viernes, 10 de junio de 2011

Dando excusas a Rubalcaba

Quienes apoyen al PP no entenderán que se critique al ministro del Interior por actuar y por no actuar. Son ya más de tres semanas de acampada que reprocharle al candidato por vía digital.

La manifestación del 15 de mayo estuvo lejos de ser masiva; la práctica totalidad de las movilizaciones de las víctimas del terrorismo han congregado a muchas más personas. Adquirió relevancia cuando pasó a okupar las plazas de varias ciudades, comenzando por la madrileña Puerta del Sol. Muchos ingenuos lo tomaron por una protesta espontánea, largamente esperada, contra los políticos que nos habían sumido en la crisis. De ahí que por las tardes y noches la acampada se llenara de gente. Pero quienes se quedaban eran en general radicales de extrema izquierda, y sus consignas, mensajes y actitudes terminaron espantando a quienes realmente poseían razones para estar indignados.

Así, las distintas acampadas han quedado reducidas a un problema de orden público. Los ciudadanos contemplan atónitos que no pueden saltarse el nuevo límite de velocidad de Rubalcaba ni un kilómetro hora sin que les caiga una multa, mientras los radicales pueden hacer lo que quieran, okupando durante semanas una de las plazas más emblemáticas y turísticas de Madrid –entre otras–, sin que nadie mueva un dedo para impedirlo.


Muchas voces han exigido el fin de las acampadas y han acusado al ministro de Interior de pasividad. Rubalcaba, mientras tanto, aseguraba que iba a actuar con "inteligencia", lo que en la práctica ha resultado ser sinónimo de no actuar en absoluto. Y para una vez que la policía actúa, disolviendo una concentración ilegal frente a las Cortes Valencianas, los mismos que pedían que se hiciera algo se llevan la mano a la cabeza.

No nos engañemos. Habrá quien se escandalice por las imágenes de lo sucedido en Valencia, pero la única diferencia entre esa actuación policial y muchas otras que no han provocado ni el levantamiento de una ceja es que hoy día se graba todo. Disolver una manifestación o desalojar un piso okupado o una plaza cuando los implicados no tienen voluntad de cejar en su empeño sólo puede hacerse de una manera, y es empleando la violencia en mayor o menor grado. Se puede procurar que la policía extreme el cuidado y no emplee más que la imprescindible. Pero quien pretenda que puede hacer su labor repartiendo flores y con buenas palabras o se engaña o pretende engañarnos. Hablar de "soluciones intermedias" y "mano izquierda" sin especificar en qué consisten no es propio de un partido que pretende ser Gobierno.

Una de las razones de que los ciudadanos sitúen a los políticos entre los principales problemas de España son estos arranques de demagogia. Si el Gobierno estuvo seis años poniéndose medallas por haber aumentado el mal llamado gasto social, es normal que sus votantes no entiendan los posteriores recortes. Tampoco quienes apoyen al PP entenderán que se critique al ministro del Interior por actuar y por no actuar. Son ya más de tres semanas de acampada que reprocharle al candidato por vía digital. Como si a Rubalcaba le hicieran falta más excusas para violentar el Estado de Derecho.


Libertad Digital - Editorial

0 comentarios: