martes, 21 de septiembre de 2010

Debate por la dignidad

El Congreso de los Diputados debate hoy martes una proposición no de ley de UPN en la que se insta al Gobierno a eliminar toda publicidad dependiente de la Administración General del Estado en los medios de comunicación generalistas que incluyan publicidad de contactos. Las pruebas policiales han confirmado lo que desde hace tiempo viene denunciando LA RAZÓN, que gran parte de los anuncios de prostitución que se publican a diario en la Prensa forman parte de un gran negocio controlado por mafias que se dedican a la trata y explotación sexual de mujeres y hombres. No es de recibo que se justifiquen los anuncios de prostitución como si fueran una actividad mercantil más entre personas iguales y libres. No nos podemos acostumbrar a leer acertados editoriales y trabajos de investigación sobre las actividades de las mafias de la prostitución para, varias páginas más atrás, toparnos con esas mismas mafias que anuncian sus «mercancías». La credibilidad de la Prensa se ve dañada cuando permite estas contradicciones que afectan a la libertad y dignidad de las personas.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió, a principios del verano en el Debate del Estado de la Nación, que los «anuncios de publicidad de prostitución» debían eliminarse, porque, mientras existan, «se estará contribuyendo a la normalización de esta actividad». Desde LA RAZÓN celebramos aquel espaldarazo político a una lucha por la dignidad de las personas que siempre hemos animado en este periódico. Sin embargo, a pesar de que la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y el Plan Integral de Lucha contra la Trata han reseñado la necesidad de eliminar este tipo de publicidad, la actividad del Gobierno no ha producido los efectos deseados de renuncia a este tipo de publicidad. Hoy el Congreso de los Diputados tiene ocasión de dar un impulso definitivo para respaldar la dignidad de la mujer. El grupo socialista no puede quedarse sólo –como parece su intención– en apostar por la «autoregulación» de los medios. Debe ir más allá. Las administraciones públicas deben establecer las medidas oportunas para «animar» a esos periódicos a cumplir con lo que se decide en sede parlamentaria. La Prensa internacional de mayor prestigio no alberga entre sus páginas estos anuncios mafiosos; de la misma manera, no es de recibo argumentar que los editores de esos diarios, en los actuales tiempos de crisis, necesitan el dinero de esa publicidad. Esas cabeceras no pueden ser cómplices de un sórdido mundo de explotación sexual, abuso y mafias.

Sería deseable además que el cálculo político no animara a los distintos grupos parlamentarios, ya que nos encontramos ante un asunto que afecta, con claridad meridiana, a la dignidad de las personas, esa misma dignidad por la que muchos afirman trabajar. El Gobierno y los grupos parlamentarios tienen hoy oportunidad de mostrar determinación en un asunto en el que la razón moral está de su parte. No caben soluciones de compromiso ni medias tintas.


La Razón - Editorial

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