sábado, 7 de agosto de 2010

Superchería. Por Eduardo San Martín

El Gobierno suele recurrir al vicepresidente Chaves como portavoz oficioso en momentos de gran tribulación.

A falta de ocupaciones de mayor fuste, el Gobierno suele recurrir al vicepresidente Chaves como portavoz oficioso en momentos de gran tribulación. Por ejemplo, para que dé la cara cuando las encuestas pintan feas, o para fotografiarse con un presidenten horas ínfimas y prestar así credibilidad a las maniobras, improbables, con que PSOE y PSC tratarán de convencer a los electores catalanes en desbandada de que «sí, podemos» darle un rodeo a la Constitución. Chaves es un robot imperturbable que repite las consignas del partido sin pestañear, cualquiera que sea la pregunta formulada: ya se sabe, lo de arrimar el hombro, el sacrificio del presidente cueste lo que cueste, un Gobierno y un partido exclusivamente consagrados al bien de España, y toda esa letanía. Ora pro nobis.

Aunque ese fue el tono general de su última comparecencia, algunas morcillas deslizadas en su moncorde discurso llaman la atención, por lo que revelan sobre ciertas rasgos de esa caricatura del PSOE que gobierna España. El desliz «el resto del Estado» que introdujo en una respuesta no fue lo peor, aunque confirma la sumisión del zapaterismo a los «marcos de referencia» (Lakoff) del nacionalismo. Más preocupante fue la alusión al «impacto en la sociedad catalana» de la sentencia del TC. ¿En la sociedad catalana? Los datos demoscópicos, recordados aquí la semana pasada, contradicen tal afirmación. No se trata de una ignorancia inocente; hay que «salvar» el estatuto, aunque sea cabalgando a lomos de una gran superchería.

Con todo, el vicepresidente desnudó a su partido cuando confesó que esperaba que el PP no ganara las próximas elecciones «por el bien de España y de la ciudadanía»; corolario del petulante «sólo nosotros trabajamos por el bien del país». Providencialismo más propio de la derecha autoritaria del siglo pasado que de un partido que se dice de izquierda. A dónde hemos llegado.


ABC - Opinión

1 comentarios:

Anónimo dijo...

La Gaceta, dirigida por el gran Carlos Dávila