus archivos, los problemas no se hubieran resueltazo en la medida en que:
- 1. la correspondencia oficial entre los embajadores del Reich y Pacelli-Pío XII, en particular las «notas de protesta» de la Curia contra los crímenes alemanes era falaz y había sido redactada para dejar constancia y salvar el honor de la Santa Sede: las cosas se arreglaban oralmente y entre dos personas, como se dice en un correo enviado a Berlín el 22 de junio de 1942 por von Bergen, representante oficial ante el Vaticano de 1920 a julio de 1943;

- 2. una parte fue destruida: esta correspondencia a medias tintas se consideraba lo suficientemente comprometedora como para que la embajada de Alemania en el Vaticano y la Curia decidieran quemarla antes de la llegada a Roma de los Aliados encargados de obtenerla [6].

La contraofensiva del Vaticano, por muy débil que fuera en el fondo, y la fuerza considerable que conserva en Francia el ultramontanismo, a pesar de los recientes lamentos sobre la triste suerte que correría el catolicismo en el futuro, lograron, después de los duros golpes asestados por las investigaciones científicas publicadas durante los años 1964 y 1965, acallar todo debate. Lo que domina aquí no es el insulto a los católicos de hoy sino el boicot de toda investigación negativa para la imagen de Pacelli. Las acogidas a este tipo de trabajo son un silencio de muerte [7] o la cólera, como lo demostraron en 1999 las reacciones de los grandes medios de difusión ante el libro de John Cornwell, El Papa y Hitler (Le pape et Hitler).

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El libro "El Papa de Hitler" del autor John Cornwell, es el más mediocre dentro de las investigaciones sobre el Papa Pio XII y esta época de conflicto, pero este libro fue muy mediatizado cuando apareció. Existen obras investigativas sobre este período de mayor calidad.

Ese trabajo es ciertamente poco profundo y hace recaer todas las culpas solamente en Pío XII exonerando al resto de la Curia, en particular a Pío XI, cuyo reinado cubrió los seis primeros años de miserias de los judíos alemanes (sin mencionar a los de Europa oriental). Sin embargo, agregó algunas piezas útiles al expediente de Eugenio Pacelli, por ejemplo -al remontarse a su juventud- sobre el carácter patológico de su antisemitismo, tan virulento como su odio contra la Francia del Siglo de las Luces y de la Revolución.

¿Qué mejor símbolo de la dificultad de expresarse libremente en este país sobre el nuncio y secretario de Estado del Vaticano convertido en Papa que el conflicto sobre el título inicial de la obra, Hitler’s Pope o sea «el Papa de Hitler», que se solucionó convirtiéndolo en «el Papa y Hitler» [8].

El centro de la polémica, abandonado desde los años 60, no implica la menor ofensa para los creyentes franceses sino que concierne lo que hizo Pío XII durante la guerra y los hechos anteriores que anunciaban ya sus «silencios». Además, si la «imagen» de la Iglesia católica de los años 30 y 40 no se presta realmente a la acusación que se ilustra en el «póster» ¿por qué Juan Pablo II ha reiterado en nombre de esa misma Iglesia los recientes «arrepentimientos» que deben ser comparados al carácter altamente significativo de la canonización de un Stepinac, uno de los principales «protegidos» de los dos últimos Pío, XI y XII? ¿De qué se arrepiente entonces la Iglesia?

Una rápida biografía de Eugenio Pacelli

Eugenio Pacelli no fue el santo torturado por un «drama interior de rara intensidad» (Xavier de Montclos) [9] que tanto estima la historiografía católica institucional, ni tampoco la «oveja negra» que John Cornwell opone a su predecesor Pío XI, presentado como antinazi y defensor de las democracias contra el Eje.

Puesto al servicio de la política alemana del Vaticano, este germanófilo convencido era llamado Tedesco (el Alemán) en Italia y Polonia. Se le consideraba tan seguro (ante Gasparri se había ocupado de batallar contra Francia desde la fase de ruptura con la Santa Sede, a principios de siglo) que en la primavera de 1917 fue nombrado nuncio en Munich a pedido de Erzberger, jefe del Zentrum («Partido católico») e intermediario del Reich en las relaciones con la Curia (incluyendo en el plano financiero).

Se rodeó de una camarilla de extrema derecha que lo siguió durante toda su vida, en una Baviera cuya tradiciones antisemitas eran tan virulentas como las de Austria, de la que había formado parte hasta principios del siglo XIX.

