Las contradicciones del discurso socialista suben un peldaño con el anuncio de Zapatero para Andalucía. ¿Por qué sólo para Andalucía? El presidente persevera en fragmentar sus respuestas a la crisis. No hay visión nacional de la situación, sino adulación a los electores por razón del lugar en el que viven. Poco importa que el vicepresidente de Cooperación Territorial, Manuel Chaves, esté de gira para impulsar un nuevo sistema de financiación autonómica. Como una cuña intempestiva, Zapatero anuncia un plan privilegiado para Andalucía que hará que otras comunidades reclamen la misma atención política y el mismo compromiso financiero, cuando el Gobierno lo concrete. Porque, en efecto, el anuncio no tiene cifras, ni calendarios: es un quite a la ansiedad social provocada por el paro, y sólo implica por ahora que hará proliferar parques eólicos y solares, como si la economía de energías renovables fuera por sí sola suficiente para atajar el desempleo rampante y la caída de productividad. Todo apunta al nuevo golpe de efecto propagandístico de un PSOE sólo preocupado por la desmovilización de su electorado y que se presenta como si nada tuviera que ver con las estructuras económicas de un país que ha gobernado durante diecinueve de los últimos veintisiete años. Y si en algún territorio su responsabilidad es exclusiva y excluyente por la falta de progreso, ese es Andalucía, laboratorio, otra vez, de los experimentos del PSOE.
ABC - Editorial
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