domingo, 14 de enero de 2007

Goebbels convierte la derrota del 30-D en victoria mediática




""Nunca se miente tanto como ante unas elecciones o después de una cacería". La eficaz propaganda del zapaterismo está haciendo buena la frase de Bismarck."

Se jactaba Goebbels de que gracias a la propaganda era posible convertir catastróficas derrotas en rutilantes victorias. Y a eso se dedicó la radio, la prensa y los noticiarios nazis después de la batalla de Stalingrado, que marcó el principio del fin del Tercer Reich.

Mutatis mutandis, una resurrección similar pretende conseguir el zapaterismo tras el Stalingrado del 30-D. El atentado –y el comunicado de ETA- han dejado al aprendiz de brujo con las vergüenzas al aire y roto su insensato proyecto de entregar el Estado de Derecho a los etarras por un plato de lentejas.

Pero estos genios de la imagen y la palabra le han dado la vuelta a la situación, como un calcetín y, tras el bochornoso mutismo de los primeros siete días, han contraatacado con una eficaz ofensiva mediática.

La jugada maestra de las manifestaciones, hábilmente manipuladas por el PSOE y el PSE, ha vuelto a aislar a los populares, equiparándolos con Batasuna, cuando en realidad quien ha estado haciendo el juego a los Camisas Pardas de ETA ha sido el Gobierno. Y las intervenciones de Alfredo Pérez-Goebbels y María Teresa Riefensthal mintiendo sin pestañear, con esa gracia y ese arte que les caracteriza, han vuelto a poner las cosas en su sitio.

¿Y cuál es su sitio? Que el PP de Rajoy ha nacido para perder. Que es un pardillo y que, una vez más, ha dejado pasar una excelente oportunidad para meter un gol a su rival, que la humareda de la T-4 y el comunicado esquizofrénico de ETA le servían en bandeja.

En la guerra no se puede ir con la verdad por delante. Porque te brean. En la guerra es preciso mentir, destruir y matar… porque toda guerra es sucia. Y el zapaterismo ha convertido la política en la continuación de la guerra por otros medios.

Respiren hondo y tomen nota:
Ha ido a por el PP, convirtiendo el Pacto Antiterrorista en "papelillo" higiénico; ha hecho una pinza con los nacionalistas para arrojar a Rajoy a las tinieblas exteriores; se ha cargado el consenso, el más preciado legado de la Transición y tentado al diablo con un cambio de régimen; ha negociado con una panda de destripaterrones, unos don nadie que se creen superiores al resto de los españoles por que saben acribillar nucas; ha sido cómplice de una clase política –la nacionalista vasca- que se ha garantizado treinta años de poder, sin alternancia, gracias a 819 fiambres.

Y ahora pretende irse de rositas, como si nada hubiera ocurrido, e incluso a seguir con su irresponsable juego negociador.

Lo más triste de todo es que han sido capaces de hacerlo porque la oposición está sonada y la sociedad completamente anestesiada, después de 9 meses de hipnosis.

Ya se han encargado ellos de desactivarla, manipulando el lenguaje (otro eficaz recurso goebbelsiano), adormeciéndola con tele y circo, privándola de resortes intelectuales mediante la ingeniería social de los proyectos des-educativos.

Tan dormida la han dejado que la someten a mil perrerías y no mueve un músculo. Ejemplo, imponen una ley intervencionista y puritana como la del tabaco y aquí no se produce lo propio de una sociedad sana y despierta: el motín de Esquilache.

O dicen que la manifestación de ayer era en "apoyo de las víctimas", pero no va la AVT y ellos, ni un solo miembro del Gobierno, asistió a los funerales de los dos ecuatorianos.

O aseguran que tienen política antiterrorista, pero en 2006 la Guardia Civil sólo detuvo a dos etarras.

¿Lo ven? No pasa nada. A ver repitan conmigo: Ansia-de-paz- Ansia-de-paz Ansia-de-paz... Es una vieja táctica de marketing.

Como decía un creata: "El éxito de un anuncio, así sea comercial o político, se debe a la persistencia y asiduidad con que se emplea". El creata se llamaba Adolf Hitler.

Alfonso Basallo, El francotirador
El Semanal Digital, 14-01-2007

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