A partir de entonces, el Reich garantizó su carrera, cosa que habían previsto algunos diplomáticos franceses, convencidos desde 1920 de que Pacelli lograría de Berlín al menos la Secretaría de Estado, quizás hasta el trono de San Pedro. El nuncio, como el clero bávaro -que se encontraba de hecho bajo sus órdenes-, estuvo permanentemente ligado desde el principio de los años 20 a los grupúsculos de extrema derecha que abundaban en Baviera.

Pacelli se reunía frecuentemente con Ludendorff, íntimo de Hitler, en aquel nido de los terroristas del Reich, que se habían «refugiado» allí (en realidad con la complicidad del poder central de Berlín) después de haber asesinado a enemigos políticos que simbolizaban la República de Weimar, preferentemente judíos -como Rathenau- o (y) bolcheviques, liberales, inclusive católicos si habían apoyado el tratado de Versalles, como en el caso Erzberger.

Los franceses lo sabían pues no perdían ni pie ni pisada a aquel prelado que los odiaba tanto como a los «judeo-bolcheviques» alemanes o polacos. El antisemitismo de la Iglesia del periodo que constituyó el intermedio entre las dos guerras mundiales es un hecho comprobado y el debate sobre este no persigue más objetivo que saber si se trataba de un antijudaísmo o si se estaba convirtiendo en un antisemitismo «racial» (völkisch).

El de Pacelli era una mezcla remarcable y espectacular de ambos. Su correspondencia bávara, durante la época de la «república de los Consejos», revela su enfermiza obsesión hacia los «judíos de Europa central» bolcheviques [10]. Como todo völkisch, veía en cada judío un bolchevique y a la inversa.

Ver el antibolchevismo como único motor de su acción sería, sin embargo, admitir que fue esta la única obsesión de los pangermanistas. Hay que subrayarlo tanto más cuanto que en el momento en que se impuso como una verdad la ecuación entre nazismo y comunismo, se presenta de buena gana como plenamente justificada -e incluso como democrática- toda cruzada anticomunista.

Se considere legítimo o no, el antibolchevismo no justifica por sí solo el comportamiento de la Curia y de su representante, no solamente en Alemania sino, de hecho, en toda la esfera germánica del antiguo imperio austro-húngaro. No es solamente por combatir el peligro rojo que el Vaticano apoyó al Reich en todas sus empresas territoriales (reconociéndole sobre todo el derecho a heredar toda la antigua Austria-Hungría) y políticas, y que combatió ferozmente a Estados tan poco bolcheviques como Francia y sus aliados de Europa oriental, beneficiarios de los tratados de 1919-1920.

Abogado incansable de los derechos del Reich contra Versalles, como nuncio en Munich, después «en el Reich» (novación de 1920), más tarde como secretario de Estado del Vaticano (a partir de febrero de 1930), Pacelli contribuyó ampliamente desde principios de los años 1920, con el aval de sus superiores -Benedicto XV y (desde 1922) Pío XI-, a la reunificación total (incluyendo a los nazis) de la derecha alemana.

Su jefe Pío XI y todos los personajes claves de la Curia mostraron tanto entusiasmo como él por la promoción, sobre todo después de las elecciones de septiembre de 1930, de la solución nazi. La presentaban a los países de la antigua Entente, contra toda lógica e incluso -insisto en ello- con conocimiento de causa, como una urgencia nunca vista ante la amenaza del bolchevismo (aunque el KPD, Partido Comunista Alemán, no llegó nunca más allá del 16% en sus mejores resultados, durante las elecciones de noviembre de 1932, en una Alemania invadida por la marea de la extrema derecha).

La mención de este inmenso apoyo se impone en momentos en que los «arrepentimientos» de Juan Pablo II acaban de presentar el Reich de Hitler como un «Estado nazi pagano», «que se enraizó fuera del cristianismo» y segregó un antisemitismo extraño a este último. Fue por tanto a esos mismos paganos que la Santa Sede, incluyendo a Pacelli aunque no fue él solo, les facilitó el Concordato del 20 de julio de 1933, fabuloso regalo del que Mussolini y Hitler se regocijaron ruidosamente.

Una de sus cláusulas secretas (la otra tenía apuntaba a la organización de la Iglesia católica dentro del ejército alemán, en aquel entonces en proceso de formación clandestina) estipulaba que, cuando las tropas del Reich invadieran Ucrania, los clérigos germánicos o germanizados, adeptos todos de un antisemitismo tan visceral como su antibolchevismo, convertirían al fin ese gran territorio ortodoxo. ¿La Curia tenía la intención, en ese caso, de proteger a los millones de judíos de Ucrania?

Pacelli dejó seguramente su huella en esa política, que la Santa Sede adoptó como suya, sin desaprobarlo sino promoviéndolo. ¿O acaso se puede calificar de castigo su nombramiento como secretario de Estado a principios de 1930? Sin encontrar la menor oposición por parte de Pío XI, Pacelli hizo posible la carrera espectacular de los elementos más nazis de la Iglesia austriaca y la alemana o de toda (fracción) de nacionalidad implicada en la liquidación de la Europa de los tratados de 1919-1920.

Es importante citar nombres: el austriaco Hudal, rector del Instituto romano de la Anima, uno de los pilares del pangermanismo que se pasó de lleno al nazismo, campeón del Anschluss, nombrado obispo de Ela para festejar el advenimiento de Hitler, glorificó mediante la pluma -en 1936- la alianza entre la Iglesia y el nazismo y exaltó el antisemitismo «eliminacionista» (para utilizar la expresión de Goldhagen; Gröber, «el obispo pardo» (der braune Bischof) de Friburgo (desde 1932), miembro activo de las SS a partir de 1933, encargado por Pacelli de misiones políticas decisivas antes y después de 1993, publicó con el aval de Roma -en 1935, el año de las leyes de Nuremberg- un «manual de cuestiones religiosas» que le convirtió en campeón de la sangre y de la raza contra los judeo-bolcheviques, a los que fustigaba en numerosos «artículos»; después de años en el Germanicum de Roma, otro vivero del pangermanismo que se hizo nazi, Pacelli aupó al croata Stepinac al arzobispado de Zagreb en 1937: «gobernador de Zagreb» en 1939, donde garantizaba «la influencia hitleriana» (según Charles-Roux, embajador de Francia), este arzobispo, antes de convertirse en el segundo personaje oficial de la Croacia «independiente» de Ante Pavelitch, anteriormente a la invasión alemana del 6 de abril de 1941 contra Yugoslavia, encarnaba, durante la era todavía yugoslava de la secesión antiserbia, el antisemitismo financiado por el gobierno hitleriano.

Pacelli, como Pío XI, no ignoraba detalle alguno sobre la suerte que corrían los judíos alemanes desde febrero de 1933. Prohibió toda protesta sobre la persecución desatada contra las Iglesias nacionales (incluyendo la francesa, cuando el arzobispo Verdier, de París, expresaba débilmente sus deseos en ese sentido), específicamente durante el «boicot» nazi contra los judíos del 1ero de abril de 1933.

En septiembre de 1933, cuando Pío XI le hizo plantear al Reich, en una nota oficial, la cuestión de los judíos convertidos (los otros no le interesaban a Roma), se batió rápidamente en retirada a partir del momento en que el consejero Klee de la embajada alemana le pidió «bajar el tono» sobre ese asunto «racial».

Convertido en Papa en marzo de 1939, mostrando su amor por el Reich en arranques que extasiaban a von Bergen, Pacelli fue, en el excepcional puesto de observación mundial del Vaticano, inmediatamente informado sobre las atrocidades alemanas, no en el verano de 1942 -cuando los norteamericanos lanzaron una campaña de prensa sobre el exterminio, que se encontraba entonces en su etapa más aguda- sino desde los primeros días de la ocupación de Polonia.

Mucho se ha hablado de sus silencios sobre las víctimas del Eje, poblaciones atacadas, bombardeadas, polacos, judíos, serbios, cíngaros, enfermos mentales alemanes asesinados por el régimen ya antes del comienzo de la guerra y sobre el destino de los cuales, los archivos alemanes son categóricos en cuanto a esto, Pacelli estaba perfectamente informado, al igual que sobre todo lo demás.

