viernes, 19 de febrero de 2010

La economía irá a peor; que Zapatero llame a Rajoy

Las previsiones del Banco de España para este año son alarmantes y dejan en evidencia las últimas cifras dadas por el Gobierno.

LAS PREVISIONES económicas del Banco de España para este año son alarmantes, además de demoledoras para el Gobierno. De entrada, destrozan el discurso optimista que Zapatero exhibió el miércoles en la tribuna del Congreso. El organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez estima que España terminará 2010 con una caída del PIB del 0,5% (el Gobierno pronostica un retroceso del 0,3%). Con esos datos es imposible que el empleo, la principal preocupación de los españoles, pueda recuperarse este año. El Banco de España prevé además que la deuda pública seguirá disparándose. Calcula que crecerá 12 puntos respecto de 2009, para situarse en el 67% del PIB, récord histórico. Estos datos, a los que ha accedido EL MUNDO, forman parte del informe de previsiones que elabora la entidad y que presentará en la primera quincena de marzo.

Tales pronósticos chocan con la euforia mostrada por el presidente en el Parlamento, que le llevó a hacer afirmaciones del tipo «lo peor ha pasado ya», «el tren de la recuperación está próximo», «volveremos a crear empleo neto a finales de año» o «la evolución de la crisis no difiere del resto de la zona euro». Los cálculos del Banco de España apuntan justo en sentido contrario, es más, indican un empeoramiento de la situación en el segundo semestre por la desaparición de estímulos fiscales y la subida de impuestos. Dado que el PIB ha moderado su caída (bajó el 0,1% en el cuarto trimestre de 2009) y puesto que se prevé un efecto de anticipación a la subida del IVA en junio que mejorará los datos de crecimiento en el primer semestre, el pronóstico de que al final de año el PIB acabará descendiendo un 0,5 equivale a asumir que el segundo semestre será desastroso.

Es muy probable que Zapatero maneje esos datos y otros similares. Eso explicaría que ofreciera un pacto a la oposición. Si fuera cierto que la economía mejora y que empieza a verse la luz al final del túnel, políticamente no tendría sentido que el Gobierno diera protagonismo a la oposición, pues estaría haciéndole partícipe del éxito. Es precisamente porque las cosas están peor de lo que se dice por lo que Zapatero está obligado a contar con el PP.

Ahora bien, si el presidente quiere que su propuesta tenga credibilidad debería llamar hoy mismo a Rajoy para convocarle a una reunión, tal y como le han aconsejado en su gabinete. En esa entrevista deberían quedar claras dos cosas: que en la comisión para encontrar soluciones a la crisis no hay asuntos intocables (la reforma del mercado laboral, por ejemplo, tiene que estar incluida) y que los acuerdos que se cierren se llevarán al Parlamento, para que sean ratificados por la Cámara.

Si la invitación de Zapatero es sincera, no debería tener inconveniente en citarse con Rajoy; pero hay indicios para pensar que no va en serio. No se entiende que el portavoz del PSOE en el Congreso continuara ayer su ronda de contactos con los portavoces de la Cámara para buscar acuerdos contra la crisis, una iniciativa que se solapa con la comisión anunciada por Zapatero. Tampoco se sostiene que uno de los protagonistas de esa comisión, caso del ministro José Blanco, se despachase ayer con duras críticas a Rajoy, al que criticó por sus ansias de llegar al poder y calificó de «egoísta» y «codicioso». Extraño talante negociador.

Pese a todo, la vicepresidenta Salgado dio a conocer que el próximo jueves habrá una reunión de todos los partidos que marcará el inicio de las sesiones de la comisión negociadora. Sin embargo, esa cita no tiene sentido si antes Zapatero no se ha sentado con Rajoy para exponer con franqueza los datos de la situación de la economía y para fijar los términos de la negociación.


El Mundo - Editorial

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