miércoles, 21 de julio de 2010

No vamos. Por Alfonso Ussía

Un numeroso grupo de amigos e incondicionales habíamos alquilado dos autobuses para viajar a Rodiezmo. Llevábamos años con el antojo y teníamos ilusión por cumplirlo. Pero me temo que nos vamos a ver forzados a cancelar la excursión. Un contratiempo de última hora puede obligar a Zapatero a cancelar su compromiso, y sin Zapatero, el acto de Rodiezmo carece de interés. Es como visitar el Zoo de Madrid para admirar al oso panda y toparse con un cartel que anuncia que el oso panda está constipado y no se le puede ver. Se siente una profunda decepción, y si hay niños entre los decepcionados, el llanto es inevitable. Por ese lado, hay que agradecer a Zapatero su sinceridad. No podrá trasladarse a Rodiezmo por problemas de agenda. Las agendas son así. Se llenan de citas, apuntes y compromisos, y no tienen corazón. Con lo felices y contentos que estaban los mineros de Rodiezmo ensayando la ovación unánime al compañero presidente.

Entre los amigos que nos hemos quedado a dos velas con el chasco, destaca uno por su mal carácter. No está dispuesto a dejarse llevar por su melancólica irritación. Es votante del PSOE y confía plenamente en las medidas que Zapatero ha adoptado para emerger de los fondos de la crisis económica. Pero la cancelación de la cita con Rodiezmo de Zapatero le ha puesto al borde de los nervios y reconoce hallarse navegando en una mar de dudas. «José Luis siempre da la cara», dice con orgullo. «Pues en la presente ocasión ha dado el culo», le ha respondido otro de los integrantes de la fallida excursión, más crítico y menos entusiasta. Es lo que hay.

No puede resultar agradable ocultarse de la opinión popular. Me comenta un allegado a Zapatero, que éste le ha tomado un poco de miedo a la reacción de los mineros engañados. Y que ésa, y no la apuntada en la agenda, es la causa de su incomparecencia en Rodiezmo. En la agenda se lee: «5 de Septiembre. No puedo ir a Rodiezmo como es mi deseo porque viene a verme a La Moncloa Moratinos». No parece un motivo razonable para incumplir su promesa. A Moratinos lo tiene siempre a su disposición, vestido con corbata o de afgano venido a más. Claro, que también Carmen Chacón, la ministra de Defensa, no ha querido enfrentarse al chorreo público de los toledanos en la inauguración del Museo del Ejército en el «heroico Alcázar», que así lo definió el General Coll con sobradísima razón. Y ha hecho bien la ministra de Defensa. Si su presidente no da la cara, ¿por qué tiene ella que aguantar las pitadas y los abucheos de la ciudadanía?

Lo que no entiendo es la ausencia de Rajoy en la inauguración del Museo del Alcázar. Con toda probabilidad, otro problema de agenda. La agenda de Rajoy la hace y deshace el esposo de Celia Villalobos, Arriola o algo así, que está a un año de conseguir lo que se propuso cuando a su Celia le dejó Aznar sin ministerio. Que el Partido Popular no vuelva a ganar unas elecciones. Rajoy tiene que saber, que por encima de detalles discutibles, su electorado quiere y respeta a los soldados de España y a su Historia, y a sus héroes. Y que los toledanos no le iban a pitar. Muy mala confección la de la agenda del dirigente de la Oposición.

Pero hoy lo que me importa y afecta es Rodiezmo, la decepción de mis amigos, la cancelación de la excursión y la pérdida de la señal que hemos depositado en la empresa de autobuses. Con nuestra asistencia que no cuenten. Si Zapatero no va, nosotros no vamos. Así de claro y rotundo.


La Razón - Opinión

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