lunes, 27 de junio de 2011

El experimento extemeño. Por Félix Madero

¿Podemos esperar algo del discurso de Zapatero, algo del de Rajoy? Me entretienen más los del 15-M.

LA democracia no debería parecerse a un chicle que cambia de forma a conveniencia del que mastica. No puede ser un sistema que valide la voluntad de los votantes en función de un interés particular. En realidad, reparamos poco en que la democracia nos urge y exige continuamente. Incluso creo que hace falta ser valiente para llamarse demócrata. Uno de los males que nos empequeñece como ciudadanos es que en España la democracia siempre da razones y oportunidades para sentirte aliviado, o sea un demócrata, mientras la maltratan en un muladar de palabras y acontecimientos de la que siempre sale tocada. ¡Democracia, cuántas tonterías se dicen en tu nombre!

Como ciudadano que gusta aceptar los rigores a los que democracia obliga no aplaudo el contradios político que se va a perpetrar en Extremadura. El que será su presidente, el popular José Antonio Monago, intentaba ayer en ABC echar una mano a los tres diputados de IU que lo sentarán en el Gobierno, y por eso dice que los rojos diputados (?) han aguantado muchos envites del PSOE. ¿Lo notan? Este es el mal, que al final sólo importan los envites de unos diputados contra otros. Personalmente eso que Monago llama envites me tiene sin cuidado, porque los únicos que me importan son los de los ciudadanos cuando votan. Y los ciudadanos son los que mandan, los que deciden, los que marcan un camino y los que finalmente hacen si lo desean el camino contrario. ¡Pero cuándo se van a enterar que los diputados y los aparatos de sus partidos que los colocan en las listas cerradas son personajes menores en esta función! ¿Cuándo? Si algo debiera inquietar a Monago son los envites de los votantes de IU que sin saberlo el 22-M lo estaban haciendo presidente; si algo le debe inquietar son sus compañeros de viaje, tan distantes y extraños; tan caprichosos, tan tramposos, tan lejos de una normalidad democrática que impida que el voto se pervierta y ponga en solfa al mismo sistema. Y callaría si el argumento de IU hubiera sido que el PP debe gobernar porque es la lista más votada. No estamos en eso. Estamos en un territorio en el que cursan con denuedo agravios personales, cuitas del pasado, y ajustes pendientes. La memoria que no cesa. Los electores cuentan poco. ¿Cuántos votos tendría hoy IU si el día antes de las elecciones hubiera dicho que sus papeletas llevarían a Monago al Gobierno? Para hacerse una pregunta así no hace falta ser valiente, serviría con un poco de dignidad.

El mismo día que el Congreso celebra el debate sobre el Estado de la Nación el movimiento del 15-M hará algo parecido en una asamblea en la Puerta del Sol. Me dicen que será una parodia y cuando pregunto por qué quien me pregunta calla. ¿Podemos esperar algo del discurso de Zapatero, algo del de Rajoy? Me entretienen más los del 15-M. Y en algo se parecen mucho: su valor irrelevante los hace perfectamente prescindibles.


ABC - Opinión

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