miércoles, 16 de marzo de 2011

Japón pone al mundo en vilo

Los europeos aparentan estar más alarmados que los propios japoneses, con mensajes que contribuyen poco a serenar el ánimo.

EL mundo vive en vilo los acontecimientos en la central japonesa de Fukushima, donde el terremoto y el posterior tsunamihan ocasionado daños que ponen a Japón al borde un situación aún más catastrófica que la vivida en los últimos días. Las informaciones sobre el estado real de los reactores nucleares no son coincidentes. Mientras el comisario europeo de Energía hablaba de «apocalipsis» y de situación «fuera de control» para calificar el actual de estado de cosas, la Agencia Internacional de la Agencia Atómica descartaba que Fukushima vaya a ser un nuevo Chernóbil. Lo único cierto es que el Gobierno japonés ha evacuado a la mayoría de los trabajadores de la central y ha decretado un perímetro de seguridad de treinta kilómetros alrededor de ella. Las emisiones al exterior están confirmadas, así como los daños a la vasija de uno de los reactores. Las líneas aéreas evitan la zona y ya ha empezado el desabastecimiento. Además, está previsto que los vientos lleven hoy hasta Tokyo la contaminación radiactiva, aunque las autoridades aseguran que los niveles no serán perjudiciales.

La falta de información contrastada y la inseguridad sobre la evolución de la crisis de Fukushima deben llevar a la prudencia y a la contención en los juicios. En este sentido, los europeos aparentan estar más alarmados que los propios japoneses, con decisiones y mensajes que contribuyen poco a serenar el ánimo de la opinión pública. Lo que importa es lo que ha sucedido, sin añadiduras alarmistas, y esto es suficiente para asumir que no solo Japón, sino el planeta entero, se enfrenta a una crisis desconocida, que puede resolverse favorablemente si en los próximos días los técnicos consiguen enfriar los reactores y evitar la fusión de sus núcleos, o desembocar en una verdadera catástrofe nuclear que ponga a Japón en el umbral de su desaparición como la tercera economía mundial, además del número ingente de víctimas que puede producirse.

El mundo industrializado no puede sostenerse sin energía nuclear, pase lo que pase en Japón. Pero sin el Japón que conocemos tampoco podrá mantenerse el actual orden económico, incluso internacional. La posibilidad de ese «apocalipsis» nuclear en Japón, que ayer proclamó el Comisario europeo de Energía, supondría abrir una nueva etapa en la historia económica y política del mundo, que quizás, en todo caso, esté abriéndose ya.


ABC - Editorial

0 comentarios: