domingo, 3 de diciembre de 2006

"Montaje", conspiración y Goma dos


C's # : Crece la confusión a raiz de las revelaciones de El Mundo sobre policías delincuentes, traficantes de explosivos goma-2. En el cuarto día de la investigación, el diario de Pedro J. señala la insólita teoría de El País y ABC sobre un deseo de tender una trampa a El Mundo por parte de la policía:


Lo malo de escribir al dictado es que siempre se depende de la lucidez mental de quien dicta. Anteayer el jefe del Negociado de Intoxicaciones del Ministerio del Interior estaba bastante espeso y ayer los lectores de los dos diarios siameses que sirven de celosos guardianes de la versión gubernamental del 11-M se frotaban los ojos, leían y releían lo publicado, sin enterarse realmente de nada. Tanto El País como el ABC incluían en sus títulares de portada las dos mismas palabras para referirse a la noticia de las detenciones de policías relacionados con el tráfico de Goma 2 ECO: «conspiración» y «montaje». Y uno y otro coincidían en la misma extravagante tesis tras haber bebido de la misma fuente: agentes corruptos habían simulado el tráfico de dinamita para alimentar las teorías alternativas sobre el 11-M que, según ellos, impulsa nuestro periódico.

Pero lo extravagante se transformaba en estrafalario cuando ambos colegas presentaban a EL MUNDO como víctima de esos manejos. Según El País, «los policías, a sabiendas de que tenían el teléfono intervenido contactan con EL MUNDO... y negocian que el caso de los explosivos se vincule con el 11-M». Según ABC, «dos de los cuatro agentes detenidos contactaron con EL MUNDO, haciéndose pasar por funcionarios íntegros que investigaban la supuesta trama del 11-M».
Nada encaja en tal relato. Es inverosímil que en agosto se trafique con Goma 2 ECO para tender una trampa a EL MUNDO en diciembre. Por otra parte, una operación así siempre saldría de las alturas y no de un grupo mafioso y corrupto de bajo rango. Y, sobre todo, he ahí la hemeroteca: como de costumbre, EL MUNDO no ha ido más allá de los hechos constatados. Se trata de la misma sustancia explosiva que apareció en la mochila de Vallecas y los implicados estaban destinados en esa comisaría. Casualidades y más casualidades, pero, por ahora, sólo casualidades.
Todo indica que estamos ante un nuevo intento de embarrar el campo de juego de la opinión pública de forma muy parecida a como ocurrió con el caso de los peritos. Se trataría de crear un clima de confusión para que nadie distinga a los policías que manipulan pruebas o trafican con drogas y explosivos de los que denuncian sus manejos. Es muy significativo a este respecto que uno de los agentes a los que, al parecer, se le acusa de «revelación de secretos» pueda convertirse en testigo clave del juicio del 11-M, ya que estaba presente cuando Trashorras reveló que El Chino le había contado que conocía a los etarras detenidos en Cuenca. Es obvio que el objetivo es erosionar su credibilidad antes de que comience la vista oral. ¿A dónde nos lleva todo esto? De momento a la sospecha de que, en efecto, hay «conspiraciones» y «montajes» que se tratan de ocultar con nuevas «conspiraciones» y nuevos «montajes». Es la huida hacia adelante.

(Cs #: "Ripoux" son los policías que se dedican a delinquir en lugar de proteger a los ciudadanos)

Editorial de El Mundo
03-12-2006

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