viernes, 11 de febrero de 2011

Agencia de colocaciones. Por Alfonso Ussía

A Garzón no le han suspendido en sus funciones por capricho. Está acusado de prevaricación, cobros indebidos y otras zarandajas. Además, sus últimas actuaciones judiciales abren lugar a muchas y abrumadoras dudas respecto a su independencia. Garzón, no lo puede negar, se siente atraído, amparado y sostenido por el Gobierno y su partido. No será culpable hasta que se demuestre si ha delinquido, pero tres imputaciones del Tribunal Supremo reclaman distancias y prudencias.

Colombia, además de una nación portentosa, tiene un Gobierno serio. No se trata de un rumor sino de una evidencia constatada por su ministra de Asuntos Exteriores, la canciller María Ángela Holguín. La señora Holguín ha admitido que el Gobierno de España ha ofrecido al Presidente de Colombia los servicios de asesoramiento en asuntos judiciales de Baltasar Garzón. Y lo que resulta aún más bochornoso. Que la ministra de Asuntos Exteriores de España haya propuesto que sea el Gobierno español el que se haga cargo de los honorarios del juez suspendido. La respuesta pública no se ha hecho esperar, y hasta el socialista Polo Democrático se ha escandalizado por la oferta.


¿Tenemos una ministra o una directora de una agencia de colocaciones? ¿Cómo puede el Gobierno español ofrecer a un país amigo el cargo de asesor presidencial de un juez acusado de prevaricador? ¿Quién se ha creído que es la señora ministra para poner sobre la mesa el dinero de los contribuyentes destinado a pagar a un juez suspendido por trabajar como asesor del presidente de otra nación? ¿A qué se debe tamaña desfachatez?

¿Por qué no aumenta el lote y ofrece asimismo al Gobierno de Colombia el asesoramiento financiero a cargo de Correa, el del Gürtel? Correa no es culpable todavía de lo que se le imputa. Está pendiente de juicio, como Garzón. Un Gobierno no puede dedicarse a colocar a sus afines imputados por la Justicia ni a remover influencias en beneficio de jueces suspendidos, por muy amigos y colaboradores que hayan sido del Gobierno. Doña Trini nos sorprende con asiduidad aterradora. Ya se ha puesto la horrible toquilla palestina para herir los sentimientos de Israel, la única nación democrática de Oriente Medio. Y ahora ofrece a cargo del dinero de todos un puestito de asesor del Presidente de Colombia en asuntos judiciales como si se tratara de una ganga. Está insultando a Colombia, que no necesita para nada a Garzón. El nivel medio cultural de Colombia está muy por encima del que España puede ofrecer. En Colombia hay juristas, jueces, fiscales y abogados tan preparados o más que los españoles. El Presidente de una nación con una sociedad seria no puede aceptar el regalo de un asesor imputado por la posible comisión de tres delitos. ¿Qué vainas se ha creído la ministra de la toquilla palestina?

Lo mejor que puede hacer Garzón es permanecer quieto, aguardar, preparar su defensa y dejarse de enredos. «La corrupción es el cáncer de la democracia. Democracia y corrupción son incompatibles», ha dicho en un documental producido en su honor y gloria. Estoy completamente de acuerdo con sus palabras. Y mucho me gustaría que los hechos demostraran que sus palabras se apoyan en la consistencia. Pero hasta que el Tribunal Supremo hable, Garzón debe asumir la delicadeza del silencio. Y no pedir a la ministra de Asuntos Exteriores que vaya por el mundo intentado colocarlo como muestra de gratitud a los servicios prestados al Gobierno socialista. Mal asunto.


La Razón - Opinión

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