jueves, 2 de junio de 2011

Rajoy propone austeridad

Las auditorías anunciadas por Rajoy se enmarcan en una estrategia de austeridad que busca evitar los recortes en políticas sociales.

EL control del déficit público sigue encontrando en las comunidades autónomas —algunas, como Cataluña, rozando la insumisión— un obstáculo que amenaza con arruinar el ajuste fiscal que requiere la salida de la crisis. En los tres primeros meses de 2011, las administraciones autonómicas habían alcanzado casi la mitad del déficit previsto para todo el año. Nueve de las diecisiete autonomías tienen la culpa de este incremento de los números rojos del Estado. Bien es cierto que las Comunidades tienen transferidas la mayoría de las competencias relacionadas con las políticas sociales —educación, sanidad—, que son las que más recursos consumen y las menos predispuestas a un plan de recortes. Aun así, la contención de las cuentas autonómicas también puede abordarse con la restricción de gastos corrientes, cargos de confianza y compromisos no esenciales. Es un tiempo de crisis en el que las administraciones públicas deben reducir sus prestaciones a lo más esencial. Sin embargo, aunque la responsabilidad de determinados gobiernos autonómicos en los déficit de sus cuentas es indiscutible, también hay que tener presente la política de barra libre que propició el Gobierno de Zapatero al eliminar los techos de gasto de las comunidades autónomas. La época de bonanza llevó a estas temeridades, que ahora se pagan, y si no son suficientes los llamamientos del Ejecutivo socialista a la autorrestricción y al pacto con los gobiernos autonómicos, será necesario imponer límites por ley, incluso plantearse seriamente una legislación armonizadora, por interés general y ante la situación de extrema gravedad de la economía. La organización autonómica no es una coartada para no enfrentarse con decisión a los problemas.

Y esto último es lo que deberá hacer el PP en cuanto acceda a los gobiernos autonómicos que ganó el 22-M. Ayer, Mariano Rajoy retomó claramente la iniciativa política al anunciar la realización de auditorías en las comunidades que controlan, en el marco de una estrategia de austeridad tendente a evitar los recortes en políticas sociales. Es una propuesta coherente con la oposición de Rajoy, por ejemplo, a la congelación de las pensiones, decidida por el Gobierno hace un año, y con motivo de la cual propuso a Zapatero como alternativa otros recursos en los Presupuestos. El planteamiento de Rajoy es una oportunidad para el PP. Puede demostrar con hechos que sus críticas al mal gobierno de Zapatero tienen reflejo en la gestión de sus gobiernos autonómicos y municipales.


ABC - Editorial

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