Internet puso a los dirigentes sindicales frente a los ciudadanos y estos les dieron hasta en el carné de identidad. Será interesante ver cuándo se atreven a someterse a otro chat.
Permítame, estimado lector, que comience este artículo con una expresión castiza. Los internautas han dado a los huelguistas hasta en el carné de identidad. El secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, y el unas horas después "capo" de los sindicalistas del Metro de Madrid, Vicente Rodríguez, aceptaron participar en sendos chats con los lectores de un destacado periódico y hablar de la huelga salvaje en el suburbano. El resultado no pudo ser peor para ambos.
Suponemos que acostumbrados a la suavidad con la que se suele tratar a los representantes sindicales en los medios de comunicación, no debían de imaginar que el enfado de los ciudadanos es monumental. Mientras en las televisiones pululan periodistas que en las tertulias siguen tratando de justificar el castigo colectivo al que los sindicatos han sometido a los ciudadanos madrileños por tener a Esperanza Aguirre de presidenta, los internautas se erigieron como portavoces de la sociedad española. La mayor parte de las preguntas a las que tuvieron que hacer frente Toxo y Rodríguez, aquel que amenazaba con "reventar Madrid", demostraban lo evidente. Quienes viven o trabajan en la capital de España se sienten víctimas de una extorsión sindical.
Suponemos que acostumbrados a la suavidad con la que se suele tratar a los representantes sindicales en los medios de comunicación, no debían de imaginar que el enfado de los ciudadanos es monumental. Mientras en las televisiones pululan periodistas que en las tertulias siguen tratando de justificar el castigo colectivo al que los sindicatos han sometido a los ciudadanos madrileños por tener a Esperanza Aguirre de presidenta, los internautas se erigieron como portavoces de la sociedad española. La mayor parte de las preguntas a las que tuvieron que hacer frente Toxo y Rodríguez, aquel que amenazaba con "reventar Madrid", demostraban lo evidente. Quienes viven o trabajan en la capital de España se sienten víctimas de una extorsión sindical.
Ambos sindicalistas usaron el tono habitual en ellos. Se autoerigían en representantes de unos trabajadores que no les consideran como tales y trataban de demonizar a todos aquellos que no les dan la razón. Sin embargo, por una vez estaban realmente expuestos a la opinión pública. No eran unos periodistas más o menos complacientes los que les interrogaban. Los que preguntaban y también acusaban eran ciudadanos normales que no se sentían atados por esa corrección política que lleva a considerar a los sindicatos como unos "agentes sociales" a los que se debe tratar con sumo cuidado y hasta cariño.
Gracias a internet, a estos chats, por una vez los sindicalistas han escuchado lo que no suelen querer oír. Lo que en ellos se les dijo es lo mismo que se comenta en las colas de la compra, las paradas de autobús, las conversaciones de bar o los diálogos de las salas de estar de numerosos hogares españoles. Y eso no es otra cosa que los sindicatos no representan a los trabajadores ni se preocupan por ellos.
A través de la red, decenas de internautas les dijeron a la cara lo que opinan millones de españoles. Les recordaron a los sindicalistas que no es aceptable una huelga salvaje que trastoca la vida de la mayor parte de los madrileños al tiempo que no hacen nada contra un Gobierno responsable de una tasa de paro escandalosa. Internet permitió que los sindicalistas tuvieran que aguantar que se les reprochara el papel de los "liberados" y la violencia de los piquetes. En definitiva, una par de chats bastaron para demostrar que los españoles están cansados de los mal llamados "representantes de los trabajadores".
Internet puso a los dirigentes sindicales frente a los ciudadanos y estos les dieron hasta en el carné de identidad. Será interesante ver cuándo se atreven a someterse a otro chat.
Gracias a internet, a estos chats, por una vez los sindicalistas han escuchado lo que no suelen querer oír. Lo que en ellos se les dijo es lo mismo que se comenta en las colas de la compra, las paradas de autobús, las conversaciones de bar o los diálogos de las salas de estar de numerosos hogares españoles. Y eso no es otra cosa que los sindicatos no representan a los trabajadores ni se preocupan por ellos.
A través de la red, decenas de internautas les dijeron a la cara lo que opinan millones de españoles. Les recordaron a los sindicalistas que no es aceptable una huelga salvaje que trastoca la vida de la mayor parte de los madrileños al tiempo que no hacen nada contra un Gobierno responsable de una tasa de paro escandalosa. Internet permitió que los sindicalistas tuvieran que aguantar que se les reprochara el papel de los "liberados" y la violencia de los piquetes. En definitiva, una par de chats bastaron para demostrar que los españoles están cansados de los mal llamados "representantes de los trabajadores".
Internet puso a los dirigentes sindicales frente a los ciudadanos y estos les dieron hasta en el carné de identidad. Será interesante ver cuándo se atreven a someterse a otro chat.
Libertad Digital - Opinión
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