viernes, 26 de enero de 2007

Menos mal


Puede resultar sorprendente la contundencia casi aplastante de la votación en la Audiencia Nacional ordenando que el asesino De Juana siga en la cárcel. Doce a cuatro no es el resultado que se presumía posible o probable, especialmente tras la campaña del PSOE y PRISA, o sea, el PRISOE para que al final el Gobierno se rindiera como si no lo hiciera y para que los jueces quedasen no sólo en ridículo, sino sumidos en la execración popular.

(Ilustración: Janario )

Pero el hecho de que sólo en el último minuto se haya llegado a impedir la vil claudicación de la mismísima Audiencia Nacional ante el burdo chantaje del etarra más manchado de sangre de cuantos pueblan las cárceles, demuestra el nivel de miseria moral que ha alcanzado la Fiscalía con Cándido y los extremos de sumisión y entrega a ETA en los se ha encenagado su amigo el presidente del Gobierno, el gran responsable de tanta indignidad, de tanta iniquidad y de tanto y tan sañudo desprecio a las víctimas del terrorismo, uno de los rasgos más permanentes y despreciables en sus casi tres años de Gobierno.

Al final, los jueces de la Audiencia han acudido al rescate de la Justicia y también de sí mismos, porque si la Audiencia, que sólo existe por la pervivencia del terrorismo etarra, se convierte en una pieza más del proceso de rendición del Gobierno y del Estado ante ETA, sobra la Audiencia Nacional y sobran todos sus magistrados. Pero como es típico de Zapatero, también ha producido una pequeña guerra civil en la Audiencia, porque no hay institución, tribunal, instancia o referencia legal que el presidente por accidente no la aboque al conflicto, a la división, al bloqueo y a la ruina.

Dice Pedro Ruiz que Zapatero es el hombre que tiene un problema para cada solución. Nada más cierto. Pero desde que se puso en manos de ETA para cambiar de régimen y perpetuarse en el poder, el problema que plantea siempre Zapatero es a vida o muerte. Lo que impidió ayer la Audiencia fue su eutanasia activa. Lo que no sabemos si logrará impedir el Tribunal Constitucional es su eutanasia pasiva. El caso es que desde que este Azuceno juega al tenis, vivimos un match-ball tras otro, y no siempre Rafa Nadal va a estar en la forma física necesaria para resolverlos todos. España no gana un solo juego, los etarras ya han ganado dos sets y están a punto de ganar partido y eliminatoria.

La eliminada, claro está, es la España constitucional, a la que Zapatero quiere dar garrote vil. De momento, el reo se resiste, pero empieza a estar, como en la copla, preocupao. Lo coherente ahora es que en solidaridad con el asesino etarra y en coherencia con sus manifestaciones previas, se pongan en huelga de hambre Chaves y Patxi López. Ah, y el politijuez Baltasar Garzón, que ahora va de periodista de cámara de Zetapé. Si no se mueren dignamente, que no creo, la dieta les vendrá bien. Sobre todo al juez del bórico.

Federico Jiménez Losantos, Comentarios liberales
El Mundo, 26-01-2007

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