Eso es omitir que Pío XII habló mucho a partir de 1939, por lo menos tanto como Benedicto XV. Este último, durante la guerra anterior, no había dicho una palabra sobre las desgracias de los pueblos atacados, deportados (como los belgas que los ocupantes alemanes sometieron a trabajos forzados), o sobre el genocidio contra el pueblo armenio que perpetró la Turquía, aliada del Reich, hecho que evoca en una extraña mención sobre Armenia en su famosa nota del 1ero de agosto de 1917, insertada ahí porque el Reich había prometido «dejarle los armenios a Turquía». Sin embargo, a partir de 1917, no dejó, como su secretario de Estado Gasparri (el predecesor de Pacelli hasta 1930), de lamentarse sobre la terrible suerte de las ciudades y de la población alemana.

Pacelli-Pío XII fue tan locuaz como su predecesor, desde el principio de la guerra, sobre las «necesidades vitales» del Reich, expresión transparente sobre los derechos del Reich a hacer cualquier cosa para alcanzar sus objetivos que acuñó por su alter ego Kaas, jefe del Zentrum alemán que él mismo puso a la cabeza de esta organización en 1927-28 y que fue junto a él un artífice mayor de la adhesión total de ese partido al ascenso del nazismo al poder.

Lloró y protestó a propósito de un posible bombardeo contra Roma (a partir del verano de 1940), sollozó en lo tocante al de las ciudades alemanas, desde 1942, pataleó contra la fórmula de «capitulación sin condiciones» de Alemania proyectada por los Aliados en 1943, etc.

Como Benedicto XV, preconizaba una «paz» bautizada como «cristiana», una «paz de perdón» sin castigo ni reparaciones impuestas a los verdugos. Su vehemente protesta, el 19 de julio de 1943, contra el bombardeo de Roma, y su visita inmediata a los lugares afectados fueron juzgadas tan indecentes por sus amigos norteamericanos que estos lo colmaron de reproches recordándole sus escandalosos silencios anteriores en cuanto a Londres, Coventry, Varsovia y todo lo demás.

No se limitó a callar sobre las masacres o hacer juegos de palabras con su secretario de Estado Maglione y su colaborardor Montini -el futuro Pablo VI- cuando los norteamericanos le pidieron que hablara, en el verano de 1942: la exterminación de los judíos no estaba comprobada, había sido «exagerada por los Aliados», no podía denunciar las «atrocidades alemanas» sin denunciar las de los Soviets, etc. Con su apoyo, la Iglesia se implicó activamente, en el este de Europa, en el exterminio y sus ventajas materiales: franciscanos de Croacia participantes en las masacres de judíos y de serbios, prelados ucranianos, eslovacos, húngaros, rumanos, etc., convertidos en heraldos de la cruzada contra los «judeo-bolcheviques».

Todos dirigieron y bendijeron con todas sus fuerzas a los asesinos, los famosos «auxiliares» cuyo papel esencial en el exterminio explicó Hilberg. Todos estuvieron directamente implicados en el saqueo de los bienes de los víctimas, al cual dio su aval el Vaticano (en latín, específicamente mediante Marcote, el nuncio nombrado en la Croacia «independiente»).

Lo que pasó en occidente es menos conocido que lo que sucedió en Europa del este ya que los lazos entre las jerarquías nacionales occidentales y Roma no fueron investigados después de la guerra (durante los años 50, los regímenes comunistas, confrontados a una extraordinaria oposición clerical, acabaron por sacar a la luz los archivos de los años de guerra que los fugitivos no pudieron destruir o llevarse por completo). No evocaremos aquí el notorio caso de Vichy, cuyas prácticas antisemitas no conmovieron ni a la Santa Sede ni a su nuncio, Valerio Valeri, a quien De Gaulle expulsó rápidamente (seguramente no sólo a causa de su antisemitismo).

¿Cómo interpretar, sin embargo, el hecho que Pío XII escogiera a Hudal, eterno aliado de los nazis y futuro salvador de los verdugos de los campos de concentración -entre ellos Stangl- para negociar, en octubre de 1943, con la comandancia militar alemana la deportación de los judíos de Roma organizada bajo sus propias ventanas? «Cuestión delicada [y] desagradable para las relaciones germano-vaticanas», pero felizmente «liquidada» en menos de dos semanas, comentó el nuevo embajador del Reich, von Weiszaker.

¿Qué decir del prolongado silencio pontifical sobre la masacre que ordenó Kesselring de 335 rehenes romanos, entre ellos gran número de judíos, en los Fosos Ardeatinos, sobre la Vía Ardeatina, el 24 de marzo de 1944, al día siguiente del ataque de los partisanos contra 55 miembros de las SS. El silencio no fue roto hasta dos años más tarde por la Civilità cattolica, el vocero más claro y sincero de la Santa Sede, según afirmaba Louis Canet, consejero canónigo del ministerio francés de Relaciones Exteriores (de 1920 a 1946).

Esa publicación, la revista jesuita que deberían leer los incondicionales de Pacelli que no lo conocen bien, esperó hasta 1946 para referirse a la «masacre» como simples «represalias de la Vía Ardeatina» [11].

Von Weiszacker, alto personaje de Weimar y del régimen nazi, durante mucho tiempo secretario general del Auswartiges Amt (el ministerio alemán de Relaciones Exteriores) había reemplazado a von Bergen, que representaba a Alemania ante el Vaticano desde hacia 23 años, para dedicarse, junto a la Santa Sede, a negociar con los anglosajones una paz separada a espaldas de los rusos. La maniobra falló, pero la presencia alemana se mantuvo después de la liberación de Roma por los norteamericanos, en julio de 1944.

Pío XII se esforzó, con éxito, en salvar del castigo a aquellos excelentes alemanes, a los que se seguía presentando como la indispensable barrera contra los bolcheviques, presentados estos a su vez como una grave amenaza para Roma y para toda Italia.

El Papa asumió en efecto doblemente el apoyo a los criminales de guerra:

- 1. Durante la guerra, festejó a los representantes de estos, empezando por los de Ante Pavelitch. Señalemos de paso que -revelación que no parece incomodar a ningún partidario de Pío XII- el texto de conversión forzosa de los serbios, otro genocidio croata de la guerra que no fue obra únicamente del verdugo jefe de Estado. Aquella orden de Inquisición del Vaticano, cuyo ejecutor por definición fue Stepinac, ya que era arzobispo de Zagreb, llevaba también la firma del Secretario de la Congregación Oriental (contra su voluntad, lo cual está confirmado) el francés -de la región de Lorena- Tisserant, quien reconoció esto después de la guerra en presencia de un diplomático francés.

Este único dato da idea del tipo de oposición que practicó el hoy casi santo Stepinac, campeón del Estado «independiente» croata, ante el régimen de Pavelitch.

El expediente de Croacia, Estado bienamado de Pacelli, es aún más cargado de lo que puede pensarse ante la organización de masacres al aire libre contra los ortodoxos que rechazaban la conversión. Hay que mencionar sus matanzas indiscriminadas de judíos, serbios y miembros de la resistencia, incluyendo a los propios croatas, sus campos de concentración mantenidos por franciscanos que mataban con mazas, hachas y cuchillos y que -como el de Jasenovac- no tenían nada que envidiar a las industrias alemanas de exterminación creadas en Polonia, sus saqueos de los bienes de las víctimas, etc.

El Papa no encontró nada que decir, pero su colaborador Tardini habló y calificó de «errores» de juventud lo que Falconi definió como una «repugnante mezcla de carnicerías y de fiestas» [12].

- 2. Después de la guerra, asunto que no se menciona en El Vicario, aunque es muy revelador, Pío XII organizó con Montini -hombre de confianza a la vez de los alemanes y de los norteamericanos- y Hudal la red de salvamento para los criminales de guerra, las «Rats Lines» financiadas por Estados Unidos.

Para ello puso a cooperar a toda la Iglesia romana, a los miembros de las órdenes en primer lugar, así como a los seglares, en todos los países, incluyendo Francia, en esta obra prioritaria de salvamento de los Touvier que habían bañado en sangre la Europa ocupada (30,000 contando únicamente a los que escaparon gracias a la red del padre Draganovic); albergó en los palacios del Vaticano a ilustres «refugiados», entre ellos ex-ministros de monseñor Tiso, como Karel Sidor, autor de la legislación antijudía de la Eslovaquia «autónoma» anterior a marzo de 1939.

La energía que desplegó Pío XII para salvar a los verdugos para reciclarlos en sus propios países o enviarlos del otro lado del océano (pasando por Génova gracias a su arzobispo Siri) es otro elemento indiscutiblemente acusatorio contre «el Papa de Hitler».

