lunes, 26 de abril de 2010

Farsa soberanista en Cataluña

CUANDO se abre un proceso sin sentido que cuestiona la soberanía nacional, nadie puede extrañarse de que todos los disparates sean posibles.

Ayer, con escaso éxito, se celebraron en 212 municipios catalanes unas sedicentes consultas populares para votar a favor de la independencia de Cataluña. Sin garantías jurídicas y sin ningún soporte legal, estos falsos referendos utilizan ahora como pretexto la sentencia pendiente del TC sobre el Estatuto, y, como de costumbre, sólo movilizan a los ya convencidos de antemano. Resulta especialmente grave la participación de los tres consejeros republicanos del Gobierno tripartito, así como del presidente del Parlamento de Cataluña, puesto que los titulares de un poder público tienen el deber de guardar y hacer guardar la Constitución, y no deberían prestarse a esta extraña pantomima que carece de toda validez, incluso en términos sociológicos.

Rodríguez Zapatero abrió la caja de los truenos en materia de organización territorial y José Montilla acompaña a sus socios radicales en esta deriva intolerable en un Estado de Derecho con el objetivo de conservar sus opciones en las próximas elecciones autonómicas, que apuntan perspectivas muy negativas para el socialismo catalán. La presencia de algunos dirigentes de Batasuna en calidad de «observadores» introduce un elemento de indignidad que va más allá del ridículo o la farsa porque se trata de una formación ilegal que actúa -si le dejan- como brazo político del terrorismo.

A mayor abundamiento, la Diputación de Gerona y los ayuntamientos implicados malgastan el dinero de todos financiando unas consultas ilegales e ilegítimas sin que nadie les pida cuentas. En plena carrera hacia el abismo, también Convergencia se apunta a la desmesura como si la proximidad de las elecciones fuera el punto de salida para una competencia lamentable por ver quién llega más lejos. Mientras el TC continúa siendo incapaz de dictar sentencia, el Estatuto está ya en plena aplicación y hace poco se aprobó una ley catalana sobre referendos y consultas a los ciudadanos. Culminada la farsa de ayer, sigue adelante un proceso iniciado hace unos meses en Arenys de Munt y que ha producido un «efecto contagio» del que sólo ERC obtiene provecho al servicio de su propaganda. En todo caso, extremistas y radicales consiguen un día tras otro llevar el agua a su molino ante la pasividad -y muchas veces la complacencia- de Rodríguez Zapatero, siempre dispuesto a dar prioridad a los intereses partidistas.


ABC - Editorial

1 comentarios:

Anónimo dijo...

LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA



Rafael del Barco Carreras



26-04-2010. Para colofón televisivo de la semanita, la Independencia. Los resultados, el 20% de participación con mayoría absolutísima, unanimidad absoluta, parece inamovible. Pudiera moverse para arriba si la CRISIS sigue fastidiando la convivencia. Una crisis, FRAUDE INMOBILIARIO, desfalco a las CAIXAS, que en puridad no han provocado los INDEPENDENTISTAS, aunque si los NACIONALISTAS, matiz difícil. Todos los de la SEBA PURA que he conocido eran dentro de lo que corre DECENTES. Tan decentes que ni a los más fanáticos se les ocurrió el sistema ETA a lo bestia.



Conocí a varios de “Terra Lliure” en la cárcel de Brians, y en concreto a un tal GODÓ, que supuestamente fabricó e hizo estallar varios petardos caseros, sin víctimas, en las oficinas de LA CAIXA. Yo le decía que máximo había hecho feliz al vidriero. ¡Que tostones sobre su CATALUÑA aguanté en la biblioteca, yo de encargado! Era mi mejor cliente. Leía un libro al día, a veces dos. Jamás le llevé la contraria ni a él ni a nadie de los que en la vida me ha soltado su monotema.



Que vea la independencia como muy problemática, y contraria incluso a la mayoría de los catalanes que tenemos a nuestros abuelos enterrados por toda España, y nuestros apellidos castellanos, no quita ni pone para respetar cualquier opción. Lo que me ha cabreado, pocas veces, es la gracia del “baixell” o “de la nau”, y mucho más la exclusión de un “Del Barco” en unas oposiciones. Y ahí entraríamos en el cotarro nacionalista, siempre excluyente con el “diferente”, aunque en este caso el “diferente” o “charnego” sea la mayoría de la población. Pero incluso ese charneguismo ha alimentado el nacionalismo. Cataluña se industrializó en el siglo diecinueve y las varias oleadas de “charnegos” se catalanizaron, y yo y millones consideramos el catalán nuestra lengua materna, aunque nuestra madre fuera de Aragón.



En fin… uno más de los sentimientos de imposible erradicación, y otra de las terribles paranoias franquistas, aunque a la inversa algún catalanista acuda a las mismas premisas para imponerse.


Y a considerar que mi querida ciudad compartió el castellano desde mucho antes que la visitara el Quijote, alabando su cortesía. De cuando el Reino de Aragón y el Principado de Cataluña compartían un rey absoluto, su corte y aristocracia, con derecho de pernada. Nula libertad y mucha tiranía.



Y de nuevo me levanto del ordenador y me voy al Palacio de Justicia, Juicio Caso Hacienda… todo un poema de cómo se las gastan los altos funcionarios, no los juzgados, ¡que también!, sino los que se han librado. Y hay de todo, nacionalistas, del PP y del PSOE.