martes, 2 de enero de 2007

La improvisada y "rara" cena en La Moncloa 30 horas antes del atentado

¿Había advertido el CNI de movimientos en Madrid? ¿Fue para mostrar el optimismo que el presidente transmitió horas después? Zapatero, De la Vega, Rubalcaba y Blanco ¿de qué hablaron?

30 de diciembre. Paseo de la Castellana número 5. Sede en Madrid del Ministerio del Interior. En sus despachos se viven muy malos momentos. Han pasado poco más de tres horas desde que ETA rompiese por sorpresa el alto el fuego anunciado el pasado 22 de marzo al atentar con una furgoneta bomba en el aparcamiento de la T-4 del aeropuerto de Barajas. La potentísima explosión -de entre 500 y 800 kilos y que fue previamente avisada en llamadas a servicios de emergencia- ha cogido desprevenido a muchos y la tensión es patente. El trajín es constante.

En la primera planta del palacete, un hombre muestra su rostro desencajado. En breve, deberá comparecer ante los medios de comunicación para informar de lo sucedido y de las investigaciones policiales. El día se presenta duro. Muy duro para el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. La incredulidad y sorpresa de sus asesores políticos es palpable en la medida en la que, además, es la primera vez que ETA comete un atentado de estas características sin anunciar previamente a través de un comunicado que rompe el alto el fuego, tal como hizo en los años 89 y 98.

La acción terrorista supone un golpe letal al denominado "proceso de paz" a las 24 horas de que, precisamente, el mismo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hubiera mostrado en su balance político de 2006 su esperanza en que dentro de un año "estaremos mejor que ahora".

Y, sin embargo, la noche del jueves, treinta y pocas horas antes de la explosión del coche bomba, Zapatero había convocado de manera improvisada una cena en el Palacio de La Moncloa a la que asistieron la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega; el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; y el secretario de Organización del PSOE, José Blanco.

Vicepresidenta, ministro y número dos del partido tenían otros compromisos para esa noche, que anularon de inmediato ante la llamada de un presidente del Gobierno llegado desde Doñana, donde pasaba unos días de descanso, según ha podido confirmar Garganta Profunda en fuentes monclovitas solventes. ¿Acaso el CNI había detectado movimientos sospechosos de etarras en Madrid y su director, Alberto Sáiz, así se lo había hecho saber a Zapatero? ¿Fue una cena de optimismo entre camaradas para celebrar lo bien que iban las cosas, tal como dijo el presidente en rueda de prensa a la mañana siguiente? Lo que está fuera de toda duda es que el atentado de Barajas coloca al Gobierno de Zapatero a los pies de los caballos, con un presidente fuera de juego tras su optimista mensaje del viernes y con un Partido Popular al que la realidad de los hechos fortalece en su discurso crítico.

Garganta profunda
El Semanal Digital, 02-01-2007

Los pasos siguientes

Rajoy ha vuelto a ofrecer la mano al Gobierno para que regrese al Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Es lo que tiene que hacer, precisamente porque Rajoy sabe que el Gobierno no va a aceptar esa oferta de consenso, ya que no está en su mano aceptarla. Quizá pueda pensarse que Rajoy debería escenificar su oposición a la política del Gobierno de una manera más cercana a la calle, pero es indudable que el mensaje es correcto.

A partir de ahora, es Zapatero quien está obligado a realizar una serie de movimientos forzados. Tiene que realizar gestos de cara a la galería sin variar, en lo sustancial, nada de su estrategia, porque no está en su mano variarla.

Hace ya muchos meses advertí, en este mismo blog, que Zapatero continuaría adelante pasara lo que pasase y que nuestra única obligación es conseguir que cada paso que dé tenga un coste electoral insoportable. Y los hechos siguen confirmando que no existen límites que Zapatero no esté dispuesto a traspasar y que sus medios afines no estén dispuestos a apoyar, y que la estrategia de desgaste es la única estrategia correcta.

No podemos aspirar a que Zapatero cambie de rumbo, porque no está en su mano hacerlo: es preso de los pagos que el PSOE acordó en su día. Tan sólo podemos trabajar para que ese rumbo inamovible garantice la debacle electoral de Zapatero y del partido que le apoya.

Los pasos siguientes están, por tanto, claros. Lo primero, dejar los nervios para Zapatero y quienes le prestan soporte, porque son ellos los que tienen su juego seriamente limitado; nosotros podemos permitirnos, ahora, el lujo de mover las piezas con la máxima tranquilidad para sacar el máximo provecho de cada jugada del Gobierno. Lo segundo, continuar con la estrategia de movilización pacífica, apoyando a la AVT, que la lidera, y llevando a la calle la contestación a una política antiterrorista equivocada y suicida, como medio de garantizar que se visualice la oposición de la inmensa mayoría de los españoles a la actitud de Zapatero, oposición que sería fácilmente silenciada si no se produjeran movilizaciones.

