lunes, 23 de mayo de 2011

Zapatero lleva la marca PSOE al borde de la bancarrota. Por Antonio Casado

Barrió el PP. Sin paliativos. La debacle socialista estaba cantada y se confirmó. La macroencuesta real, sobre una muestra de 35 millones de españoles consultados en más de 8.000 ayuntamientos, coloca al PP a casi 10 puntos de ventaja sobre el PSOE, lo que supone doblar la mayor diferencia obtenida hasta ahora en unas elecciones municipales y colocarse de claro favorito en las próximas elecciones generales.

El desaliento de los votantes socialistas también se confirma en las urnas. La ruptura del pacto electoral de Rodríguez Zapatero con su clientela política, que se perpetró en mayo de 2010, le pasó ayer la factura. Sin embargo, en su comparecencia de anoche no existió la autocrítica. La que intentó sólo estaba dirigida a los ciudadanos, como presidente del Gobierno, por la crisis económica como imponderable.


Pero ayer se suponía que hablaba como secretario general del partido. Así que estando en Ferraz y no en Moncloa, debió ejercer una autocrítica especial ante la militancia. Aunque solo fuera por haber arrastrado en su caída a la marca PSOE. No lo hizo, cuando él sabe perfectamente que los militantes que en la noche triunfal del 14 de marzo de 2004 le rogaron “No nos falles” hoy acampan en la Puerta del Sol.
«Muchas son las esquinas que presenta el recuento de anoche, que nos deja un mapa político casi totalmente azul y un PSOE al borde de la bancarrota que se lo tiene que hacer mirar.»
Otra de las noticias de la noche de ayer es el impacto de la masiva protesta popular de jóvenes y no tan jóvenes a lo largo y ancho de la geografía nacional. Lo tuvo negativamente en el PSOE porque hurgó en la herida. Sus indecisos se acabaron de decidir y votaron en blanco o se quedaron en casa siguiendo las consignas del “No les votes”, lo cual no afectó a unos votantes tan motivados como los del PP. El impacto en cambio fue muy positivo para otros partidos. Concretamente, Izquierda Unida y UPyD, el partido de Rosa Díez, fueron los grandes beneficiados de la causa general abierta por los “indignados” contra el bipartidismo y la clase política en general.

Tratamiento aparte merece la enorme cosecha de votos logrados por la izquierda abertzale empotrada en la coalición Bildu. Casi 300.000 votos. Frente a quienes siguen rasgándose las vestiduras por lo que consideran un salto de ETA a las instituciones, a mí me parece que este cosechón de votos supone reforzar la apuesta del pensamiento radical vasco por las vías democráticas. A la vista de todo lo que ha ocurrido hasta el polémico blanqueo de los amigos de la banda por el Tribunal Constitucional y que la eficacia policial tiene a ETA contra las cuerdas, es preferible que sus amigos estén en las instituciones sin que ETA mate a que se les expulse del sistema y la banda tenga una excusa para volver a las andadas.

Pero son muchas las esquinas del recuento de anoche, que nos deja un mapa político casi totalmente azul y un PSOE al borde de la bancarrota que se lo tiene que hacer mirar. Las primarias internas, donde se van a enfrentar dos proyectos muy diferenciados (Chacón y Rubalcaba), ya lo verán ustedes, puede ser el comienzo de una constructiva travesía del desierto.


El Confidencial - Opinión

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