jueves, 30 de junio de 2011

Todos ganan seis meses. Por Fernando González Urbaneja

El Gobierno griego sacó adelante el plan de ajuste pactado con sus acreedores con sus propios votos.

El Gobierno griego sacó adelante el plan de ajuste pactado con sus acreedores con sus propios votos; la oposición, la derecha y la izquierda más extrema, votaron NO, por distintas razones y en sintonía aparente con esos airados que ocupan la calle, entre los que hay enfadados, indignados, víctimas, provocadores... El plan supone un alivio para casi todos. También para la mayoría de los que están en contra, porque podrán mantener el «statu quo»; para los acreedores que evitan o retrasan contabilizar pérdidas; para Grecia en su conjunto, que gana unos meses de cierta estabilidad. Y para los que viven en el euro, que también compran unos meses para crear una «gobernanza» de la zona capaz de afrontar instabilidades monetarias y fiscales como esta y otras por llegar.

Pierden algunos especuladores, agazapados detrás de sus pantallas, que apostaron por la quiebra de Grecia e invirtieron en esos seguros tóxicos que denominan CDS, vendidos como seguros contra bancarrotas y que han resultado aceleradores de la crisis por opacidad y oportunismo. Un conocido financiero las llamó «armas financieras de destrucción masiva».

La votación del Parlamento griego puede resultar pírrica (una victoria que se convierte en derrota) si no aprovechan el tiempo para reestructurar la deuda, limpiar esas adherencias confusas que complican las salidas y, sobre todo, para que los griegos se pongan a trabajar en un proyecto viable, que pasa por vender cosas que otros quieran comprar y gastar menos de lo que ingresan. Los ajustes necesitan ser entendidos y asumidos, y eso requiere explicaciones, autoridad y crédito y mucha pedagogía. De todo eso en Grecia hay muy poco y en el resto de la Europa del euro no sobra ni un gramo, más bien falta. Y así vamos. De momento, ufff, salvaron un punto de partido.


ABC - Opinión

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