Lo tercero, y aquí el Partido Popular está obligado a abrir el frente parlamentario, deberá ser acentuar al máximo las contradicciones de la posición de Zapatero, poniendo el foco de la atención sobre las medidas concretas en que se plasma esa estrategia claudicante del Gobierno. En ese sentido, son tres, para empezar, las exigencias que deben ponerse sobre la mesa de manera inmediata:

La exigencia de que el Gobierno reconozca formalmente el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo como único marco viable de acción.
La exigencia de que el Gobierno retire, con carácter inmediato, la reforma del Código Penal, que beneficia a los terroristas aún no juzgados, al acortar el plazo de prescripción de sus delitos.
La exigencia de que el Gobierno proceda al relevo del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, el fiscal Zaragoza, devolviendo a su puesto a Fungairiño, quien con tanto éxito lideró durante años la lucha contra esa banda asesina desde la Fiscalía.
Por lo demás, aquellos de los lectores que sean miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad o que trabajen en instituciones penitenciarias deben extremar la atención a cualquier nuevo movimiento que detecten e informar a los medios de comunicación de cualquier anormalidad que se produzca, especialmente de aquéllas que pudieran significar el inicio de concesiones a la banda en el tema de los presos.

Hoy martes, a las 12 h, delante de todos los ayuntamientos de España, los ciudadanos están invitados a acudir a las concentraciones silenciosas convocadas por la AVT en protesta por el atentado de ETA. Allí estaremos nosotros, en la Plaza de la Villa de Madrid.

Luís del Pino
Libertad Digital,
02-01-2007

Alemania asume la Presidencia de la UE de Veintisiete con la vista puesta en la Constitución

La canciller Merkel pretende sacar adelante una Hoja de Ruta sobre el Tratado / Con la incorporación de Rumanía y Bulgaria, casi la mitad de los socios europeos procede del antiguo bloque soviético.

En el primer día de Presidencia alemana de la Unión Europea, que desde ayer cuenta con 27 miembros tras la incorporación de Rumanía y Bulgaria, la canciller Angela Merkel dejó claro un mensaje: la UE necesita una Constitución «si quiere conservar su capacidad de acción».

Con este objetivo, Merkel dijo, en un mensaje difundido en la web de la Presidencia alemana (www.eu2007.eu), que su país «quiere contribuir al debate» y para ello «mantendrá conversaciones intensivas» con sus «socios europeos». En este sentido, el fin de la Presidencia alemana es «disponer de una Hoja de Ruta que indica cómo puede concretarse el Tratado Constitucional».

Merkel considera que la UE está en deuda con el ciudadano y que debe ofrecerle una perspectiva. «Mucha gente se pregunta: ¿Nos trae Europa más seguridad y bienestar? ¿No hay demasiada burocracia? Nos esforzaremos en dar una respuesta a estas cuestiones», apuntó ayer la canciller alemana, según informa la agencia Efe.

En su propósito de acercar la UE al ciudadano, el Gobierno alemán ha preparado una gira informativa por 52 ciudades alemanas, que empezó ayer lunes. Alemania detenta la Presidencia semestral de la UE y, durante todo el año, está al mando del G-8.

La primera novedad de la Presidencia alemana es su número: la UE cuenta desde ayer con dos miembros más, Rumanía y Bulgaria, dos antiguos miembros del bloque comunista. Millones de rumanos y búlgaros se despertaron como flamantes ciudadanos de la UE tras una noche de celebraciones callejeras por las fiestas de Año Nuevo.

Con la adhesión de estos dos países balcánicos, las instituciones comunitarias cuentan ahora con 27 miembros, casi la mitad de ellos pertenecientes al antiguo bloque prosoviético. En 2004 tuvo lugar la gran ampliación de países ex comunistas. «La incorporación de Bulgaria y Rumanía a la UE completa nuestra histórica quinta ampliación, que reunifica pacíficamente el oeste y el este de Europa», afirmó Jose Manuel Durao Barroso, presidente del órgano ejecutivo de la Unión.

Los dos nuevos socios aportan al club comunitario una población de 30 millones de habitantes, con lo que la UE suma ya 490 millones los ciudadanos. Sin embargo, Bulgaria y Rumanía añadirán sólo un 1% a la actual economía de los Veinticinco, según informa la agencia Reuters.

Los que fueran países con duros regímenes comunistas en la Guerra Fría llevan las fronteras de la UE desde el Atlántico y el Báltico en el oeste y el norte hasta el Mar Negro en el sureste.

El proceso de ingreso de Rumanía y Bulgaria ha sido muy duro, y para muchos expertos terminó con precipitación. Los dos países siguen con asignaturas pendientes en lo que concierne, especialmente, a la lucha contra la corrupción. El temor a que miles de ciudadanos de estos países quieran emigrar a sus socios europeos hace que en muchos casos se mantengan restricciones al ingreso de los trabajadores, lo que deja a rumanos y búlgaros bastante insatisfechos. Además, esta ampliación será la última hasta que se resuelva la reforma institucional, que los más optimistas calculan que no será antes de 2009. En lista de espera se encuentran Croacia, Macedonia y otros países balcánicos, mientras que las aspiraciones turcas han sufrido un duro golpe por el conflicto sobre Chipre.

«¡Estamos en casa!», era el titular de la edición especial del diario búlgaro Trud, que refleja el sentimiento generalizado de búlgaros y rumanos sobre su incorporación a la Unión Europea.

Fabien Noval, France Presse, para El Mundo
Berlín, 02-01-2007

El pacto antiterrorista, única salida a esta pesadilla

Los escombros del parking de Barajas que miles de viajeros contemplan estos días entre sobrecogidos y atónitos son el mejor símbolo de los vanos sueños albergados durante meses y meses por el presidente del Gobierno contra toda lógica y evidencia. Ahí ha quedado sepultado su proceso de paz, junto a los restos de los dos ecuatorianos desaparecidos. La dificultad de su búsqueda entre bloques de cemento hundidos y automóviles convertidos en poco más que láminas de chatarra proporciona también una pauta de la magnitud del atentado y de la dimensión de la pesadilla que se ha cernido de repente sobre la sociedad española.

