Disfrutando de la privilegiada atención que le brinda la clase política y mediática de nuestro país, este movimiento liderado por la ultraizquierda viola impunemente con sus acampadas la legislación municipal y electoral.
Los "indignados" que ilegalmente acampan en la vía pública madrileña y que, según las Juntas Electorales, están violando también la campaña electoral, siguen recibiendo la visita de multimillonarios artistas y la indebida atención de los medios de comunicación.
A este respecto, parece claro que el llamado movimiento del 15-M –un circo destinado a encauzar en favor de la izquierda el justificado malestar social que provoca la lamentable situación política y económica que padecemos– ha logrado eclipsar todas las otras cuestiones que deberían haber centrado la campaña electoral. Así las cosas, los medios de comunicación y la clase política les están otorgando una importancia que, por ejemplo, han denegado sistemáticamente a las manifestaciones de víctimas del terrorismo en su finalmente frustrada pretensión de que los proetarras fueran expulsados de las instituciones democráticas.
A este respecto, parece claro que el llamado movimiento del 15-M –un circo destinado a encauzar en favor de la izquierda el justificado malestar social que provoca la lamentable situación política y económica que padecemos– ha logrado eclipsar todas las otras cuestiones que deberían haber centrado la campaña electoral. Así las cosas, los medios de comunicación y la clase política les están otorgando una importancia que, por ejemplo, han denegado sistemáticamente a las manifestaciones de víctimas del terrorismo en su finalmente frustrada pretensión de que los proetarras fueran expulsados de las instituciones democráticas.
Poco importa el extendido y auténtico malestar social que ha provocado la legalización de Bildu, facilitada por la lamentable falta de separación de poderes que impera en nuestro país: si a nuestras élites políticas y mediáticas les importa bien poco esta adulteración de nuestra democracia y de nuestro Estado de Derecho, mucho menos aún le importa a este movimiento, falsamente cívico y transversal, que dice reivindicar una "democracia real".
Ni qué decir tiene que nuestros indignados de extrema izquierda tampoco denuncian, sino que reivindican, la rémora que para el bienestar social y nuestras posibilidades de recuperación constituyen el gasto y el elefantiásico tamaño de nuestras administraciones públicas; ni tampoco protestan contra las redes clientelares tejidas por nuestros políticos que, además de vampirizar a la sociedad civil, adulteran el funcionamiento de nuestra democracia.
Disfrutando de la privilegiada atención que le brinda la clase política y mediática de nuestro país, este movimiento liderado por la ultraizquierda viola impunemente con sus acampadas la legislación municipal y electoral, ante la pasividad de la delegación del Gobierno y del Ayuntamiento de Madrid. Dicen estar dispuestos a violar incluso la jornada de reflexión. No nos extrañaría que también lo hicieran con impunidad. No hay privilegio que no se conceda o abuso que no se permita a un grupo de "indignados"... siempre y cuando, claro está, se identifiquen con la izquierda.
Ni qué decir tiene que nuestros indignados de extrema izquierda tampoco denuncian, sino que reivindican, la rémora que para el bienestar social y nuestras posibilidades de recuperación constituyen el gasto y el elefantiásico tamaño de nuestras administraciones públicas; ni tampoco protestan contra las redes clientelares tejidas por nuestros políticos que, además de vampirizar a la sociedad civil, adulteran el funcionamiento de nuestra democracia.
Disfrutando de la privilegiada atención que le brinda la clase política y mediática de nuestro país, este movimiento liderado por la ultraizquierda viola impunemente con sus acampadas la legislación municipal y electoral, ante la pasividad de la delegación del Gobierno y del Ayuntamiento de Madrid. Dicen estar dispuestos a violar incluso la jornada de reflexión. No nos extrañaría que también lo hicieran con impunidad. No hay privilegio que no se conceda o abuso que no se permita a un grupo de "indignados"... siempre y cuando, claro está, se identifiquen con la izquierda.
Libertad Digital - Editorial
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