Lo que se está preparando en Barcelona para las fiestas de Gracia no es un acto social lúdico, sino un hecho delictivo, porque es delito enaltecer a terroristas.
LAS fiestas de Gracia, en Barcelona, van a ser el escenario del homenaje organizado por grupos independentistas catalanes a Laura Riera Valenciano, quien abandonará el próximo sábado la prisión después de nueve años, tras haber sido juzgada y condenada como colaboradora del «comando Barcelona» de ETA, al que prestó apoyo mientras los terroristas cometían diversos atentados. Entre ellos se encuentra el que costó la vida al concejal del PP en Viladecavalls, Francisco Cano, en 2000. No se trató, por tanto, de un apoyo ocasional, sino de una asistencia consciente a un grupo de asesinos, a los que Riera benefició con información que obtenía por su puesto de funcionaria. Este acto de enaltecimiento del terror, contra el que se ha manifestado la Asociación de Víctimas del Terrorismo, cuenta con el agravante de que se celebrará en una plaza, la del Raspall, cedida por el Ayuntamiento de Barcelona a la Coordinadora Popular de Fiestas. La explicación ofrecida por el Consistorio de que desconocía el programa de actos previstos por estos grupos extremistas pudo servir en un primer momento, aunque resultaba poco verosímil teniendo en cuenta los precedentes protagonizados por grupos proetarras similares. En todo caso, una vez que se ha hecho público el acto de homenaje a Laura Riera Valenciano, el Ayuntamiento barcelonés ha decidido lavarse las manos.
Estos actos de apología del terror a través de sus autores demuestran que la guerra de la deslegitimación total del terrorismo aún tiene territorios que ganar. Y no se ganarán si las administraciones públicas equivocan los valores que deben defender en el ejercicio de sus responsabilidades. Lo que se está preparando no es un acto social lúdico: es un hecho delictivo, porque es delito enaltecer a terroristas. Puede que al Ayuntamiento de Barcelona le resulte más importante tener las fiestas en paz que garantizar a las víctimas su memoria en paz. Además, es falso que las políticas de concesiones sean eficaces como apaciguadoras. Sucede todo lo contrario. La dejación de funciones, la inaplicación de la ley y la renuncia a la autoridad nunca han servido para civilizar a los violentos ni a sus seguidores, sino todo lo contrario: han aumentado su desafío animados por la debilidad del Estado.
La kale borrokaestá repuntando de nuevo. La Audiencia Nacional ha autorizado una marcha del mundo batasuno. Y en Barcelona se prepara impunemente un homenaje a ETA, en la persona de Laura Riera Valenciano, en una plaza cedida por el Ayuntamiento. Es lógico que las víctimas del terrorismo reclamen más transparencia e información al Gobierno porque muchas de ellas tienen la terrible sospecha de que hay un doble juego con ETA.
La kale borrokaestá repuntando de nuevo. La Audiencia Nacional ha autorizado una marcha del mundo batasuno. Y en Barcelona se prepara impunemente un homenaje a ETA, en la persona de Laura Riera Valenciano, en una plaza cedida por el Ayuntamiento. Es lógico que las víctimas del terrorismo reclamen más transparencia e información al Gobierno porque muchas de ellas tienen la terrible sospecha de que hay un doble juego con ETA.
ABC - Editorial
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