Los motivos para reprocharle al Gobierno su conducta irresponsable ya han quedado pormenorizados en estas páginas. Toda su gestión de la relación pública y secreta con Batasuna y ETA ha sido una desastrosa mezcla de ignorancia, inmadurez y soberbia, pues ha estado basada en tratar a los terroristas como si no lo fueran. Y a medida que han ido pasando las horas se ha ido haciendo más patente que Zapatero no estuvo el sábado a la altura de las circunstancias.

Si la «suspensión del diálogo» significa dar por cerrado este camino, como oficiosamente se afirma ahora desde La Moncloa y como sostiene José Blanco al decir que «si no hay diálogo no hay proceso», el presidente tenía que haberlo dicho de forma expresa, anunciando además las medidas de toda índole -policiales, diplomáticas, judiciales y políticas- que ello implica.

Pero a menos que Zapatero se empecine en el error -lo que convertiría al hombre ofuscado por sus sueños de pacificación en un suicida y un necio- la prioridad de la sociedad española no debe ser ahora castigarle. Para eso están las urnas, cuyos perfiles se atisban ya en la lontananza. En este sentido, no nos parece de recibo la actitud de una minoría que el domingo por la mañana, en la concentración convocada por la AVT en la Puerta del Sol, profirió graves insultos contra Zapatero y contra el alcalde de Madrid. Lo último que le conviene a España es que se repita ahora a la inversa el linchamiento callejero fomentado en su día desde un sector del PSOE contra Aznar y su Gobierno.

Juntos de nuevo frente a ETA

Nuestro reto inmediato es hacer frente a la probable nueva escalada de una ETA tan vil y sanguinaria como siempre, pero fortalecida tanto en sus pretensiones como muy posiblemente en su capacidad operativa. El fiscal general del Estado asegura hoy en una entrevista en EL MUNDO que «ETA está derrotada y estamos asistiendo a su entierro aunque podamos tener vueltas atrás como se ha visto con la bomba de Barajas». Ojalá fuera cierto el pronóstico de Conde-Pumpido, aunque los únicos entierros que desgraciadamente nos esperan son los de los dos ciudadanos ecuatorianos desaparecidos. El ministro del Interior acompañó ayer a los familiares de ambos -que han perdido ya la esperanza de encontrarlos con vida- en el lugar del atentado, donde se ha echado de menos la insustituible presencia de Zapatero.

Es el momento, como bien dice Conde-Pumpido, de «una respuesta enérgica y contundente del Estado de Derecho» con todos sus instrumentos legales a esta salvajada cometida por ETA. A él le corresponde aplicarse el cuento y predicar con el ejemplo. El fiscal adelanta hoy una previsible actuación contra el proetarra Arnaldo Otegi por un presunto delito de enaltecimiento del terrorismo, al calificar a De Juana Chaos como «preso político». Sólo con actuaciones como ésta la sociedad española percibirá que se combate el terrorismo en todos sus frentes.

Zapatero debe rectificar

A Zapatero no le queda otro remedio que reconocer sus equivocaciones, ofrecer explicaciones, pedir disculpas a los españoles por sus errores de criterio y anunciar la rectificación de su política, convocando a Mariano Rajoy de nuevo a La Moncloa para promover juntos la revitalización del Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo. Esa sería la única prueba verosímil de que el presidente ha aprendido la lección y ese sería el único camino adecuado para que la respuesta a ETA dejara de ser una operación partidista y volviera a convertirse en una gran iniciativa de Estado.

Si Zapatero admite humildemente la verdad, si explica que ha errado de buena fe y da muestras de sincero propósito de enmienda, Rajoy debe aceptar su mano tendida y contribuir en lo posible a la reconstrucción del consenso. El líder del PP -que ha convocado una reunión extraordinaria del Comité Ejecutivo de su partido para mañana- ha pedido una y otra vez la vuelta del PSOE al Pacto Antiterrorista -ésa ha sido también la línea editorial de este periódico- y difícilmente podría obstaculizar ahora que eso sucediera para obtener ventaja de la debilidad del Gobierno. Afortunadamente para todos, ése no es el estilo de Rajoy.

No queremos ni pensar en la hipótesis de que Zapatero se enroque con la vana ilusión de que ETA afloje la zarpa que aprieta su cuello. Sería tremendo que una parte muy importante de la sociedad española -y no sólo la minoría radicalizada que hasta ahora ha expresado su no injustificada cólera- llegara a la conclusión de que la única forma de defenderse de ETA es librándose antes de Zapatero, pues los primeros favorecidos por esa escalada de la confrontación entre demócratas serían los propios terroristas. «Presidente, vuelva usted al pacto», le pide encarecidamente la eurodiputada socialista Rosa Díez en un artículo que hoy publicamos y en el que reclama con buen tino la sustitución «del diálogo con» por «la derrota de».

El presidente del Gobierno tiene, pues, la palabra. Le quedan muy pocos días, tal vez apenas unas horas, para demostrar que es un hombre de Estado y no un tonto aprendiz de brujo, sin brujería ni aprendizaje.

