miércoles, 25 de noviembre de 2009

Del discutible éxito de Rosa Díez. Por Mario López

Si somos muchos los que cuestionamos la solvencia democrática de nuestra ley electoral y extendemos la cuestión a la propia naturaleza de nuestro sistema representativo, a la luz del gran número de abstenciones que se consigna en cada una de las convocatorias electorales que se vienen produciendo desde la muerte del dictador ¿Qué podremos pensar de la solvencia de Rosa Díez y su grupo político, la UPyD, cuando en las últimas elecciones internas a la presidencia del grupo se ha producido un 60% de abstención?

Más de la mitad de los militantes con derecho a voto han decidido abstenerse, es decir, manifestar que lo mismo les da que les da lo mismo quién esté al frente del proyecto; lo que viene a ser igual que decir que más de la mitad de sus promotores no creen en el proyecto. No existe constancia de ningún proyecto político que haya salido adelante con el único concurso de su principal promotor y sus tres más incondicionales seguidores. Rosa Díez ha renovado su liderazgo con el apoyo del 81% de los votos emitidos, pero sólo con el 34% de los votos posibles. Es decir, cuenta con el apoyo real del 34% de la militancia ¿Es eso un triunfo o una flagrante derrota? En cualquier caso, ¿los españoles que cuestionamos la falta de democracia de nuestra ley electoral y desconfiamos de la capacidad de convocatoria que en la actualidad posee nuestro sistema representativo, podemos confiar en Rosa Díez que es capaz de celebrar un triunfo tan discutible? Mi opinión particular es que cualquier elección que cuente con menos del 50% de participación debería ser invalidada automáticamente. Y también pienso que un líder político que asume, ya no sin empacho, sino con auténtico alborozo su nombramiento con un apoyo minoritario no merece la menor credibilidad democrática.

Siglo XXI

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