Primarias como revulsivo. Siempre que no se quede en un concurso de caras sino en confrontación de proyectos. Es la idea del estado mayor de Zapatero: que la disputa entre dos o más aspirantes alumbre un proyecto nuevo y un liderazgo diferente que pueda motivar a la desalentada clientela socialista y a un partido noqueado en las urnas sin pasar por un congreso federal antes de las elecciones generales de 2012. Es decir, sin retirarle al todavía presidente del Gobierno la capacidad de controlar el proceso desde la Secretaría General del PSOE.
El número dos del partido, José Blanco, lo dijo ayer con toda claridad al término de una Ejecutiva de caras largas. Habrá convocatoria de elecciones primarias para elegir al cabeza de lista en las próximas elecciones generales. Y no habrá convocatoria de congreso federal (ordinario, si se convoca a partir de primeros de julio) para sustituir a Zapatero antes de las elecciones generales que éste, según dijo el domingo por la noche, no tiene la menor intención de convocar antes de tiempo.
El número dos del partido, José Blanco, lo dijo ayer con toda claridad al término de una Ejecutiva de caras largas. Habrá convocatoria de elecciones primarias para elegir al cabeza de lista en las próximas elecciones generales. Y no habrá convocatoria de congreso federal (ordinario, si se convoca a partir de primeros de julio) para sustituir a Zapatero antes de las elecciones generales que éste, según dijo el domingo por la noche, no tiene la menor intención de convocar antes de tiempo.
Convocar elecciones primarias no equivale a celebrarlas porque dos no se pelean si uno no quiere, como dice el viejo refrán. Lo sabremos a partir del sábado, cuando el Comité Electoral declare abierto el proceso de elecciones internas para elegir al aspirante del PSOE a la Moncloa. Pero la expectativa ya está creada en torno al vicepresidente, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la ministra de Defensa, Carme Chacón, los dos miembros del Gobierno mejor valorados por la ciudadanía.
Voces más o menos desorientadas que, como la de Fernández Vara, presidente de Extremadura (parece que lo seguirá siendo, gracias a IU) abogan por un cierre de filas en torno a Rubalcaba como la mejor opción para frenar a Mariano Rajoy. O las de otros que propugnan un pacto entre Rubalcaba y Chacón que evite la imagen de un PSOE dividido entre dos formas de ponerle el despertador al alicaído electorado socialista. Creo que se equivocan unos y otros. Es precisamente la dinámica de la confrontación entre dos formas diferenciadas de remontar el vuelo lo que puede reanimar al PSOE después del revolcón sufrido en las urnas del domingo.
Esas son las cuentas que se están echando en estos momentos los máximos dirigentes socialistas. En ese sentido sería un ejercicio de responsabilidad y, sobre todo, de compromiso con su partido, que la ministra de Defensa diera el paso al frente que política y generacionalmente le toca dar. Y creo que lo hará aunque hasta este momento no ha dicho esta boca es mía.
«Lo de Carme Chacón está por ver, sobre todo cuando en las últimas horas han vuelto a escucharse voces contrarias a la celebración de primarias en momentos de tribulación.»El primero lleva cosida la condición de aspirante desde que fue nombrado vicepresidente. Para eso lo colocó Zapatero en el número dos del escalafón gubernamental. Y aunque quisiera, que no es el caso, ya no puede apearse de esa condición. De modo que no tengan ustedes ninguna duda sobre sus intenciones de legitimarse como aspirante ante la militancia. Ya tenemos un candidato seguro. Lo de Carme Chacón está por ver, sobre todo cuando en las últimas horas han vuelto a escucharse voces contrarias a la celebración de primarias en momentos de tribulación.
Voces más o menos desorientadas que, como la de Fernández Vara, presidente de Extremadura (parece que lo seguirá siendo, gracias a IU) abogan por un cierre de filas en torno a Rubalcaba como la mejor opción para frenar a Mariano Rajoy. O las de otros que propugnan un pacto entre Rubalcaba y Chacón que evite la imagen de un PSOE dividido entre dos formas de ponerle el despertador al alicaído electorado socialista. Creo que se equivocan unos y otros. Es precisamente la dinámica de la confrontación entre dos formas diferenciadas de remontar el vuelo lo que puede reanimar al PSOE después del revolcón sufrido en las urnas del domingo.
Esas son las cuentas que se están echando en estos momentos los máximos dirigentes socialistas. En ese sentido sería un ejercicio de responsabilidad y, sobre todo, de compromiso con su partido, que la ministra de Defensa diera el paso al frente que política y generacionalmente le toca dar. Y creo que lo hará aunque hasta este momento no ha dicho esta boca es mía.
El Confidencial - Opinión
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