Editorial de El Mundo, 02-01-2007

Los límites se llaman Carlos Alonso y Diego Armando


Desde que ETA declaró el alto el fuego en marzo pasado se han venido produciendo multitud de hechos que desmentían la supuesta voluntad de la banda de abandonar definitivamente la violencia. A pesar de que el Gobierno nos hizo saber que tenía todas las garantías de que «esta vez» ETA iba en serio, lo cierto es que cuando el presidente compareció ante los periodistas, el 29 de junio pasado, para anunciar «el inicio del diálogo con ETA», no se cumplía ninguna de las condiciones impuestas por la resolución aprobada en mayo de 2005 en el Congreso de los Diputados para que ese paso pudiera darse.

De hecho, desde el 22 de marzo en el que ETA hizo pública su pomposa declaración de alto el fuego hasta ese 29 de junio, lo único que había quedado ampliamente verificado es que la banda había decidido no renunciar al uso de la violencia para conseguir sus objetivos políticos.
De que esto era así hubo pistas claras e inmediatas: el 13 de abril, empresarios navarros denunciaron cartas de extorsión de ETA posteriores al alto el fuego, y el día 22 de ese mismo mes el comercio de José Antonio Mendibe, concejal de UPN en Barañain (Navarra), sufrió un atentado terrorista que lo destruyó por completo. Desde entonces y hasta hoy, los atentados terroristas, las cartas de extorsión, la quema de autobuses, de cajeros, los ataques a instituciones públicas, a sedes de partidos políticos, las exhibiciones de prepotencia de la banda, etcétera, han sido constantes. Por más voluntad que uno pusiera en obviar la realidad, ETA ha demostrado en estos nueve meses que considera útil el uso de la violencia y que en modo alguno ha tomado la decisión de abandonarla.

ETA ha mantenido e incrementado su actividad terrorista a pesar de los gestos de benevolencia, complacencia y apaciguamiento con que ésta era respondida por los dirigentes del Partido Socialista y del propio Gobierno. Recuérdese a Patxi López declarando «interlocutor imprescindible» a Batasuna-ETA y reuniéndose con ellos en un céntrico hotel guipuzcoano sin que los terroristas hubieran condenado la violencia. O al presidente refiriéndose a Otegi como un hombre de paz; o afirmando, en pleno desarrollo del juicio contra él, que De Juana Chaos estaba «en el proceso».

Desde aquel 29 de junio en que el presidente anunció el inicio del diálogo con ETA, hemos vivido una situación surrealista. Mientras la banda confirmaba día a día -con sus comunicados y con sus actos- que no renunciaba a nada -ni a sus objetivos ni a su estrategia para lograrlos-, los portavoces de la verdad oficial se empeñaban en negar la realidad. El robo de pistolas, los disparos de Oiarzun, la quema de autobuses, los duros comunicados de ETA, las amenazas del Zutabe, las exigencias de que la democracia se declarara en tregua..., todo era considerado como gestos para la galería. Y quienes veíamos en todo ello la expresión totalitaria de la organización terrorista y sus verdaderas intenciones éramos inmediatamente calificados como «enemigos del proceso».

Durante este tiempo hemos hablado en más de una ocasión de los límites. Límites morales, democráticos, éticos. Límites que van más allá -o están más acá- de los límites políticos establecidos por la resolución de mayo de 2005, ampliamente superados por el Gobierno; eso hoy no lo cuestiona nadie. Incluso se ha llegado a teorizar positivamente la superación de esos límites en función de los posibles resultados. Desde esa perspectiva utilitaria se justificaba, por ejemplo, la reunión oficial entre el Gobierno y ETA el pasado mes de diciembre: había que obtener garantías de la banda de que se mantenía la tregua.

Atrás quedaban todas las proclamas de que no se hablaría con ETA mientras su «voluntad pacifista» no estuviera acreditada. Y es que hace tiempo que los portavoces de la verdad oficial decidieron que lo importante era justificar los fines; hace tiempo que olvidaron que en democracia también es necesario justificar los métodos. Por eso casi todo valía para mantener la ficción de que el proceso de paz seguía adelante. No podía consentirse que la realidad nos estropeara un hermoso sueño.

Pero yo quería hablar de otros límites, de los límites prepolíticos; de los que se traspasaron desde el mismo día en que se empezaron a minimizar la importancia de los actos de terrorismo callejero; de los que se violaron desde el mismo momento en que se empezaron a relativizar las amenazas de ETA; desde el mismo momento en que se declararon interlocutores políticos del proceso a los terroristas. Yo quiero hablar de los límites morales, de los límites democráticos; de ésos que se pusieron en riesgo cuando algunos quisieron negar la capacidad política de las víctimas; de los que empezaron a peligrar cuando se llevó a Estrasburgo un debate sobre el proceso de paz, generando una enorme confusión entre los europeos, escenificando una división entre los demócratas españoles y colocando a ETA y al Gobierno como dos actores para la resolución del conflicto.

Durante estos meses hemos dicho en más de una ocasión que existían algunas líneas rojas que jamás se debieran traspasar. Frente a aquéllos que hablaban de «nuevos tiempos» para justificar el olvido, hemos sostenidos que nunca sería posible construir un verdadero espacio de libertad olvidando lo que no hay que olvidar. Durante estos meses hemos escuchado afirmar de algunas víctimas que «son unos fachas», o «no se han adaptado», o «les tocó la lotería cuando asesinaron a sus familiares»... Algunos han tratado de cuestionar -utilizando las palabras adecuadas- la inocencia de las víctimas del terrorismo. Hemos dicho que esos comportamientos eran inaceptables. Hemos denunciado que la línea roja estaba siendo traspasada. Hemos proclamado que la inocencia de las víctimas es intocable. Y hemos sentido que se estaban violando los límites. Pero el proceso seguía adelante. Se nos recordaba detalladamente los días que ETA llevaba sin matar. Y se obviaba la enorme trascendencia que estaba teniendo la utilización de ese lenguaje perverso que devolvía la esperanza a los terroristas y sembraba de desconcierto y de inquietud a muchos ciudadanos, particularmente a muchas de las víctimas de ETA.

