viernes, 15 de mayo de 2009

LA COPA. Por Alfonso Ussía


Creo que lo consecuente habría sido que ambos clubes hubiesen renunciado a disputar la Copa de España y del Rey

La Copa de España, el campeonato de España de Fútbol, fue la Copa del Rey Alfonso XIII cuando se instituyó, la del Presidente de la República en los años que pudo disputarse, la de S. E. El Generalísimo en el período que más veces la ganaron el «Barça» y el Athletic de Bilbao y del Rey desde que España recuperó la libertad con el reinado de Don Juan Carlos I. He visto muchas finales de Copa, que en tiempos de Franco se jugaban en el Bernabéu, y para los bilbaínos y los simpatizantes del Athletic de Bilbao, la cita copera de Madrid era una fiesta. Se hacían sus aficionados dueños y señores de la Villa y Corte y eran tratados con extremada simpatía por los madrileños. Lo mismo que los aficionados del Barcelona, del Sevilla, del Valencia, del Betis y del Zaragoza. Los vascos y los catalanes, como los castellanos y los andaluces y todos los demás, no vivían en un régimen de libertades, y España no era un Estado de Derecho. Pero aplaudían muchísimo a Franco y a Doña Carmen cuando aparecían en el palco de Honor del Santiago Bernabéu.


España era una nación centralista, y las provincias y regiones estaban en manos de gobernadores civiles y militares. No obstante, cuando las aficiones del «Barça» y del Athletic de Bilbao hasta Madrid se llegaban, ovacionaban a Franco, y el equipo que vencía en la final era recibido por el Generalísimo en el Palacio del Pardo en audiencia privada. Existían los sentimientos nacionalistas ocultos, los bucles melancólicos cobardes, que no se manifestaban. Pero el Rey rompió con todo aquello, cedió sus poderes, se involucró en la transición y España bajo su reinado se convirtió en un Estado de Derecho descentralizado, en una democracia sólo empañada por los crímenes terroristas de la ETA, el Grapo y «Terra Lliure», y concedió a vascos y catalanes -y al resto, pero algo más tarde- un margen de autogobierno que nunca tuvieron en su historia. En señal de gratitud, los vascos y catalanes que no conocieron el franquismo, abuchean al Rey, queman la bandera de todos y silencian con sus graznidos el Himno de España. Lo hacen cuando van a disputar sus equipos más representativos, el Barcelona y el Athletic, la final de la Copa de España, de la Copa del Rey. Y me pregunto. ¿Si tanto les molesta por qué la juegan? ¿Por qué se alegran tanto si la ganan y lloran como mujerzuelas si la pierden? ¿Por qué no devuelven las muchas que conquistaron durante el franquismo y solicitan a la Real Federación Española de Fútbol que borren del palmarés de la Copa de España sus triunfos? Las aficiones se comportan, en ocasiones, como los dirigentes de sus equipos, y en este aspecto, tanto el Presidente del Barcelona -éxitos deportivos aparte-, como el del Athletic de Bilbao -también aparte sus fracasos-, son dos nacionalistas que incitan a la gamberrada aldeana. Creo que lo consecuente habría sido que ambos clubes hubiesen renunciado a disputar la Copa de España y del Rey, a pesar de que uno de ellos, sólo tenga futbolistas españoles, de las tres provincias vascas, de Navarra, de la Rioja y un entrenador de Sevilla. No compensa pasarlo tan mal por ganar o perder una Copa que desprecian. Me parece de tontos. O de masoquistas. O de paletos.

La Razón - Opinión

4 comentarios:

bermiotarra dijo...

Es evidente lo mucho que el señor Ussia anhela la epoca franquista. Tiene el mismo derecho ha hacerlo que los presidentes de los dos clubs a los que hace referencia de tener un sentimiento que él desprecia. Parece, por otro lado, que Ussia no recuerda la actitud de la afición española cada vez que la "roja" se enfrenta a cualquier selección y suena su himno.
La diferencia entre las aficones vasca y catalana con la de la selección de Alfonso es que los dos primeros sólo pitan al himno español. La afición de España lo hace a cualquier himno de la selección a la que se enfrentan (a los hechos me remito)
Supongo, de todos modos, que su actitud es tan humana como lo puede ser la envidia, la vergüenza o las ganas de cagar.
Desconozco si la afición vasca o catalana es paleta como supone Alfonso, lo que queda claro es que éste es un hipócrita.

Anónimo dijo...

primero decirle al señor ussia que nadie en este pais padeció a su añorado franco más que vascos y catalanes, y precisamente no por estar callados, luego espero se acurde de las finales de copa del 3 y del 77 durante las cuales se detuvo a gente solo por llevar bufandas con banderas que no fueran del "color del sol que ilumina españa y de la sangre de los rojos que matamos" le recuerda esto sus epocas de "flecha"?.
habla de los perdedores y los compara con mujerzuelas, su calaña siempre a humillado al vencido y que ocurre que los hombres no lloran en su educacion franquista verdad?.
Pues bien, yo tengo derecho a ser repubicana si me da la gana se ponga usted omo se ponga y reonoce usted mismo que la copa lleva el nombre del que anda en ese momento, ya sea perico el de los palotes, luego no sea envidioso y si el equipo de sus amores no llegó ni a octavos aguantese la pataleta señor ussia, y dejenos celebrar lo que nos de la "real" gana.

SixTarta dijo...

¿Seré diputado como facha, si digo que, sin estar de acuerdo en todo lo que dice, me gusta como escribe Ussía?

Supongo que si.

El futbol, simplemente me fastidia.

En cuanto a otras cosas y con la perspectiva que me dan mis muchos años, tengo que disentir y disiento (Je, je).

Si Franco (al que padecí durante muchos años), benefició económicamente a alguien, hay que decirlo, fué tanto a vascos como a catalanes, y forzó, en una economía dirigida, a la emigración del resto de los españoles hacia esas provincias. Y en cuanto a lo de no estar callados, yo nunca les oí protestar. Así es que menos lobos.

Anónimo dijo...

joder, sicx tarta, tu no les oirías protestar a los vascos, pero seguro que a carrero blanco si que le dio tiempo a oirles antes de iniciar su ascensión a los cielos