viernes, 23 de julio de 2010

Balance sin cierre de la década ZP ("sigues en el camino"). Por Antonio Casado

El vídeo de la celebración no puede ser más explícito: “Con tu compromiso, seguimos en el camino”. Ni evasión ni despedida. Dicho sea para los pregoneros de la cuenta atrás. Esta vez sin las ínfulas de Vista Alegre. Casi una fiesta de amigos bajo la mirada petrificada de Pablo Iglesias en la sede socialista. Tiempo de balance por imperativo del calendario.

Balance sin cierre: “Con tu forma de ser y de gobernar”, “después de diez años, sigues en el camino”, “seguimos en el camino”. Destellos verbales elaborados por encargo para desmentir el desfallecimiento del personaje. Es el trabajo de las agencias de publicidad. Otra cosa es lo que dirán las urnas dentro de veinte meses sobre el agotamiento o la prórroga del proyecto fletado hace diez años en el recinto ferial “Juan Carlos I” de Madrid (35 Congreso del PSOE).

A nuestra disposición, de momento, los hechos y la trayectoria del dirigente socialista hilvanada en la primera década del siglo XXI. La trayectoria tiene la forma de una “U” pero invertida. Y la valoración de los hechos va por barrios, a expensas del cristal con el que se miran. Hay cristales limpios para distinguir las luces de las sombras. Y hay cristales empañados por los prejuicios, el sectarismo y la aversión personal, que son de generosa aplicación al líder del PSOE y presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.


Haber y debe

El balance, sin cierre, es claramente positivo en la perspectiva de sus votantes, mayoritariamente de izquierdas. O “progresistas”, por utilizar un término al uso cuyo significado nunca he acabado de entender. Al menos hasta el reciente golpe de timón impuesto por la situación económica. Equivale a romper el contrato con sus electores y hacerle el trabajo a la derecha neoliberal. De ahí se deriva su hundimiento en las encuestas, no de una inesperada ola de entusiasmo en torno a sus adversarios políticos.

En la memoria de la década (cuatro años en la oposición y seis en el Gobierno), queda un amplio capítulo de decisiones que han supuesto notables avances en materia social o han sintonizado con demandas propias de su electorado natural. Desde la celebradísima retirada de las tropas españolas de Iraq hasta la reciente Ley del Aborto. En el haber de Zapatero cuentan, asimismo logros irreversibles como la implantación del llamado “divorcio express”, la Ley contra la Violencia de Género, el matrimonio homosexual, la Ley de Dependencia, la mejora del poder adquisitivo de las pensiones, la regularización de casi un millón de inmigrantes rescatados de la economía sumergida, la subida del salario mínimo, etc.

En el debe, la falta de carisma, su desastrosa política de comunicación, su resistencia a ceder protagonismo a favor de sus ministros, de por sí con escaso peso a la hora de reclamarlo, o sus dificultades para trabajar en equipo. Eso en cuanto al perfil individual. En cuanto a la gestión propiamente dicha, bien ganada tiene la reprobación por su arriesgadísima política territorial, al haberse embarcado en un innecesario proceso de reformas estatutarias. Y, en otro orden de cosas, por haberse dormido en los laureles en tiempo de bonanza económica, sin promover las reformas estructurales que ahora prácticamente ha tenido que improvisar.


El Confidencial - Opinión

0 comentarios: