martes, 8 de febrero de 2011

La izquierda sale del armario y se identifica con Batasuna. Por Federico Quevedo

En la encuesta online que publicaba ayer el diario Pravda, un 73% de los participantes se mostraba partidario de permitir que Batasuna concurra a las elecciones municipales de mayo de 2011, y tan solo un 24% se pronunciaba en sentido contrario. Ya sé que este tipo de sondeos tienen una credibilidad reducida porque su base sociológica es la que es, pero para el caso que me ocupa, sin embargo, tiene mucha relevancia.

Y es que probablemente el sondeo en sí haya llamado la atención de lectores identificados con posiciones de izquierda muy militantes que sirven de avanzadilla a un Gobierno que navega entre dos aguas: por un lado manifiesta una insincera dureza hacia el mundo abertzale considerando insuficientes sus movimientos, pero por otro parece no ver el momento de legalizar a ese mismo mundo y permitirle la concurrencia electoral para garantizarse así eso que muy eufemísticamente llaman el cese definitivo de la violencia. Solo hacía falta leer el diario Pravda este fin de semana, y comprobar el seguimiento que ayer mismo hacía en su página web de la presentación de la nueva alternativa electoral de los etarras, para darse cuenta de por dónde van los tiros, y perdón por la expresión pero viene muy al caso: ETA va a estar presente en las municipales de mayo, porque ese es el acuerdo al que ha llegado con el Gobierno para decretar su disolución definitiva.

Inexplicablemente, la izquierda está encantada. Entiendo que Rodríguez y Rubalcaba puedan pensar que un final de ETA antes de las elecciones generales junto a una incipiente recuperación económica que tuerza los malos datos que hasta ahora ofrecen las cifras del paro, puedan dar la vuelta a la tortilla electoral, pero de ahí a esta identificación casi obscena con los postulados de los proetarras, la verdad, me cuesta comprenderlo. Pero no hay más que acudir a las fuentes, a algunos artículos de opinión de los más acérrimos defensores de la presencia de Batasuna en las urnas, a sus declaraciones, para darse cuenta de que no es solo una razón de estrategia electoral, sino que hay un mar de fondo, una escandalosa identificación con algunos de los postulados de los etarras que tienen que ver con la fragmentación de España como nación.


Ahora, los más sectarios me dirán eso de que “ese es el discurso de Mayor Oreja”… Pues sí, y qué. A lo mejor es que Mayor Oreja tiene y tenía razón. Detrás de todo esto no solo hay un intento por lograr una aparente victoria con la que endulzar una campaña electoral marcada por la gravedad de la crisis económica. No, detrás de todo esto está también la convicción por parte de cierta izquierda de que solo a través de la radicalización y la fragmentación van a poder conseguir, de nuevo, que el PSOE siga en el poder.
«Detrás de todo esto está también la convicción por parte de cierta izquierda de que solo a través de la radicalización y la fragmentación van a poder conseguir, de nuevo, que el PSOE siga en el poder.»
Digo cierta izquierda porque dudo mucho que ese sea el sentir mayoritario al otro lado del arco parlamentario: no hemos acumulado tantos muertos, tantos caídos por la libertad y por la democracia, para que ahora uno de los que más víctimas han sumado las traicione en nombre de no se sabe muy bien qué justificación. Y a tenor de lo escuchado ayer en boca del tal Rufi Etxeberría y de la lectura de los nuevos estatutos de la nueva marca de ETA, aquí hay más de lo mismo, es decir, más engaño y más trampa para ver si caemos en ella. Por eso es doloroso escuchar las palabras de Marcelino Iglesias valorando positivamente que estos tíos condenen ahora la violencia…, futura. La pasada no. O sea que a todos los muertos, niños, madres, padres, hermanos y hermanas, civiles y militares, policías, guardias civiles, políticos de uno y otro lado, a todos ellos que les jodan. Los atentados que acabaron con sus vidas no son condenables para esta pandilla de hijos de la gran p… No, ahora condenamos los atentados que puedan venir en el futuro, porque sabemos que como el Gobierno ha pactado con ETA su presencia en las municipales a cambio del cese definitivo de la violencia, esa condena nos sale gratis… ¿Verdad, señor Rufi Etxeberría? Y pretenden que los demás, como idiotas, asintamos y nos demos por contentos…

No, hombre, no. Ya está bien de bromas. El Gobierno jugó demasiado con nosotros en la pasada legislatura durante un ‘proceso de paz’ del que parece que nunca conoceremos el verdadero alcance de las cesiones a las que llegó Rodríguez con ETA, pero que podemos sospechar solo por los movimientos que en aquel momento se hicieron. ¿Y ahora quieren que traguemos otra vez con ruedas de molino? Pues ni hablar. ETA no puede salirse con la suya, ni este Gobierno ni ningún otro puede permitírselo. Lo de ayer fue una indecencia, y ni siquiera debería de habérseles permitido el acto de presentación de la nueva marca etarra. No puede ser que las víctimas sufran esta humillación, que sus muertos hayan caído gratis bajo las balas de estos desalmados canallas, para que ahora se rían de nosotros ajustándose a la letra de la ley y condenando sólo la violencia futura. El Gobierno puede tener ahora la tentación de dejar esto en manos de los Tribunales para que sean los jueces los que decidan ajustándose, también ellos, a la letra de la ley. Pero aquí no hay más letra que la decidida acción del Gobierno contra la torticera intención de la banda etarra. O eso, o arriesgarse a ser acusado de complicidad con la armada abertzale.


El Confidencial - Opinión

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