jueves, 16 de diciembre de 2010

Los controladores firman el propósito de enmienda. Por Antonio Casado

Los controladores se ponen la piel de cordero con mucho retraso. Si se trata de que los aviones aterricen y despeguen con normalidad durante las fechas navideñas, por ellos no va a quedar. Eso dicen. Su credibilidad es más bien escasa a juzgar por los antecedentes. Pero, en fin, esa es la noticia. Vuelven a pedir disculpas, prometen que se portarán bien, garantizan por escrito la normalidad en el servicio y apuestan por la negociación del convenio colectivo con carácter inmediato.

Aunque fueran sinceros, no habrá frenazo a los mecanismos legales activados al objeto de prolongar el estado de alarma. La maniobra de la USCA -el sindicato de los controladores- está clara. Ponérselo difícil al Gobierno ante la opinión pública y reforzar los argumentos de quienes se oponen a la prórroga. Va a complicar la tarea del ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, cuando este mediodía afronte la difícil tarea de motivar ante el Congreso la petición formulada el martes por la noche en un Consejo de Ministros: que se prorrogue el estado de alarma porque hechos similares a los del 3 y 4 de diciembre pasados “puedan reproducirse de inmediato”.


Ya era bastante resbaladizo apelar a la “normalidad precaria” como causa de la prórroga del estado de alarma, que a su vez pretende la “normalidad permanente”, según doctrina expuesta el pasado martes por el ministro de Fomento, José Blanco, ante la comisión correspondiente del Congreso. Más resbaladizo será para el ministro Jáuregui cuando hoy suba a la tribuna de la Cámara a proponer medidas excepcionales en una situación que ya no lo es gracias a la militarización del servicio y de sus servidores.
«AENA solo contará con la segunda quincena de enero para pactar un nuevo colectivo con los controladores y resolver lo que originalmente fue un conflicto laboral.»
No lo es pero puede volver a serlo, en opinión del Gobierno y quienes le apoyarán: nacionalistas catalanes (CiU), vascos (PNV) y canarios (CC). Medidas excepcionales con carácter preventivo de incierto encaje legal. Eso es lo que hoy se debatirá, se votará y, con toda seguridad, se aprobará en el Congreso: autorización al Gobierno para que prorrogue el estado de alarma hasta el próximo 15 de enero. Supone, entre otras cosas, que AENA solo contará con la segunda quincena de enero para pactar un nuevo colectivo con los controladores y resolver lo que originalmente fue un conflicto laboral.

Ahora ya no lo es. O va más allá desde el momento en que los propios controladores desbordaron ese ámbito no con una huelga, a la que tienen derecho, sino con el deliberado, calculado y masivo boicot a un servicio público esencial. Y eso también explica que el asunto esté ahora en el Congreso. La sesión, eso sí, no puede estar más devaluada. No habrá cruce entre Zapatero y Rajoy, el titular y el aspirante, sino entre el ministro Jáuregui y la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, amén de los demás portavoces.

Respecto a la ausencia del presidente del Gobierno, que asiste al “importantísimo” Consejo Europeo de final de semestre, entiendo pero no comparto la importancia que se le está dando aunque su ausencia también contribuya a devaluar la sesión. Se acusa a Rodríguez Zapatero de no dar la cara por miedo. Es como acusar al Zaragoza, que va el último en la Liga, de no querer salir al campo por miedo a sufrir la enésima derrota.


El Confidencial - Opinión

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