sábado, 23 de octubre de 2010

Trastorno bipolar. Por Gloria Lomana

El hombre que iba a ser la estrella de la semana, el nuevo ministro de Trabajo Valeriano Gómez, por ser el único nombramiento previsible, se ha quedado literalmente arrollado por la catarsis del Gobierno. Zapatero ha creído que éste es el momento de lanzar una «fuerte ofensiva política» ante la perspectiva de perderlo todo en una lenta agonía y ha tirado del único mago posible, de Rubalcaba, para dar la vuelta a las encuestas. Pero, más le vale al nuevo ministro de Trabajo haber quedado tapado por la avalancha. De haber sido el único cambio, Valeriano Gómez estaría a estas horas abrasado políticamente. No tendría manera de explicar su comportamiento bipolar, primero redactando la reforma laboral –según Zapatero fue quien más papeles le pasó– luego acudiendo a manifestarse contra su propia reforma, y ahora prometiendo defenderla desde el Ministerio de Trabajo. El hombre asegura que sin trastorno alguno. Pero no se fíen. El comportamiento bipolar refleja estados de manía que pueden oscilar entre la alegría y la tristeza de forma repentina y patológica. O sea que el bipolar Valeriano en los estados de euforia redactaba pensionazos y recortes a los trabajadores, contra los que se manifestaba en los momentos de depresión. Trajín inconmensurable. Paradigma del sindicalismo de nuestros días. Y, por lo que se ve, prototipo de los que nos gobiernan. D. Valeriano ha prometido, a partir de ahora, padecer momentos de eufórica alegría más que de tristeza, para así aplicar los tijeretazos sin compasión alguna. Aunque no descarten que en momentos de zozobra se agarre del brazo de Cándido Méndez para manifestarse contra sí mismo.

Así las cosas, Valeriano ha superado a Zerolo en la escuela de Zapatero del zigzagueo. Hasta ahora el titular de manifestarse a favor de causas abandonadas por el PSOE (léase conflicto saharaui) era el secretario de Movimientos Sociales del PSOE. Pero Zerolo ha perdido fuelle. No estuvo en la manifestación de los sindicatos contra Zapatero y su reforma laboral, y sin embargo sí estuvo Valeriano con lo que, automáticamente, se ha alzado con el maillot amarillo del trastorno bipolar. El mejor modelo Zapatero. Lo dicho, una escuela: hago la reforma laboral y me manifiesto contra ella; apoyo los derechos sociales y los recorto; soy liberal y socialista a la vez; soy rojo y rejoneo a los trabajadores; presumo de Gobierno paritario pero el Gobierno tiene más hombres; no voy a hacer crisis, pero la hago...

A partir de ahora nos espera mejor comunicación, ha dicho Zapatero. O sea, semejantes trastornos bipolares, pero con más fotos. Así es que no descarten que Zapatero se agarre del brazo de Rubalcaba, Salgado y Valeriano, y se lance a la calle a protestar contra sí mismo. La calle siempre fue su mejor tarjeta de presentación y en tiempos de apuros todo es posible. Al fin y al cabo, el tándem Zapatero-Rubalcaba ganó las elecciones gracias a la algarabía del 13-M, y a los «nunca mais» y el «no a la guerra» que le precedieron. Y ahora toca ganar las siguientes. Comportamiento bipolar sin trastorno aparente. Pero no se fíen: o hay trastorno o nos mienten.


La Razón - Opinión

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