viernes, 28 de mayo de 2010

Un Gobierno en prórroga

UN solo voto de diferencia ha permitido a Rodríguez Zapatero salvar la legislatura, pero sólo por el momento y con un coste personal y político inasumible.

La votación del «decretazo» ha hecho que dé la cara su falta de apoyos parlamentarios y sólo la alambicada abstención de Convergencia i Unió permitió que el Ejecutivo no diera ayer por cerrado, formalmente, el mandato. Sí está cerrado políticamente, porque, como afirmó Mariano Rajoy, el real decreto-ley que ayer convalidó el grupo socialista sólo con sus votos es un desmantelamiento de la política de Rodríguez Zapatero desde 2004. Ganar por un voto refleja la espantada de los antiguos socios de izquierda y nacionalistas, es el ocaso de aquella capacidad seductora en la que tanto confió Zapatero para construir un muro de aislamiento frente al PP y es la prueba de que no hay Gobierno con entidad suficiente para dirigir España.

El voto negativo del Partido Popular era la opción más coherente, no sin riesgos de incomprensión, dentro y fuera de nuestro país. Pero Rajoy ha sido consciente de que el recorte social era un límite infranqueable para un partido que consolidó por ley el sistema de pensiones y sus revalorizaciones. Para la Historia queda que el único partido que ha mermado las pensiones en España ha sido el PSOE. El eslogan de que la derecha es antisocial se arruinó ayer en el Congreso de los Diputados. Rajoy hizo bien en pensar más en los españoles que en Merkel o Sarkozy, aunque es muy probable que estas medidas acaben defraudando también a los socios europeos, quienes pedían recortes del déficit, no que se asaltara a los pensionistas.

Convergencia i Unió asumió ayer una grave responsabilidad. Abstenerse era cooperar con un recorte social injusto e ineficaz para la reducción del déficit. Pocos dudan de que agravará el desempleo y reducirá el consumo, lo que hará inviable un aumento significativo de la recaudación. Duran i Lleida hizo un discurso correcto y patriarcal, pero incongruente en su planteamiento, porque, si a su juicio tan negativas son las medidas aprobadas, no se entiende que facilitara su convalidación. El electorado de CiU, formado principalmente por clases medias, sabe bien la incongruencia cometida por la coalición nacionalista. Pensar que Zapatero interiorizará la reflexión que le propuso Duran i Lleida, quien le advirtió de que esta legislatura no pasa del 31 de diciembre, es ignorar el estado de supervivencia en que se encuentra el Gobierno socialista, para el que la victoria pírrica de ayer es un poco de oxígeno para unos días. No aspira más que a ganar tiempo, aunque sea una prórroga.


ABC - Editorial

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