sábado, 7 de noviembre de 2009

Irlanda, con él. Por Alfonso Ussía

La «Black Mountain», cercana a Belfast, no puede considerarse una gran elevación natural de terreno. Por los metros que se alza sobre el nivel del mar, es más «black» que «mountain». Apenas 390 metros. Calculando con el ojo, más o menos como el monte Igueldo de San Sebastián, pero sin funiculares ni montaña rusa. Más que montaña para la ascensión, lo es para una romería. Pero su cumbre, su nada elevada cumbre, cimita o portechuelo, ha sido la elegida por la organización «Don’ t extradite the Basques» (no extraditar a los vascos), para organizar un multitudinario acto en apoyo del terrorista De Juana Chaos. Está claro que De Juana Chaos y su esposa, Irati Aranzábal, la de los «chupachús» en la cárcel, han hecho una gran cantidad de amigos en Belfast. Simpáticos que son.

La marcha, paseo o lo que sea, se celebró el pasado 17 de octubre. La encabezaban los protagonistas, De Juana Chaos, Irati Aranzábal y el también etarra Beñat Villanueva, pendiente asimismo de una orden de extradición a España. También daban zancadas en la cabeza de la magna manifestación los organizadores del multitudinario evento. Día de sol y buena temperatura, muy importante para contribuir al éxito de la convocatoria. Ver el sol en Belfast es más difícil que encontrar un chiringuito en una playa de Islandia. Todo a su favor. Irlanda del Norte, dispuesta a todo para impedir que De Juana sea extraditado a España.

Pero algo tuvo que fallar. Quizá la comunicación. Porque la mayoría de los norirlandeses no pudieron asistir al reivindicativo paseo hacia la cumbre de «Black Mountain». Según los periodistas allí reunidos, contaron 35 manifestantes. De ellos, 33 mayores de edad y dos niños. Un dato emocionante. Dos de los adultos aprovecharon para sacar de paseo a sus perros. El apoyo a De Juana Chaos se resume en estas cifras gozosas e impresionantes. Treinta y tres mayores, dos niños y dos perros. Si contamos a los perros como personas, treinta y siete. Si los restamos, sólo treinta y cinco. Interesante debate. Claro, que también hay que contar, entre esos 35 o 37 a Irati, De Juana, Beñat y los miembros de la organización convocante, que serían, más o menos, diez personas entre todos. Restadas del censo manifestante, nos encontramos con una cifra de irlandeses favorables a De Juana no tan brillante como la anterior. Veinticinco personas y dos perros. Según un malvado reportero presente en la gran ascensión, de los veinticinco irlandeses que subieron al «Black Mountain», más de quince hablaban en vascuence entre ellos. Nos quedan ocho o nueve irlandeses dispuestos a darlo todo porque De Juana se quede a vivir en Belfast el resto de sus días. Los demás eran amigos de los terroristas recién llegados de Hernani y Villafranca de Ordicia. Bueno, tampoco hay que ponerse así. Conseguir un apoyo natural y voluntario de ocho irlandeses no está al alcance de cualquier persona. Y de dos perros, que se me olvidaba el precioso detalle. Después de ascender, descendieron. Y ya en Belfast, celebraron el éxito. Irlanda está con ellos, indudablemente.

La Razón - Opinión

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