domingo, 26 de abril de 2009

ANTIPATRIOTAS. Por Alfonso Ussía

Mintió de la manera más descarada y atroz durante la campaña electoral. Y obligó a mentir a Solbes, su ministro de Economía. Cuando le dijeron a la cara, con datos y argumentos, que seguía mintiendo, no tuvo otra ocurrencia que acusar a los que vaticinaban la llegada de la crisis de antipatriotas. Su desvergüenza en la mentira le llevó a declarar el 9 de enero de 2008 que estaban siendo capaces de derrotar la lacra del paro y poner el horizonte en el pleno empleo. Quince meses más tarde, 4.010.700 parados. El 10 de septiembre de 2008, adornó su monumental mentira con una cursilería de difícil calificación: «La creación de empleo es el parámetro definitivo de la idoneidad de las medidas que estamos poniendo en marcha». La idoneidad de las medidas que puso en marcha el Gobierno de Zapatero ha quedado plenamente demostrada. Más de cuatro millones de parados. Y en el mes de febrero de este mismo año de nuestras desdichas, 2009, se emocionó en un mitin y no tuvo inconveniente en soltar la siguiente grosería: «Para decenas de miles de empleados habrá empleo nuevo en unos pocos meses para ellos y sus familias».

De febrero a abril son pocos los meses que los separan. El resultado ha sido estremecedor. Más de cuatro millones de parados. A todo esto, los sindicatos amaestrados y rendidos a las subvenciones y los pesebres, aquellas centrales sindicales tan críticas y callejeras cuando gobernaba el Partido Popular con un saldo de creación de empleo fabuloso, no se atreven a movilizarse contra el Gobierno socialista amigo. Méndez de la UGT critica a la CEOE, y Toxo, de Comisiones Obreras, después de una angustiosa y larga reflexión, ha llegado a la conclusión de que es necesario «un plan de choque». Cuando las principales centrales sindicales dependen de la generosidad económica de un Gobierno, cuando los sueldos de sus liberados sólo se pueden atender con las propinas del Tesoro Público, se nublan las protestas y se acepta con despreocupación la cifra de cuatro millones de parados. El mensaje cínico y contundente de Zapatero durante la campaña electoral -«No hay crisis y quien lo diga es un antipatriota»-, llenó sus alforjas de millones de votos de inocentes crédulos. Muchos de esos centenares de miles de españoles que creyeron a pies juntillas la gran mentira de Zapatero se cuentan entre los más de cuatro millones de parados que se reconocen oficialmente, y que son muchos más. Este Gobierno no puede continuar. Más que un pacto entre todas las fuerzas políticas, lo que urge es la celebración de unas nuevas elecciones. Las últimas, ética y moralmente, han sido invalidadas por la inconmensurable y fría mentira del Presidente del Gobierno. Mantenga su palabra el frívolo narrador de historietas. A mediados del año 2008, Zapatero dijo que hay que medir su eficacia y la de su Gobierno en función del empleo creado. Pues la eficacia de las medidas adoptadas por Zapatero y su Gobierno no se pueden medir en función del empleo creado, sino del desempleo cosechado, siete puestos de trabajo destruídos por cada minuto, cuatro millones de parados no sólo originados por la crisis económica, sino por la perversa mentira de ayer y la ineficaz política de hoy. Me niego a creer que esos cuatro millones de parados sean tan antipatriotas como los que le anunciaron la gravedad de la crisis. Elecciones ya, y sin mentiras, para evitar los cinco millones de españoles en la calle.

La Razón - Opinión

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