domingo, 24 de octubre de 2010

Sólo el PP puede hacer bueno a este Gobierno

Sólo el PP, con su cobardía o su torpeza, puede dar oxígeno a un conjunto de políticos amortizados que llegan a la poltrona con la fecha de su decapitación política fijada de antemano. Que pregunten en Génova a las bases, en lugar de a Arriola.

A cualquier observador imparcial debe parecerle excesivo el temor desatado en el PP tras la elección de los nuevos integrantes del Consejo de ministros. La ya famosa conversación entre Arenas y de Cospedal, en la que ambos mostraban su preocupación por la supuesta excelencia de algunos de los elegidos, estaría fuera de lugar en cualquier partido serio que tuviera que enfrentarse a la ruina absoluta provocada por Zapatero, un desastre nacional ante el que no cabe el menor atenuante. Sin embargo este Partido Popular, entre azorado y pusilánime, se desconcierta de buenas a primeras y confiesa su pobreza de espíritu ante unos cambios ministeriales que, en realidad, sólo van a agravar los problemas existentes hasta la llegada irremisible de las próximas elecciones generales.

Si al PP le intimidan una marxista irredenta abonada a la casa común, un sindicalista vocacional partidario del corrector líquido en materia estadística o una ignorante proteica cuyo principal aval consiste en acumular sueldos públicos a una velocidad portentosa, es que no confía demasiado en sus posibilidades o en las de sus futuros candidatos más destacados.


Ahora bien, si el partido de Mariano se empeña es capaz de hacer pasar este ramillete de indigentes, trufado con la cuota habitual del felipismo de alcantarilla, por uno de los equipos de Gobierno más solventes del panorama occidental. Sólo tiene que dejar a sus altos cargos actuar de forma tan obtusa a como lo ha hecho el alcalde de Valladolid, personaje desconocido para el gran público, que gracias a su alarde de estolidez verbal ha permitido al PSOE poner de nuevo contra las cuerdas a su rival político.

Por supuesto los socialistas no son quienes para dar lecciones de moral pública, tampoco en asuntos relativos al respeto que hombres y mujeres debemos profesarnos mutuamente, pero su habilidad para utilizar la propaganda en contra del partido rival hace que la hipocresía evidente de su conducta pase desapercibida para el gran público, que es el que hace válidos los argumentos de unos y otros en última instancia.

El gabinete con que Zapatero quiere llegar a las próximas elecciones, Rubalcaba mediante, es tan lamentable como los que viene pergeñando desde aquel infausto 14-M, hechos todos a imagen y semejanza del personaje. Sólo el PP, con su cobardía o su torpeza, puede dar oxígeno a un conjunto de políticos amortizados que llegan a la poltrona con la fecha de su decapitación política fijada de antemano. Si en Génova preguntaran a sus bases en lugar de a Arriola otro gallo les cantaría. Al PSOE también.


Libertad Digital - Editorial

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