¿En qué representa un insulto para los creyentes católicos de 2002, en Francia o en otros países, un cartel que ilustra los años de guerra del reinado de Pacelli bajo esta alianza indiscutible? Volvamos a los hechos que son los «silencios de Pío XII» y a sus acciones entre 1939 y 1945, aclaradas mediante los archivos verdaderos, aquellos que no estaban destinados a ser publicados.

Y esperemos que los gritos de las falsas víctimas no logren desviar una vez más la atención de la cuestión de la responsabilidad de Pacelli en los sufrimientos de las verdaderas.

(Los lectores interesados encontrarán información complementaria en el texto adjunto, «Le Vatican, de l’antisémitisme des années trente au sauvetage-recyclage des bourreaux» [El Vaticano, del antisemitismo de los años 30 al salvamento y reciclaje de los verdugos], redactado para la revista Golias y publicado en el n° 47, correspondiente a mayo de 1996, pp. 72-89, antes de la publicación del libro Le Vatican al cual se refiere. Algunos elementos figuran en mi crítica del libro de J. Cornwell citado en la nota 8 del anterior texto.)

Annie Lacroix-Riz es profesora de Historia Contemporánea en la universidad París VII, autora del libro El Vaticano, Europa y el Reich de la Primera Guerra Mundial a la Guerra Fría (en francés: Le Vatican, l’Europe et le Reich de la Première Guerre mondiale à la Guerre froide (1914-1955), París, Ediciones Armand Colin, 1996.

Igualdad animal. Por Hermann Tertsch

«IGUALDAD animal, somos diferentes pero iguales», reza el muy ocurrente lema de la camiseta azul. La luce un jovencito rubio bien alimentado, con cara compungida, pero consciente de su momento de gloria como protagonista de la fotografía. Porta en sus manos un gato con pinta de estar muerto. Otros jóvenes le siguen con otros cadáveres animales, alguno de ellos, se intuye, despellejado. Dicen haberlos sacado de granjas donde, lamentan, «se ejerce una continua explotación por parte de los humanos». Exigen «un trato justo e igualitario para todos los animales». El redactor del texto bajo la foto debió de sentirse tan conmovido que le salió un título de auto sacramental: «Muerte para defender la vida». Todo el día insultando al cardenal Rouco y en cuanto bajan la guardia les sale de dentro el cristiano viejo que tanto odian. Aunque sólo les pase cuando se refieren a gatos, toros o, quizás, a linces no natos. Han de gozar al menos de tanta protección como los linces inexistentes de la Comunidad de Madrid. Los humanos han de volcarse en su protección. Y nadie se atreverá, digo yo, a discriminar entre visones, linces, gatos, ratas o hamsters. ¿O si?

No insistiré en los aspectos más paradójicos de esta imagen, empeñada en mostrarnos la condición indiscutiblemente sagrada de la vida de todos los animales que no seamos nosotros. Sobre todo cuando se insiste en que todas las bestezuelas del mundo debemos ser tratadas igual. Nos vienen insistiendo desde hace mucho tiempo en que, mas allá de todas nuestras caducas supersticiones, el ser humano es un animal más, que lee algo y piensa a veces. Como estas dos actividades están en franco retroceso, encontrar las diferencias entre este gato poco fotogénico y las víctimas de Mengele resulta, al parecer, cada vez más difícil para estos chiquillos. Por eso, porque las injusticias que se producen en las granjas de crías de conejos son tan aberrantes, tenemos los sentimientos algo romos en esta sociedad. De ahí que sea un acto económico o pecuario muy razonable la trituración de un niño nonato de siete meses o darle matarile a un anciano por sus pocas posibilidades de volver a correr una maratón.

Pero les confieso que lo que más me ha preocupado al ver tan conmovedora escena de hermandad/igualdad entre joven vivo y gato muerto es el grado de acuerdo con el lema de la manifestación de los dos animalillos. Yo jamás podré escribir un guión de éxito para el cine español porque no me ha violado ningún cura y nunca me han obligado bajo torturas en el cole a cantar el «Cara al sol» -ni siquiera en casa, como a tanto antifranquista hoy hiperactivo-. Puede que, por ello, haga alguno sobre la igualdad de los humanos con los gatos, conejos y corderos y cerditos. Y eventuales cruces con lince. Cobardes, listillos y con vocación a vivir en granjas. ¿Quién le habrá dicho al rubito que los animales sufrían donde estaban? Mi guión sería un plagio. Pero de actualidad muy cruda, animal.

ABC - Opinión