viernes, 12 de diciembre de 2008

Encerrado en su burbuja. Por Ignacio Villa

Zapatero en la CEOE

En lugar de reducir el gasto público, recortar los impuestos y liberalizar el mercado laboral, Zapatero se contenta con extender su propaganda y sus "patrióticas" mentiras.

Rodríguez Zapatero vive instalado en una burbuja que le aísla de la realidad. No estamos descubriendo América, ya que, de hecho, es un mal que ha aquejado históricamente a todos los presidentes de la democracia y que incluso ha sido bautizado como "la maldición de La Moncloa". Sin embargo, esta completa abstracción de ZP, en esta ocasión, resulta especialmente grave por la crisis económica que estamos padeciendo.


Este jueves, el presidente del Gobierno ha acudido a la Asamblea General de la CEOE; un foro en el que ha tenido que escuchar las muchas inquietudes de los empresarios y donde ha vuelto a soltar su típico discurso sobre las causas de la crisis (su Ejecutivo no tiene ninguna responsabilidad ya que todo es consecuencia de los pérfidos neocon de Washington), las posibles soluciones (más y más gasto público) y su diagnóstico delirante de la situación actual ("estamos mejor preparados que el resto"). Zapatero acudió a este foro sin ninguna preparación especial, ya que lo consideraba un mero trámite que no debía distraerle del próximo Consejo Europeo de Bruselas.

Craso error. Tan vacías encontraron los empresarios sus palabras, que el auditorio estalló. Hasta el punto en que, uno de ellos, Miguel Cantos, patrón madrileño dedicado a la explotación de los garajes, le reprochó al presidente que las cosas están mucho peor de lo que él reconoce y que son muchas las compañías que se están quedando en el camino. Zapatero ni se dignó a responderle, como si la grave acusación no fuera con él. Pero este reproche, sin ninguna duda, recogía el malestar y la inquietud de miles de empresarios que sufren en sus carnes la gravedad y profundidad de la crisis mientras observan una total inoperancia y error de juicio por parte del Gobierno.

Desde luego, ha de ser desesperante oír a un presidente instalado en sus propias falacias e impasible ante los problemas de la economía. En lugar de reducir el gasto público, recortar los impuestos y liberalizar el mercado laboral –no para evitar una crisis en la que ya estamos inmersos, sino para aliviarla y permitir una recuperación más pronta–, Zapatero se contenta con extender su propaganda y sus "patrióticas" mentiras. Pero esto no ayuda a la gente que, como Miguel Cantos, ve cómo la economía se deteriora a un ritmo vertiginoso. ¿Cuánto tendremos que empobrece
Libertad Digital

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