Definitivo: el Gobierno está de vacaciones. Rodríguez Zapatero se ha cuidado mucho este año para no dar una imagen de desconexión de la vida política en estas semanas de descanso. Desde el Gobierno no se han cansado de airear que este año se ha quedado en el Palacio de La Moncloa con algunos fines de semana largos para descansar. Incluso se han convocado algunos Consejos de Ministros para este mes vacacional buscando ofrecer una imagen de fotografía, de propaganda. Como estrategia puede tener su interés, nadie lo pone en duda; pero, si se está buscando el efecto de los resultados se pueden calificar como nefastos.
El aviso sobre una nueva subida de impuestos, la guerra fratricida –siempre entre sonrisas– en el PSM, la crisis de los controladores aéreos son algunas de las historias políticas que han dado color informativo a este mes de agosto. Pero desde luego lo que sobresale por encima de todo, con una gravedad más importante de lo que parece y con un fondo que, por el momento, no se ve el final es la crisis surgida en el norte de África que afecta a Melilla y que también tiene, nadie lo duda, como objetivo Ceuta. El bloqueo psicológico primero, y real después a la ciudad española de Melilla, y las vejaciones que han soportado y soportan las policías españolas en la frontera, tienen –como decía– una repercusión tremenda, que ha llevado incluso a intervenir personalmente al Rey Don Juan Carlos con el Monarca de Marruecos, pero que por el momento ha dejado al Gobierno socialista absolutamente inmovilizado.
El aviso sobre una nueva subida de impuestos, la guerra fratricida –siempre entre sonrisas– en el PSM, la crisis de los controladores aéreos son algunas de las historias políticas que han dado color informativo a este mes de agosto. Pero desde luego lo que sobresale por encima de todo, con una gravedad más importante de lo que parece y con un fondo que, por el momento, no se ve el final es la crisis surgida en el norte de África que afecta a Melilla y que también tiene, nadie lo duda, como objetivo Ceuta. El bloqueo psicológico primero, y real después a la ciudad española de Melilla, y las vejaciones que han soportado y soportan las policías españolas en la frontera, tienen –como decía– una repercusión tremenda, que ha llevado incluso a intervenir personalmente al Rey Don Juan Carlos con el Monarca de Marruecos, pero que por el momento ha dejado al Gobierno socialista absolutamente inmovilizado.
Zapatero sumiso, Moratinos no existe y Ru-balcaba anuncia que la semana próxima acudirá a Rabat. ¡La semana próxima! ¿Qué agenda tiene el ministro del Interior para no poder acudir a las ciudades españolas en el norte de África en pleno mes de agosto? Aunque desde luego, no admite discusión, el gran desaparecido en este conflicto es el ministro de Exteriores. Moratinos, un ministro que alardea de su buena relación con el mundo árabe, en un momento de crisis diplomática con Marruecos que empieza a compararse con lo ocurrido en Perejil, ni está, ni se le espera. ¿Dónde está Moratinos? ¡Qué alguien nos lo diga!, aunque sea simplemente por vergüenza torera.
Lo que está ocurriendo en Melilla y previsiblemente también en Ceuta requiere una reacción inmediata del Gobierno socialista. Dice no estar de vacaciones, pues bien debe demostrar lo que dice y lo que no hace. En Moncloa se han puesto muy nerviosos por la presencia del popular Esteban González Pons en Melilla. Hay que decir al Gobierno: ¡menos nervios y más acción! González Pons ha hecho lo que tenía que haber hecho el Ejecutivo hace muchos días. Por lo tanto, lo dicho, menos nervios en Moncloa y una obligada rectificación. El ministro Moratinos tiene que decir y hacer algo. Y eso por lo que parece es mucho para el titular de Exteriores que no está dispuesto a dejar sus vacaciones.
Lo que está ocurriendo en Melilla y previsiblemente también en Ceuta requiere una reacción inmediata del Gobierno socialista. Dice no estar de vacaciones, pues bien debe demostrar lo que dice y lo que no hace. En Moncloa se han puesto muy nerviosos por la presencia del popular Esteban González Pons en Melilla. Hay que decir al Gobierno: ¡menos nervios y más acción! González Pons ha hecho lo que tenía que haber hecho el Ejecutivo hace muchos días. Por lo tanto, lo dicho, menos nervios en Moncloa y una obligada rectificación. El ministro Moratinos tiene que decir y hacer algo. Y eso por lo que parece es mucho para el titular de Exteriores que no está dispuesto a dejar sus vacaciones.
La Razón - Opinión
0 comentarios:
Publicar un comentario