Así hemos llegado hasta aquí, hasta el 30 de diciembre de 2006, día en el que ETA hizo estallar una potentísima bomba que acabó con la esperanza y la vida de dos seres humanos, Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio. Conmocionada, como todos, tras las imágenes y las noticias sobre el atentado y los desaparecidos, me senté a escuchar la rueda de prensa del presidente del Gobierno, buscando en sus palabras una respuesta clara. No la he encontrado. A pesar de la evidencia -qué mayor evidencia que el crimen para quien lleva dos años y medio hablando de que ETA no mata-, todos hemos percibido que el presidente ha decretado una pausa, pero no ha dado por roto el espejismo.

Me asusta la situación. No sé qué más tiene que pasar para que el Gobierno comprenda que su estrategia de apaciguamiento frente a ETA ha fracasado. No sé qué más tiene que pasar para que el Gobierno deje de sostener la ficción de que se puede seguir adelante -con los mismos presupuestos y con los mismos socios-, como si nada hubiera ocurrido. ETA nunca decidió dejar la violencia, como se desprende de su actividad en estos nueve meses; pero el día 30 rompió mortalmente la tregua. No caben disimulos ante esa verdad incuestionable. Pero el Gobierno no parece percibirlo así; su reacción me recuerda a la que tuvo Ibarretxe cuando ETA rompió la tregua en enero de 2000, asesinando en Madrid al teniente coronel Blanco: condenó solemnemente el atentado y siguió gobernando con el apoyo de Ternera. Las dramáticas consecuencias de aquella reacción -escapista, equivocada e insuficiente desde la perspectiva democrática- las conocemos todos.

Presidente, ETA ha roto la tregua. ETA se ha saltado todos los límites tolerables para seguir adelante con una política gubernamental que pretenda el final dialogado. Presidente, usted optó por explorar una vía diferente a la contemplada en el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo; más allá de la opinión que esa opción nos pueda merecer, estaba usted en su derecho y tenía toda la legitimidad para hacerlo. Pero resulta evidente que sustituir al socio de la firmeza por un acuerdo con aquéllos que nunca quisieron la derrota de ETA, que siempre quisieron negociar con ella -cuando mataba y cuando no-, no ha dado los resultados que usted apetecía. Presidente, esa opción política ha fracasado. Presidente, ha de sustituir sin demora la política del «diálogo con» por la de la «derrota de».

Presidente, los límites traspasados exigen que ponga en marcha todos los instrumentos del Estado de Derecho para derrotar a ETA. Presidente, los límites traspasados, intocables, irrecuperables, tienen nombre propio. Se llaman Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio. Presidente, vuelva usted al Pacto.

Rosa Díez
Tribuna libre para El Mundo, 02-01-2007

Y Zapatero de vacaciones en el Parque de Doñana...

Los bomberos y la Polícia, que no han celebrado la Nochevieja, seguían anoche buscando los cádaveres de dos jóvenes ecuatorianos, entre las toneladas de escombros en que se han convertido más de mil coches y el módulo D, del aparcamiento de la T-4 del Aeropuerto de Barajas. Sin descanso, sin respiro. Y mientras tanto, el presidente Zapatero sigue de vacaciones con su familia, en el Parque de Doñana.

Sigue la búsqueda, pero de momento ninguna señal ha permitido celebrar el comienzo del nuevo año a los familiares de Diego Estacio y Carlos Palate, los dos ecuatorianos desaparecidos bajo los escombros de la T4 de Barajas. Y hasta el momento, a pesar de que el diario El País "certifica" que Zapatero da por roto el "proceso", no ha salido de boca del presidente socialista palabra alguna que los certifique.

Zapatero, fiel a su estilo, se ha tomado las cosas con calma, como si no fueran con él. El presidente del Gobierno, quien a principios de la semana pasada voló en avión oficial a la Base de Rota y desde allí se traslado en coche a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz, para cruzar en barcaza el río Guadalquivir e instalarse en el Parque de Doñana, interrumpió brevemente su descanso el viernes por unas horas para presidir el Consejo de Ministros.


Después, dio una rueda de prensa en la que se mostró muy ufano de su "proceso de paz" con los etarras y alardeó de que las cosas estaban mucho mejor que hace un año y que pronto estarán todavía mejor.

Al término de su triunfal y breve encuentro con los periodistas, regresó a Doñana, de dónde tuvo que salir a toda prisa el sábado, debido al atentado terrorista en Barajas.

Asombrosamente, sólo permaneció en Madrid las horas imprescindibles y poco despues de dar otra rueda de prensa, anunciando la "suspensión" de la negociación con ETA, retornó al Parque de Doñana para festejar la Nochevieja en el Palacio de Las Marismillas, con su mujer, Sonsoles Espinosa, y sus dos hijas.

"DIOS QUIERA QUE LO ENCUENTREN Y QUE ESTÉ BUENO"

Ni los perros especializados en rescate de personas ni el tremendo esfuerzo humano que se está realizando en la búsqueda de estos dos chicos de 19 y 35 años han dado ningún resultado por el momento. Sin embargo, sus familiares, desesperados ante lo ocurrido, mantienen un hilo de esperanza.

