miércoles, 3 de marzo de 2010

El PP sí se lo toma en serio

Veinticuatro horas después de que la vicepresidenta Salgado presentara en rueda de prensa sus propuestas económicas para debatir con los partidos, el PP presentó las suyas con la clara intención de marcar diferencias, pero también para demostrar que sí tiene un programa alternativo, sólido y concreto. En efecto, las medidas avanzadas ayer por Montoro desmontan la falacia de que la oposición carece de propuestas y que su único interés es desgastar a Zapatero parapetándose en las malas cifras económicas, como las del paro publicadas ayer, que arrojan otro jarro de agua fría sobre el Gobierno. Sin embargo, la simple lectura de las propuestas que Montoro llevará hoy a la comisión de diálogo demuestra que el PP tiene las ideas mucho más claras que el equipo de Zapatero y, desde luego, exhibe más coraje y determinación.

De hecho, no se trata de un mero «papel» de réplica, sino de un verdadero programa económico por su ambición, amplitud y coherencia. Dividido en ocho capítulos, propone que el recorte del gasto público para este año no sea de 5.000, sino de 10.000 millones de euros. Y para lograrlo sugiere suprimir la Vicepresidencia Tercera habilitada para Manuel Chaves, los Ministerios de Igualdad y Vivienda y un 25% de los altos cargos, además de fijar el techo del gasto y del endeudamiento de las administraciones. En cuanto al sistema financiero, el PP pone sobre la mesa una profunda reforma de las cajas de ahorro que facilite sus fusiones y suprima el veto de los gobiernos autonómicos. El capítulo de la reforma fiscal es especialmente audaz, aunque algunos puntos ya sean conocidos. Así, se insta a derogar no sólo la subida del IVA y de los impuestos al ahorro, sino también a rebajar el primero al 4% para el turismo y deducir del IRPF un 10% de los rendimientos del trabajo dedicados al ahorro; a que autónomos y pymes no paguen el IVA de las facturas que no han cobrado y que se les reduzca 5 puntos el tipo impositivo; a reducir dos puntos la cotización empresarial a la Seguridad Social; a bajar el IVA a determinados servicios relacionados con la vivienda, y a recuperar la fiscalidad de los planes de pensiones. A diferencia del Gobierno, el PP sí quiere abordar en la comisión la reforma del mercado laboral para simplificar la contratación y mejorar la negociación colectiva. La oferta popular se completa con iniciativas relevantes como aprobar una ley de unidad de mercado que elimine la maraña legal entre autonomías y reformar la Ley de Morosidad en la línea ya avanzada por Salgado. En el campo energético, salvo la petición de que se reconsidere el cierre de la central nuclear de Garoña, las propuestas del PP y del Gobierno guardan estrecha relación, por lo que cabe augurar acuerdos gracias al excelente trabajo del ministro Sebastián. Se trata, en suma, de una potente contraoferta, mucho más concreta y vigorosa que la de la vicepresidenta económica.

Estas últimas, a tenor de las reacciones que suscitaron ayer, no puede decirse que tuvieran una acogida benevolente entre los partidos. Por el contrario, se ha puesto de manifiesto su escasa entidad y novedad, pues o bien son copia de la Ley de Economía Sostenible, o se han tomado del PP, o bien se quedan cortas para reducir el déficit público y reactivar la economía. También se ha subrayado la contradicción en la que cae el Gobierno, pues si por un lado anuncia la puesta en marcha de un nuevo modelo productivo que destierre el «ladrillo», por otro deposita en la construcción sus más altas esperanzas para crear 350.000 empleos. Si el Gobierno desea de verdad llegar a pactos, no cabe duda de que la propuesta del PP es mucho más fiable y consistente.


La Razón - Editorial

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