martes, 21 de septiembre de 2010

El incierto futuro del PSOE. Por M. Martín Ferrand

Rubalcaba y Blanco corren que se las pelan tratando de anticiparse al futuro y a una sorpresa electoral.

A la vista del vestuario que utiliza Angela Merkel no es raro que el Frankfurter Allgemeine, el diario más serio de Alemania, se sorprenda y escandalice con el atuendo que lucen «las muñequitas de Zapatero», las miembras de su Gobierno que, de María Teresa Fernández de la Vega hacia abajo, parecen más inquietas por su glamour personal que por los muchos problemas que afectan a la Nación y comprometen su futuro. Quizá para compensar, Alfredo Pérez Rubalcaba y José Blanco, ignoro quién en la condición de galgo y cuál en la de conejo, corren que se las pelan tratando de anticiparse al futuro y, en lo posible, a una sorpresa electoral. Saben que la Huelga General les dejará dañados y no ignoran que las autonómicas catalanas, con la que hoy parece inevitable caída de José Montilla y merma del PSC en el Parlament, también afectarán a la imagen del PSOE.

En ese entendimiento resultaría lógico, incluso exigible, que quienes, en el partido del Gobierno y en el Gobierno mismo, mantienen la cabeza fría y no han perdido el oremus, estudien las opciones que puedan aliviar los daños predecibles y, en lo posible, invertir las tendencias que apuntan al PP como inevitable relevo del PSOE en las próximas legislativas. En realidad el PSOE solo tiene una vía que, con el riesgo de reducir en un año el tiempo de mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, puede minimizar los daños: hacer coincidir en mayo de 2011 las elecciones municipales con las autonómicas —excepto en Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía, que juegan con otros calendarios— y las legislativas.

En el peor de los casos, susurran los estrategas socialistas, el PP tendrá que tragar el final de la crisis, enfrentarse a ella y perder el beneficio que, de cara al calendario previsto —2012— podría aportarles la continuidad del desgaste socialista. A la vista de la posición excéntrica que lucen los antes citados Rubalcaba y Blanco, cabe preguntarse: ¿con Zapatero o sin él? Cualquier respuesta sería prematura, que será mucho el peso de la huelga y el lastre de las catalanas; pero no es un asunto que pueda descartarse sin más, sin tener en cuenta el distanciamiento de las viejas glorias socialistas y el desgaste que, dentro de unos días, puede producirle al todavía líder socialista el resultado de las primarias en el PSM. Los grandes males exigen remedios inmensos. Lo normal es que, en esas circunstancias, los pastores se coman un cordero, pero también pudiera ser en este caso que los (supuestos) corderos se zampen a su (teórico) pastor. «Las muñequitas», como las llama el Frankfurter, estarán vestidas para la ocasión, sea cual fuere.


ABC - Opinión

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