Muy afectado, al borde de las lágrimas y sin apenas poder articular palabra después de tantas horas de incertidumbre y angustia, el padre de Diego Armando Estacio, Winston, permanece a la espera de noticias, junto a familiares de Carlos Alonso Palate, y permanentemente informado y acompañado por personal del Samur. Tres psicólogos atienden a las familias ppara ayudarles a superar el estrés post traumático.

Con un "sí" entrecortado contesta a la pregunta de si aún mantiene la esperanza de que su hijo esté con vida.

"Dios quiera que lo encuentren y que esté bueno. No queda más que esperar", susurra.

Dice saber que se está haciendo todo lo humanamente posible por localizar a su hijo, pero también es consciente de que la búsqueda aún puede durar "bastante" y eso "desmoraliza".

"Es horrible encontrarse esta situación", afirmó Winston, quien explica que llevan cinco años viviendo en España y que tiene otra hija, menor que Diego. Su relato de los hechos refleja cómo pasó del estupor a la angustia cuando alcanzó a comprender lo ocurrido.

"Estaba en Alcorcón, primero pensaba que no era grave y cuando llegué acá veo que la cosa es muy grave", explicó. Asimismo, aseguró que "no sabía qué hacer. Es una sorpresa demasiado grande".

Entre el cansancio y la amargura, Winston señaló que no encuentra razón para lo sucedido y tan sólo es capaz de relatar porqué Diego tuvo al mala suerte de encontrarse en el lugar de la explosión.

"Vino a ver a los suegros, se queda descansando y en el rato menos pensado explotó. Ahora estamos esperando a ver si lo encuentran o no", concluyó.

Y es que al parecer, la novia de Diego intentó avisar en varias ocasiones a la Policía de que su novio estaba en el aparcamiento, pero no fue hasta su traslado a la Terminal 2 cuando los agentes atendieron su denuncia.

LES PIDIÓ QUE "SE CUIDARAN"

Los familiares de Carlos Alonso Palate, quien llegó hace cinco a España para trabajar en el sector de la construcción y reside en Valencia, denunciaron su desaparición a última hora de la mañana del sábado.

Antes de salir hacia España desde Quito, su hermano Luis expresó su esperanza de que los equipos de rescate lo encuentren con vida. Totalmente consternado, nervioso y con dificultades para hablar, Luis Palate reconoció que no quería pensar en la posibilidad de que estuviese muerto y recordó que les llamó por teléfono el pasado jueves, les pidió que "se cuidaran" y les deseó un 'Feliz Año'.

Carlos Alonso Palate trabajaba en la construcción y se preocupaba por la familia y les ayudaba económicamente desde Europa.

LOS EQUIPOS DE RESCATE LLEGAN AL NÚCLEO DE LA EXPLOSIÓN

Los efectivos que trabajan en el aparcamiento de la T-4 de Barajas prosiguen con la ardua tarea de buscar entre los escombros a las dos personas desaparecidas después de que ETA hiciera estallar el sábado una furgoneta bomba. No hay ningún rastro de ellas. Sus familiares se han trasladado a la zona de la explosión junto al ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

El director de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Alfonso del Alamo, ha explicado que los bomberos han llegado a la zona del "núcleo de la explosión". Indicó además que esperan encontrar en las próximas horas los vehículos donde pueden estar los dos desaparecidos.

Según Del Alamo, en el núcleo de la explosión no se han encontrado restos de los vehículos que estaban estacionados junto a la furgoneta utilizada por los terroristas, aunque esto es "lógico" porque pudo haber desplazamientos por la onda expansiva. Advirtió además de que todavía pueden quedar bajo los escombros vehículos con carga de calor suficiente como para que se produzca alguna combustión espontánea.

Las labores de rescate prosiguen de forma ininterrumpida. Perros especializados en el rescate de personas han vuelto a rastrear esta tarde el aparcamiento donde continúan las labores de desescombro.

Pasadas las 16.00 horas, dos perros rastreadores de la Guardia Civil accedieron a la zona siniestrada, donde los bomberos del Ayuntamiento de Madrid retiran vehículos calcinados y restos de hormigón, hierro y distintos materiales que formaban la estructura del estacionamiento.

A medida que se extraen estos restos del módulo D, donde se produjo la explosión, la Policía Científica realiza una inspección de los elementos para, posteriormente, ser cargados en camiones y retirados de la zona. Según Del Alamo, desde la mañana del domingo han salido del aparcamiento de la terminal 4 un total de 90 camiones con entre 900 y 1.200 toneladas de escombros.

El inspector de guardia del cuerpo de bomberos de la Comunidad de Madrid, Luis Villarroel, explicó que los restos del aparcamiento se encuentran comprimidos, como un sandwich, con capas de coches y forjado, y que el colapso del edificio se puede comparar con el de las Torres Gemelas.

Los efectivos sólo han cesado su actividad para escuchar las doce campanadas de Fin de Año, pero decidieron no brindar como señal de respeto a Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.

Además de la desaparición de dos personas, el ayetentado dejó enormes daños materiales. Unos 450 pasajeros que habían estacionado su vehículo en el aparcamiento de la T-4 han acudido al aeropuerto hasta para recabar información sobre sus coches y 397 han presentado reclamaciones. [Vea vídeo]. AENA y el Consorcio de Compensación de Seguros, dependiente del Ministerio de Economía, se harán cargo de los daños.

