sábado, 13 de noviembre de 2010

Violación de derechos básicos

A la cancelación de la acreditación del corresponsal de ABC se suma la denegación del derecho a defenderse de cargos no especificados.

LA libertad de información empieza a resentirse ante la obsequiosidad con la que el Gobierno español ha actuado con el marroquí en las dos últimas semanas. Cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi Fihri, compareció en el Palacio de Santa Cruz la pasada semana y denunció a la prensa española sin que su contra parte, Trinidad Jiménez, le pidiese una rectificación, se sentó la base del atropello que sufrió ayer la Prensa libre en la persona del corresponsal de ABC, Luis de Vega.

El Gobierno marroquí acusa al corresponsal de este diario de «la difusión de informaciones falsas» sobre lo sucedido en la capital del Sahara y sostiene que De Vega muestra «falta de respeto» a unas reglas de la profesión que no enumeró y «falta de todo profesionalismo», cualidad sobre la que el Gobierno marroquí se atribuye la capacidad de determinar quién posee y quién no. Es evidente el paso atrás que dio ayer Marruecos, que sumó la retirada de la acreditación al corresponsal de ABC a la expulsión horas antes de los enviados especiales de la cadena SER. Pero hay una violación de los más básicos derechos de cualquier ciudadano que agrava esta muy seria anulación del derecho a la libertad de información. La retirada de la acreditación del corresponsal de ABC no le fue comunicada por las autoridades marroquíes pertinentes, sino que fue anunciada por medio de la agencia oficial de prensa. Y ello a pesar de que Marruecos firmó el 19 de enero de 1977, y ratificó el 3 de mayo de 1979, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que dispone que toda persona objeto de una acusación sea informada previamente y juzgada según las reglas de un proceso equitativo, especialmente en lo que concierne a la igualdad de derecho a la defensa. Es evidente que ese principio básico en cualquier estado de Derecho ha sido violado por Marruecos.

ABC siempre ha informado sobre la realidad marroquí de forma objetiva y ha mantenido una corresponsalía desde enero de 1988. ABC ha elogiado los numerosos progresos habidos en Marruecos durante los últimos veintidós años y ha criticado lo que de censurable ha tenido la actuación del Gobierno marroquí, como cualquier otro gobierno. Y desde Rabat o desde Madrid seguiremos haciendo lo uno y lo otro.


ABC - Editorial

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