Si catalanes y vascos votan nacionalista es porque el nacionalismo es el mejor negocio en la España actual.
SI sólo el 7,9 por ciento de los catalanes se sienten ajenos a España, sin formar parte del Estado español, según una reciente encuesta del CIS, ¿cómo se explica que la mayoría de ellos voten a los partidos nacionalistas, incluidos los de clara tendencia independentista? Ya sé que pocas cosas hay menos fiables que las encuestas, por muy científicas que sean, al existir entre ellas y la realidad la diferencia que hay entre lo pintado y lo vivo. La gente suele decir al entrevistador lo que siente, sabiendo que no tendrá consecuencias. Pero a la hora de la verdad, actúa según sus intereses.
Lo que explica las discrepancias entre encuestas del CIS y resultados electorales. Si los catalanes, como los vascos, votan mayoritariamente nacionalista, es porque el nacionalismo es el mejor negocio que existe en la España actual. Diría incluso el único buen negocio, visto como va el resto. Sin ir más lejos, el PNV obtuvo la transferencia de la alta investigación tecnológica —un buen pico de millones— por su apoyo a los presupuestos del año pasado, aun sabiendo que eran más falsos que las cuentas de Madoff, y espera que el mismo apoyo le permita seguir ocupando la Diputación de Álava —que son todavía más millones—, pese a que el PP fue el partido más votado en aquella provincia. Mientras nacionalistas y socialistas catalanes esperan que Zapatero anule aquellos aspectos de su estatuttachados por el Tribunal Constitucional —como la creación de un Consejo de Justicia para Cataluña e incluso el reconocimiento como nación— a través de decretos-ley. Ante tan suculentos beneficios, ¿tiene algo de extraño que catalanes y vascos voten a sus partidos nacionalistas, aunque se sientan también españoles? Conociendo la naturaleza humana, lo extraño sería que no lo hicieran.
Ello da a esos partidos un peso en la política española muy superior al que proporcionalmente les corresponde, convirtiéndolos de hecho en árbitros de la misma. Algo que se ha venido agrandado a medida que su peso aumentaba y que PSOE y PP se disputaban su apoyo, hasta el extremo de que el presidente del Gobierno parece dispuesto a adaptar la Constitución al estatut, en vez del estatuta la Constitución, un auténtico fraude de ley, que no escandaliza, tras haber estado gobernados durante seis años por un hombre que no tiene palabra, ni principios, ni otra causa que sí mismo. Mientras PSOE y PP antepongan sus intereses a los de España, el nacionalismo seguirá creciendo y España, disminuyendo. Con un Gobierno que tiene la desfachatez de preguntar con guasa si España se rompe. Peor que eso: la está malvendiendo a unos españoles que alardean de no serlo y están haciendo el gran negocio con ella.
Ello da a esos partidos un peso en la política española muy superior al que proporcionalmente les corresponde, convirtiéndolos de hecho en árbitros de la misma. Algo que se ha venido agrandado a medida que su peso aumentaba y que PSOE y PP se disputaban su apoyo, hasta el extremo de que el presidente del Gobierno parece dispuesto a adaptar la Constitución al estatut, en vez del estatuta la Constitución, un auténtico fraude de ley, que no escandaliza, tras haber estado gobernados durante seis años por un hombre que no tiene palabra, ni principios, ni otra causa que sí mismo. Mientras PSOE y PP antepongan sus intereses a los de España, el nacionalismo seguirá creciendo y España, disminuyendo. Con un Gobierno que tiene la desfachatez de preguntar con guasa si España se rompe. Peor que eso: la está malvendiendo a unos españoles que alardean de no serlo y están haciendo el gran negocio con ella.
ABC - Opinión
4 comentarios:
Mmmm. El motivo "buen negocio" no explica un porcentaje muy elevado del porqué los catalanes votamos partidos nacionalistas. Si es que explica algo. En el círculo en el que me muevo (treintañeros del mundo universitario) lo que hablamos es de qué manera podríamos sentirnos españoles. La única manera que encontramos, y despues de mucho discutir, es el federalismo radical y asimétrico. O eso, o la sensación es de independentismo hastiado. Yo antes no era independentista ni tan siquiera nacionalista, me parecía mejor entendernos hablando con los españoles o con quien fuera que la historia nos hubiera puesto como vecinos. Pero ahora la gente se siente molesta, ya cuesta más decir que se es español sin arrugar la frente. Todos votamos nacionalistas porque es como nos sentimos.
Como puede justificar un supuesto independentista un estado de federalismo radical asimétrico. Se me ocurre un modo: sacar el máximo provecho sin dejar de chupar de la marca de España, que últimamente viste mucho.
Aquest últim comentari em sembla molt intel.ligent. Crec que Dodger és un independentista egoïsta on l'egoisme no el sap disimular.
Egoista?
Per què?
Chupar de la marca de Espanya? Pero si somos la comunidad autónoma más rica.
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