LAS DESAPARICIONES
Diego Armando Estacio había acudido hacia las 8.00 del sábado a la T4 junto a su novia, Verónica Arequipa, para recoger a la madre de uno de ellos. Diego decidió quedarse en el coche "echando una cabezada" mientras su novia acudía a la terminal. En cuestión de minutos, la T4 fue desalojada.

El coche de la pareja, un Renault Clio blanco del año 1995, estaba aparcado en la cuarta planta del módulo de aparcamiento D de la Terminal 4, la misma en la que explosionó la furgoneta bomba.

Le acompaña en este infortunio su compatriota Carlos Alonso Palate, de 35 años. Acudió junto a un amigo a la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas para recoger a la esposa de éste, que llegaba a España. A las 09.01 de la mañana, este joven ecuatoriano también descansaba en un automóvil cuando ETA decidió poner fin en Madrid a su alto el fuego con el terror como argumento.

Periodista Digital (02/01/07)

T-4

ETA entra en el nuevo año convertida en un Estado en la sombra, gracias a una combinación de desventurados factores entre los que destaca la estupidez de un Gobierno entregado a la retorsión de la lógica. Si a éste le quedara un poco de decencia, dimitiría en bloque. Si tuviera un mínimo de vergüenza, convocaría elecciones. Si aún hubiera un asomo de sensatez en semejante colección de ineptos, se bajarían en marcha del «proceso de paz», pero como no les asiste ni la decencia, ni la vergüenza ni la sensatez, seguirán impertérritos hacia el abismo.

¿ETA, vencida? Por muy triturado que se encuentre un grupo terrorista, incluso por muy desprovisto de apoyo social que se haya quedado, no podrá hablarse de derrota del mismo hasta que sus miembros no admitan la radical ilegitimidad de sus objetivos. El argumento de que se debe hablar con organizaciones de este tipo cuando se tiene certeza de su impotencia es falaz. Nadie se planteó jamás un diálogo con el Grapo, ni siquiera cuando la práctica totalidad de sus efectivos estuvo en la cárcel. Se intuía acertadamente que la neutralización no equivalía en su caso a la derrota, porque jamás se consideraron vencidos. ¿Por qué supuso Rodríguez que con ETA iba a ser distinto? ETA tiene su lógica, mal que le pese a Rubalcaba. Una lógica criminal, pero tan racional como la del ministro del Interior, o más.
El Gobierno actual pretende justificar su obcecada persistencia en el proceso, alegando que Aznar trató de hacer lo mismo. Miente. El Gobierno de Aznar hizo precisamente lo contrario: cortar en seco. Pero supongamos que hubiera hecho lo que no hizo, o sea, prolongar los contactos tan infructuosamente como lo han hecho los socialistas. El sentido común obligaría a considerar las tentativas frustradas anteriores como datos disuasorios. Nadie se contradice si afirma que espera triunfar donde otro fracasó, pero se comportará como un majadero si, a la manera del Gobierno de Rodríguez, se exculpa de sus propios fracasos con el argumento de que otros también se estrellaron en los mismos obstáculos.
El segundo argumento de los socialistas, en orden de manoseo, ha sido la ausencia de atentados mortales en los últimos años. Ignoro si esta muletilla se acuñó solamente para tener contenta a la banda, pero logró ese efecto. Veamos: ante la evidencia de que ETA llevaba varios meses sin matar, el Gobierno de Aznar la explicaba por el acorralamiento policial y judicial de los terroristas y sus cómplices, lo que, además de verosímil y convincente, era cierto. Los socialistas, por el contrario, han insistido en que tal situación se debía a un cambio de actitud de ETA, y los etarras han entendido que el Gobierno les reconocía y agradecía que, pudiendo matar, no mataran. En otras palabras, han entendido que se les equiparaba al Estado que limita voluntariamente su monopolio de la violencia renunciando a imponer la pena de muerte y, en consecuencia, se han sentido más alternativa al Estado que nunca, convicción ésta reforzada por la visible renuncia del Estado a ejercer su soberanía territorial. Cabe recordar un fenómeno sobre el que recientemente ha llamado la atención Pierre Manent: la abolición de la pena de muerte en Europa occidental coincidió con el ascenso generalizado del terrorismo, como si sectores de la sociedad se apresurasen a recuperar las competencias que el Estado se negaba a detentar. Un Estado débil llama clamorosamente al terrorismo, y los socialistas han debilitado al Estado.
Con todo, el problema no está en cómo se sientan los de ETA esta Nochevieja, sino en cómo vuelve a ser percibida la banda. Es innegable que -con espanto, rabia o entusiasmo, según sus diversas posiciones morales-, los españoles ven hoy a ETA, Batasuna incluida, como una alternativa de poder, cuando no como un poder paralelo, copartícipe de los arcanos del Estado, cuyo actual Gobierno nos ha ofrecido una versión inédita de la política de las cloacas, tan cara a la izquierda en general y a los socialistas en particular: contubernios sucios donde antes hubo guerra sucia. Y con resultados idénticos.

Jon Juaristi
ABC, 31-12-2006

FJL y César Vidal renuevan por un año al frente de "La Mañana de la COPE"


Quienes apostaron por que los obispos no darían ese paso se equivocaron. El tándem Federico-César seguirá otros doce meses "dando guerra" cada día. El comunicador turolense sigue creciendo.

