Si Andalucía consuma el vuelco que prevén las encuestas y Cataluña deja de ser su agujero negro electoral, las posibilidades de Rajoy de ganar por amplia mayoría serán sólidas.
LA última encuesta del Centro de Estudios de Opinión, organismo dependiente de la Generalidad de Cataluña, presenta un cuadro electoral para los próximos comicios autonómicos que pone al tripartito social-nacionalista presidido por José Montilla prácticamente en la calle. Apenas quedan tres meses para que se celebren las elecciones catalanas, por lo que el resultado de esta encuesta tiene carácter preelectoral que da más sinceridad a las respuestas de los ciudadanos. Bien es cierto que el estudio se realizó en los días en los que se conoció y polemizó la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto, pero lejos de ser un factor distorsión en las respuestas de los encuestados, será claramente un factor de formación del voto de los catalanes. El resultado de la encuesta —que refleja intenciones directas de voto, no estimaciones— anticipa un cambio en el Gobierno catalán, basado en una clara recuperación de Convergencia i Unió (25,3 por ciento) y en el desplome de los socialistas (14,2) y de sus socios, Esquerra Republicana (6,0) e Iniciativa por Cataluña (5,6). El Partido Popular recibe un corto 3,8 por ciento, que siempre aumenta cuando las encuestas calculan el voto estimado y más aún cuando se recuentan los votos introducidos en las urnas. En todo caso, el escenario probable de la próximas elecciones catalanas incluye a un PP determinante para el cambio del tripartito por un gobierno monocolor de CiU. Montilla y el PSC pueden pagar sus malas opciones políticas en esta legislatura. Siendo un partido de izquierda y no nacionalista ha acabado desfigurado como una formación de soberanistas conversos, engañados por Zapatero en la aventura del Estatuto, que renunciaron al cambio político para ser más soberanistas que nadie y que compiten con los auténticos nacionalistas —y ahí siempre pierden los socialistas— en postulados que tienen muy poco de izquierda, y sí mucho de localismo retrógrado. Todo esto, sumado a una mala gestión cotidiana, se traduce en un incremento de CiU, el partido-régimen que está sabiendo aprovechar las oportunidades que le brindan los errores del PSC. Un aviso para el lendakari López.
La encuesta tiene una segunda lectura sobre elecciones generales, porque muestra el aumento sustancial del voto directo que recibe el PP, duplicándose hasta el 7,8 por ciento, con aumento del voto socialista y descenso del convergente. Esta discriminación del voto según sea autonómico o general permite a los populares encarar con optimismo los comicios de 2012, porque si Andalucía consuma el vuelco que prevén las encuestas y Cataluña deja de ser su agujero negro electoral, las posibilidades de Rajoy de ganar por amplia mayoría serán sólidas.
ABC - Editorial
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