miércoles, 3 de marzo de 2010

Ponga parqué a su casa. Por José María Carrascal

EL problema de la economía española es el ladrillo, nos decían. Y tratan de solucionarlo con azulejos y parqués. ¿En qué ha quedado la nueva economía que nos anunciaban? En rehabilitar la vieja. ¿En qué ha ido a parar el impulso a la investigación y el desarrollo? En labores de entarimado y fontanería. ¿En qué acabó el proyecto de que la banca privada destinase el dinero con que la había salvado el Estado a créditos a la pequeña empresa? En que sea la banca oficial quien los proporcione. Para resumir, el último -por ahora- plan del Gobierno frente a la crisis es una recopilación de los anteriores, más alguna que otra idea cogida de aquí y de allá, incluido el PP, empaquetada y presentada bajo otro nombre. Por desgracia, rehabilitando viviendas, o reparando aceras, como hicieron el verano pasado, no se saca a España de la crisis. Sólo se la da largas Estamos ante otro Plan E, ante otro parche, ante otro apaño para ir tirando, hasta ver si los demás salen del bache y tiran de nosotros. En realidad, es seguir cerrando los ojos ante una realidad que empezó negándose y sigue sin admitirse.

Lean ustedes el documento que acaba de presentar doña Elena Salgado y comprobarán que no aparece en él lo que necesita la economía española, lo que nos aconsejan todos los expertos de dentro y de fuera: un ajuste puro y duro. Estamos ante otra de esas nubes de humo en las que se ha hecho experto el Gobierno Zapatero, ante un nuevo capotazo al toro de la crisis, sin entrar a matar. No hace falta ser un experto, basta tener sentido común, para darse cuenta de que la economía española sólo puede salir del pozo en que se encuentra con grandes sacrificios. Una palabra, sin embargo, que el Gobierno tiene vedada, como hizo un día con la palabra crisis. En lo que puede estar el origen de todos nuestros males actuales. Hemos perdido dos años tratando de convencernos de que la cosa no era tan grave como decían, de que con subvencionar a los que iban perdiendo el empleo, pasaría la tormenta. A estas alturas, sin embargo, sabemos que la tormenta no pasa por sí sola, que hay que empujarla, porque en otro caso, se quedará sobre nosotros por un largo, puede que larguísimo, periodo de tiempo. Pero el Gobierno nos ofrece como solución rehabilitar el cuarto de estar. Si de paso ponemos nuevo tejado, mejor, por los chuzos que puedan caer. Mientras, la cifra de parados sigue aumentando y la advertencia del «Financial Times» suena como la voz de Casandra: cuanto más se tarde en tomar las medidas apropiadas, más difícil y dolorosa será la recuperación.

Muy desesperados tienen que estar para no poder ofrecernos otra cosa. Y muy ciegos tenemos que estar nosotros para seguir creyéndoles. Claro que siempre les queda el bálsamo de Fierabrás que todo lo cura: el culpable es el PP por no cooperar.


ABC - Opinión

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