Los oyentes de la Cadena COPE y, en especial los del programa La Mañana, arrancan el 2007 de enhorabuena. Tras los buenos resultados de audiencia reflejados en la última medición del EGM, Federico Jiménez Losantos tiene asegurada su continuidad al frente de la franja matinal de la radio de los obispos, el espacio con mayor audiencia y el que determina el ranking de liderazgo entre emisoras, al menos hasta el 30 de junio de 2008. Así lo ha sabido Elsemanaldigital.com de fuentes de la Conferencia Episcopal.

Jiménez Losantos seguirá batiéndose el cobre en las mañanas, circunstancia que acalla definitivamente los rumores, la mayor parte infundados, sobre su salida de la radio. Uno de los últimos medios de comunicación en subirse a la ola de las especulaciones a este respecto fue la revista cristiana 21RS, que dio por hecho la no renovación de la estrella para la próxima temporada y apuntó la sustitución de Jiménez Losantos al frente del segundo espacio más escuchado de la radio española por Cristina López Schlichting, actual directora y presentadora del programa La Tarde de COPE.

El propio Jiménez Losantos expresó públicamente ante sus micrófonos el pasado día 15 de diciembre la voluntad de dar continuidad a su compromiso en la dirección de La Mañana y seguir contribuyendo a que la Cadena COPE siga consolidando su liderazgo como alternativa a su directa y única competidora real, la Cadena SER. Siempre según las mismas fuentes consultadas por este diario, la permanencia de Jiménez Losantos va unida también a la extensión por un año más del contrato de César Vidal al frente de La Linterna, que significará la permanencia del prolífico historiador hasta el año 2008.

Nadie duda de que el tándem Federico Jiménez Losantos-César Vidal está de moda y su estilo propio, químicamente puro, de hacer la COPE viene consolidando la audiencia, ganando nuevos oyentes, y, por tanto, contribuyendo a los resultados económicos de la emisora. El último EGM del año mostró una bajada de audiencia en todas las cadenas de radio, particularmente llamativa fue la caída de la SER con la pérdida de casi 300.000 oyentes, aunque el espacio La Mañana siguió subiendo y ganó 6.000 nuevos adeptos.

El Semanal Digital, 01-01-2007

Pero, ¿hay alguien tan corto?


"Hay gente que muere en accidentes porque la izquierda abertzale, ansiosa de una solución justa al conflicto, guarda cosas indeterminadas en zulos que no son propiamente tales sino proyectos de zulo."

Imaginemos a un ingenuo que da crédito sin dudar al Gobierno español. Alguien incapaz de sospechar que ciertas palabras se lanzan huecas para que reboten en los diarios sin posibilidad de encontrarse con su sentido. Alguien, además, con corta memoria, y tan carente de rigor lógico que jamás identifica una falacia. Alguien que toma las palabras de Rodríguez, Blanco, Rubalcaba y López al pie de la letra.

Ese pobre ser creería sinceramente que en España existe un largo conflicto basado en la peculiar identidad del pueblo vasco, conflicto que es urgente resolver. Con dos objetivos: que ese pueblo decida su futuro (cosa que no sucede con el actual marco jurídico-político, pues si sucediera no habría cuestión) y que desaparezca por fin el terrorismo etarra. La existencia de asesinatos, agresiones, vandalismo, amenazas y extorsiones es consecuencia de no haberse resuelto el conflicto de identidad. Es, en resumen, consecuencia de la falta de libertades nacionales en el País Vasco. La ETA tiene sus razones.

Pensaría el crédulo que aquellos dos objetivos han de darse juntos por necesidad, incluso cuando cada parte interesada sólo crea en la necesidad de alcanzar uno de ellos. Lo que explicaría que gentes en principio indiferentes o contrarias a la autodeterminación avalen el paquete entero. Por necesidad, se repite el lelo.

Seguiría las noticias nuestro personaje muy esperanzado con la marcha del proceso de paz, nombre que recibe la fórmula secreta para la consecución de los objetivos. Estaría obligado a reconocer razones y, por tanto, legitimidad en todos. Por ejemplo, en el tipo que le grita al magistrado de la Audiencia "¡Ven aquí, cabrón, que te voy a arrancar la piel a tiras y te voy a meter siete tiros, fascista de mierda!" Por ejemplo, en los que tratan de quemar vivos a dos policías. Por ejemplo, en los que han dejado sepultados a dos ecuatorianos en el aparcamiento de la T4.

Y de ahí, en un proceso imparable de comprensión, admitirá –con dolor, pero admitirá– las razones de quien le arrancó las piernas a Irene Villa. Con el sufrimiento de la madre, el mayor sufrimiento imaginable, ya ha dicho el presidente lo que hay que hacer: tragárselo, pues "también mataron a mi abuelo".

Hay gente que muere en accidentes porque la izquierda abertzale, ansiosa de una solución justa al conflicto, guarda cosas indeterminadas en zulos que no son propiamente tales sino proyectos de zulo. Cuando pasa, nuestro benefactor, el presidente, se enfada y suspende el diálogo: no hablará con ellos durante unos días. Luego se regresa al proceso de paz con todas las consecuencias –incluyendo las morales–, pues, ya se sabe, no hay otra vía para acabar con el conflicto. Todo esto es lo que nuestro pobre hombre tiene que creer. Pero, ¿hay alguien tan corto?

Juan Carlos Girauta
Libertad Digital, 01-01-2007